domingo, 9 de agosto de 2015

Los remedios de la abuela

Ciencia y vida cotidiana

Los remedios de la abuela

“Qué gripa tan macha, tómese un poquito de miel con agua de panela, y mucho limón también”, es la frase que hemos oído cientos de veces de boca de nuestras abuelas, que siempre tienen algún remedio para todas nuestras molestias y malas prácticas.


 
Para muchos el número de sus años es inversamente proporcional a su sabiduría. Y aunque en un mundo globalizado donde la revolución científico-técnica ha potenciado las posibilidades de desarrollar medicamentos cada vez más avanzados para las enfermedades que se pueden enfrentar en la cotidianidad, muchos recurren a remedios caseros, ya sea porque no se tiene el tiempo para acudir al médico y esperar cerca de un mes para remediar lo que aparentemente parece una gripa o debido al costo de los medicamentos.


Frente a ese saber popular, Valería Edelsztein, doctora en Química por la Universidad de Buenos Aires e investigadora del Conicet, se introdujo en una búsqueda de la producción bibliográfica que aborda la cientificidad de los remedios caseros que comúnmente usamos.
 
Todo esto plasmado en su libro Los remedios de la abuela…¡2! “Mucho se ha avanzado desde que en la Edad Media se recomendaba frotar la cabeza con excremento de ganzo para curar la pelada o cubrir con sangre de todo tipo de criaturas para borrarlas, o tocar el diente de un muerto para aliviar el dolor de muelas; pero siempre habrá curas populares, remedios que vienen de quién sabe dónde y tratamientos que, si no matan, engordan”, señala Diego Golombek, director de la serie Ciencia que ladra (Siglo XXI Editores) a la cual pertenece este libro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario