Preocupados nuestros columnistas por el
futuro del Distrito de Barranquilla.
Me gusta este episodio, porque nos indica
que somos muchos los que nos preocupamos por nuestra ciudad.
Nunca he querido vivir en otra parte del
país.
Me encanta Barranquilla.
Me alegro de haber nacido en un barrio popular
(Las Nieves) y estaré siempre atento al futuro de nuestra tierra.
Leamos a Ricardo...
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
El termino valorización, desviándolo
de su esencia etimológica, se ha tomado de manera genérica como la forma de
conseguir recursos a través de un gravamen al que no siempre le cuadra ese nombre.
Qué pena con el columnista Nicolás
Renowisky pero, a mi apreciado “Nico”, se le fueron las luces cuando en su
columna “Alex;
¡hay más plata! propone que en Barranquilla para “remodelar y reconstruir
el deterioradísimo y antiestético espacio público de casi toda, si no toda la
ciudad”, se establezca una fórmula que él califica de equilibrada y justa y
denomina “valorización puntual”. Se lograría, agrega Nicolás, que la
valorización de cada predio sea muy superior al monto aportado por ello.
Como le hubiese caído bien a Renowisky que
en El Heraldo le hubiesen filtrado la columna que sobre la suya publica Jairo
Parada en el mismo diario (se puede ver haciendo clik aquí).
De pronto la hubiera corregido. Nicolás cae en el vicio distrital de considerar
que en los ingresos no tributarios propios prime el recaudo y no la finalidad y
fondo del tributo, o sanción, y se monta en ese desbordado ímpetu distrital de
un exorbitante aumento presupuestal con bases inciertas a futuro.
Al analizar solamente los considerandos de
su fórmula en que aparecen las palabras “reconstruir” y “deterioradísimo”,
referentes al estado actual del espacio público, Nicolás, se daría cuenta que
más que valorización lo que habría sería un resarcimiento del detrimento
patrimonial -así en el predial no lo reflejen- por la negligencia del distrito
en cumplir su obligación de mantener o presupuestar la conservación de las
obras y no solo hacerlas sin estimar lo que con ellas pasará a futuro.
Indudablemente en estas últimas
administraciones se han desarrollado grandes obras, pero también es cierto que
para ello se han comprometido vigencias futuras, muchas de ellas, con base en
ingresos no tributarios en los que, como el caso de las multas, se presupuesta
hasta el incremento de la incultura ciudadana.
Lamento disentir en esta ocasión Nicolás,
ese es uno de esos gajes ingratos que tenemos quienes se nos da por opinar,
pero esa sería una valorización disfrazada. El incumplimiento de la obligación
distrital de mantener las áreas públicas con recursos presupuestados y
apropiados no se puede sustituir con más cargas a los habitantes de la ciudad.
¡Por favor no des esas malas ideas, que de pronto las toman!
Pensar en sostener el auge inversionista de
la administración distrital con más tributos e impuestos de valorización, sobre
todo si en verdad no existe, es un grave y peligroso error.
COLETILLA: Las inquietudes
sobre el presupuesto distrital, manifestadas por Jairo Parada en columna
con ese título, son más que válidas.
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