lunes, 22 de diciembre de 2014

Precios del gas, el desarrollo regional y el ministro de Minas, Tomás González

Tomás González sacó las uñas.


Cuando lo veía en las ruedas de prensa en los diferentes eventos que cubre el RADAR, sentía que estaba frente a un ciudadano y un funcionario cabal. Pero, ¡parece que me equivoqué!  

Ahora que es el ministro de minas cambió su actitud.
Y ya no piensa en las regiones, sino en su bienestar.

¿Será que todos los políticos son la misma vaina?

Por algo no les fue muy bien con una encuesta reciente en el que se medía el trabajo del presidente Santos. 
Los industriales no confían en los partidos políticos. Y esos partidos son los que tienen a los ministros en sus puestos.

A González, no le importa la Región Caribe, ni el trabajo destacado de algunos de los buenos funcionarios que tenemos en esta parte del país, sino los puestos, los puestos para manejar el poder a su antojo.

Me decepcionó el ministro…

RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Precios del gas y el desarrollo regional
Por JAIRO PARADA

Las ilusiones generadas por el ‘bloque parlamentario costeño’ se pueden diluir  si no son capaces de lograr el cambio en la fórmula de los precios del gas, y pasan final y obsecuentemente la reforma tributaria solicitada por el Gobierno. Mostrarían su débil capacidad de presión política para el bienestar general del Caribe. La culpa de las posibles alzas de los precios del gas se la echan a una “fórmula” arropada de criterios “técnicos”, como se disfrazan siempre decisiones políticas, económicas y regionales inconvenientes.
 
La Economía Política nos enseña que nada es absolutamente “técnico”, pues en esencia las decisiones de precios regulados reflejan las estructuras de poder. Da un poco de risa que se le eche la culpa a los “mercados”, cuando las decisiones son tomadas por personas de carne y hueso, y no las invisibles fuerzas del mercado. La verdad es que los precios del gas se toman con base en una resolución de la Comisión de Energía y Gas (Creg), la No. 089, en especial el Art. 16 y 24, y los peligrosos parágrafos 1 y 2, que remiten a unos Anexos –muy “técnicos” todos–, donde se cocinan los presentes entuertos.
 
La mecánica establecida ha introducido dos factores de perturbación en el cálculo de los precios del gas: 1) Los precios que se pactan se toman como promedio ponderado de los contratos privados del año anterior y se proyectan hacia el futuro: así, si en el período en cuestión, como pasó en el 2013-2014, hubo amenazas de fenómeno de El Niño que resultaron fallidas, y ante unos pozos en La Guajira que se agotan, dichos precios se incrementarán en un 25%, agravados por la devaluación del peso. Esta fórmula implica rendirse a los factores especulativos del mercado, justamente para un período donde los precios de los energéticos bajan. Es trasladar al futuro los altos precios transitorios del pasado inmediato. Un regulador serio nunca debió acoger esta fórmula; 2) Curiosamente, estos fanáticos del mercado, en lugar de mirar el mercado del gas en forma nacional, lo fracturaron entre Costa y mercados del interior del país.  Al ser la Costa de base energética térmica, sale duramente golpeada, mientras que para el interior del país los precios hasta bajarán en un 3%.
 
Si a lo anterior le añadimos las exportaciones de gas a Venezuela, una 1/3 parte de la producción de los pozos exhaustos de La Guajira, resulta que los costeños, quienes apoyaron a Santos II para la reelección, terminan pagando las decisiones geopolíticas nacionales del Gobierno.

El ministro de Hacienda dice que para los estratos I y II los precios no subirán por los subsidios del Gobierno, pero ya se sabe que eso no será posible al estar copados los cupos del 60% de la cuenta de estos estratos. 
Sin duda, no podemos evitar el alza del gas por la devaluación del peso, pues lo compramos en dólares (algo curioso, pues se explota en el país), pero las fórmulas las hacen los hombres y se pueden modificar. El tiempo apremia, y si no se hace nada en esta época, se nos viene el alza en un 25%. Con un precio indexado a nivel nacional saldríamos mejor del problema. La competitividad de la Región Caribe está en vilo.



Jairo Parada Corrales
Economista, Ph.D.
Barranquilla-Colombia
Tel 57-5-3557657

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