martes, 25 de octubre de 2016

Disfraz de valorización. Por: Ricardo Buitrago C.



Preocupados nuestros columnistas por el futuro del Distrito de Barranquilla.
Me gusta este episodio, porque nos indica que somos muchos los que nos preocupamos por nuestra ciudad.

Nunca he querido vivir en otra parte del país. 
Me encanta Barranquilla. 
Me alegro de haber nacido en un barrio popular (Las Nieves) y estaré siempre atento al futuro de nuestra tierra.

Leamos a Ricardo...

RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1

Por: Ricardo Buitrago C.

El termino valorización,  desviándolo de su esencia etimológica, se ha tomado de manera genérica como la forma de conseguir recursos a través de un gravamen al que no siempre le cuadra ese nombre.
Qué pena con el columnista Nicolás Renowisky pero, a mi apreciado “Nico”, se le fueron las luces cuando en su columna “Alex; ¡hay más plata! propone que en Barranquilla para “remodelar y reconstruir el deterioradísimo y antiestético espacio público de casi toda, si no toda la ciudad”, se establezca una fórmula que él califica de equilibrada y justa y denomina “valorización puntual”. Se lograría, agrega Nicolás, que la valorización de cada predio sea muy superior al monto aportado por ello.
Como le hubiese caído bien a Renowisky que en El Heraldo le hubiesen filtrado la columna que sobre la suya publica Jairo Parada en el mismo diario (se puede ver haciendo clik aquí). De pronto la hubiera corregido. Nicolás cae en el vicio distrital de considerar que en los ingresos no tributarios propios prime el recaudo y no la finalidad y fondo del tributo, o sanción, y se monta en ese desbordado ímpetu distrital de un exorbitante aumento presupuestal con bases inciertas a futuro.
Al analizar solamente los considerandos de su fórmula en que aparecen las palabras “reconstruir” y “deterioradísimo”, referentes al estado actual del espacio público, Nicolás, se daría cuenta que más que valorización lo que habría sería un resarcimiento del detrimento patrimonial -así en el predial no lo reflejen- por la negligencia del distrito en cumplir su obligación de mantener o presupuestar la conservación de las obras y no solo hacerlas sin estimar lo que con ellas pasará a futuro.
Indudablemente en estas últimas administraciones se han desarrollado grandes obras, pero también es cierto que para ello se han comprometido vigencias futuras, muchas de ellas, con base en ingresos no tributarios en los que, como el caso de las multas, se presupuesta hasta el incremento de la incultura ciudadana.
Lamento disentir en esta ocasión Nicolás, ese es uno de esos gajes ingratos que tenemos quienes se nos da por opinar, pero esa sería una valorización disfrazada. El incumplimiento de la obligación distrital de mantener las áreas públicas con recursos presupuestados y apropiados no se puede sustituir con más cargas a los habitantes de la ciudad. ¡Por favor no des esas malas ideas, que de pronto las toman!
Pensar en sostener el auge inversionista de la administración distrital con más tributos e impuestos de valorización, sobre todo si en verdad no existe, es un grave y peligroso error.

COLETILLA: Las inquietudes sobre el presupuesto distrital, manifestadas por Jairo Parada en columna con ese título, son más que válidas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario