domingo, 11 de septiembre de 2016

John Carlin, entrevista realizada por David María

Entrevista a John Carlin.
Con Carlin tuvimos la oportunidad de compartir un rato largo en Cartagena, a raíz del Congreso Nacional de Confecámaras...
 
Lo entrevistó David María D.

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Entrevista a John Carlin


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David María D.

“El fútbol es lo más importante del mundo, y lo menos importante”


Si todavía no lo conocen, nuestro entrevistado es el autor de varios libros, entre ellos “el factor humano”, que fue llevado a la gran pantalla en el año 2009 en la película “Invictus”. Su genio irónico ilustra todos los domingos las páginas deportivas de “El País”.

En esta ocasión, nos concede amablemente una entrevista en la que intentamos exprimir en lo posible, parte de los conocimientos de una nutrida carrera como periodista. Hablamos de John Carlin.

Nos comenta que “no tenía ni la más mínima noción de que iba a ser periodista”, y que “por casualidad y por necesidad” consiguió su primer trabajo en un diario de Buenos Aires. En sus numerosas entrevistas, confiesa haberse sentido sorprendido por testimonios anónimos como, según nos comenta, un señor en Kenia que tenía un orfanato para huérfanos con Sida. Diálogos desconocidos que contrastan con figuras como Nelson Mandela: “el personaje conocido que más me ha impactado”. El éxito mundial que obtuvo con “El factor humano” le situó en el foco de las preguntas sobre el líder surafricano. Este “asalto de artillería permanente de nosotros, los de la prensa” con preguntas sobre Mandela llegaron, en algunos momentos, a hacerle aburrirse de lo mismo, nos confiesa.


John Carlin con Nelson Mandela (www.johncarlin.eu)

Empezamos a hablar de fútbol. Hincha del Manchester United y conocedor por sus años en Buenos Aires, afirma: “los dos países donde se vive el fútbol con más intensidad son Inglaterra y Argentina, con diferencia entre ellos y el resto”. Nuestra liga en ocasiones quiere compararse con la Premier, pregunto si es el ambiente que la rodea, el que le da el valor añadido: “el fútbol que se ve en España es más fino, más asociativo. Pero yo creo que la cultura que se practica más allá del deporte allí, es muy especial”, “yo no soy quién para decir por qué los estadios no se llenan, o por qué no miles de aficionados del Barça van a ver un partido a Zaragoza, que está a la vuelta de la esquina. Yo mismo de joven viajaba por el país viendo al Manchester United”, me comenta, y agrega: “quizás esto hable bien de España, de la vida familiar que uno tiene aquí, pero en Inglaterra hay más gente que vive con mayor intensidad el fútbol”.

Si discutimos sobre la lucha por la liga, las preguntas van encaminándose al binomio Madrid-Barcelona que parece coparla.  Le recuerdo que algunos piensan que la filosofía del Barça ha trascendido el fútbol: “No han inventado nada”, a lo que añade: “seguramente Guardiola esté de acuerdo”. “No he visto la Hungría de los 50, pero dicen que en algo se parece. También a algunos equipos de Brasil”. Con todo ello, reconoce: “es el mejor equipo que he visto”.

La duda es si este equipo que despierta tanta admiración, se está convirtiendo en un equipo soberbio. Él afirma que “por algunas declaraciones lo parece. Pero también es comprensible si todos los periodistas estamos diciendo constantemente lo buenos que son”.

En el otro lado situamos, como no, al Real Madrid. Analizamos la dinámica que está siguiendo con la llegada de Mourinho, la constante polémica. El dice que “si no estuviera Mourinho sería una liga muy aburrida. Sería una procesión para el Barça”. Pero también resalta que algunas formas de actuar del entrenador blanco son “repugnantes”, y añade: “se parece al típico matón de colegio que ataca a los débiles. Es capaz de meterse con Pedro León o Canales, pero no con Cristiano. Lo mismo que desprecia al Málaga pero no a equipos como el Chelsea”.

Nuestro diálogo sigue con el Real Madrid y con su presidente, Florentino, en si ha mejorado esta etapa a la anterior: “los logros sólo se pueden valorar en el campo”, responde. También habla de su actitud: “Florentino tiene algo bueno y es que no quiere ser constantemente el centro de atención”, a continuación explica: “me sorprende que al final de los partidos se hable con los presidentes diciendo: `señor presidente, señor presidente´. Eso en Inglaterra o en otros países no se hace”.

Últimamente estamos asistiendo a una creciente compra de equipos por parte de jeques o ricos extranjeros. Dialogamos sobre ello y no duda en contestar: “mientras vivamos en un sistema capitalista de mercado, que es lo mejor o lo menos peor que hay, es inevitable”, comenta que “es irrealista pensar que el fútbol vaya a entrar de repente en un estado de pureza especial desconectada de la economía. No me aflige, es una batalla perdida.”

La elección de las próximas sedes del Mundial es otra cuestión que él ha tratado en alguno de sus artículos. “Respeto la candidatura de Rusia, no tanto la de Qatar”. “Me parece de una irresponsabilidad absoluta”. “Dicen que los estadios estarán acondicionados pero no vamos a estar como los esquimales en su iglú”. Además señala: “En Sudáfrica tenían preocupación sobre si llenarían los estadios y tienen una población parecida a la de España. Qatar solo tiene millón y medio de habitantes”.

Continuamos tratando el tema del último Mundial. Ante algunas informaciones que dicen que su organización ha sido deficitaria para las arcas de Sudáfrica, remarca los efectos positivos: “han invertido en infraestructura, en carreteras”, a lo que añade: “Para algunos ya no son `esos africanos´, han confirmado que son un país más consolidado”.

Es inevitable hablar sobre su ya citado éxito: “El factor humano”. Situado en una Sudáfrica dividida por el odio racial, en el libro se descubre el deporte como una estrategia para unir dos grupos enfrentados. Nos explica: “el deporte no es un medio transformador de la sociedad, pero con Sudáfrica sucedió la `tormenta perfecta´, se juntaron muchos valores”.

Suponiendo una comparación con el éxito de nuestra selección en el último mundial de fútbol dice: “en España algo cambió, pero hubiera cambiado más si hubiera sido en 1978, en los años de la transición donde se hubiera creado un sentimiento de identidad nacional cuando se necesitaba”.

Identifica como una de sus virtudes, conocer sus propias limitaciones. Nosotros seguimos buscándolas en sus textos con poco éxito. Estaremos atentos a sus nuevos artículos y a esa novela que desea escribir. La cordialidad de un hombre sencillo, y la fascinación que despierta quien habla con estilo y criterio propio: John Carlin.

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