lunes, 4 de marzo de 2013

El Café: la dura ley de los mercados, por Jairo Parada

No olvidemos nunca que el presidente Juan Manuel Santos, apenas
obtuvo su título universitario ingresó a la Federación Nacional de Cafeteros.
Estamos hablando de 1972.
No se me olvida, porque ese año yo obtuve el de bachillerato. 

Los mercados cambiaron, definitivamente. Y ahora que a la gente le encanta el te… peor.

Los cafeteros deben ponerse las pilas, porque vamos a tener problemas todo el tiempo, con esos paros que atrasan el desarrollo económico de Colombia.

Cafeteros quejándose…
Y a los periodistas, ¡quién los salvará!

Mejor revisemos la columna del doctor Parada, porque ese es otro tema… Yo sabía eso, pero ahora me volvió a impactar... será que me estoy volviendo viejo...
JPARADA: La pregunta de fondo es: ¿por qué cuando hay bonanza ella les pertenece a los cafeteros y si hay pérdidas se socializa con los tributos de todos los colombianos?

RADAR,luisemilioradaconrado






El café: la dura ley de los mercados



A mis estudiantes de Economía Colombiana en el Caribe Colombiano el tema del café les parecía siempre exótico y poco relevante. En la Costa Caribe sólo tenemos café en la Sierra Nevada y zonas del Perijá en el Cesar y La Guajira. Pero aún así, como nos enseñó Luis Eduardo Nieto Arteta, un historiador barranquillero, no se puede entender la evolución de la economía colombiana sin haber entendido el papel que jugó el café en ella.
En el siglo pasado, el café representaba el 75% de las exportaciones colombianas, mientras que hoy apenas es el 5% de las mismas. La Federación Nacional de Cafeteros era el semillero de los presidentes, y por ello, sorprende que esta crisis haya cogido de sorpresa al gobierno de Santos, cuando muchos de sus altos funcionarios y el mismo presidente vienen del sector.
La crisis actual es el resultado de la dura ley de los mercados, las leyes de la oferta y la demanda. Con el fin del Pacto Cafetero desde 1989, el mercado mundial del café es el que determina los precios del grano. Después de una relativa bonanza del 2002 al 2010, el precio del café se ha desplomado en un 50%. Brasil y Vietnam, contando con un gran apoyo estatal y una política agresiva del consumo doméstico en Brasil, han venido expandiendo su oferta cafetera en forma irresistible. 
Lo curioso es que en Colombia, en los últimos años se ha venido reduciendo la producción cafetera de 12,5 millones de sacos en  2007 a apenas 7,8 millones en 2011. Aun peor, Colombia importa 300.000 sacos de café al año para cumplir con sus compromisos. 
 
Por otro lado, las leyes duras del mercado y la competencia capitalista también han operado al interior del sector: se estima que un 10% de las fincas más grandes controlan el 70% de la producción cafetera.

De esta forma, la mayoría de los 500,000 cafeteros se encuentran bien empobrecidos, agobiados por el alza de los insumos químicos por un lado, y la revaluación del peso por el otro. Así, dos millones de colombianos se encuentran afectados duramente.
 
Desde hace dos años el gobierno de Santos ha redireccionado en préstamos y subsidios al sector unos $5 billones. Ello ha sido insuficiente pues los caficultores demandan un precio de la carga de $800.000 lo cual implicaría un subsidio fiscalmente imposible de cubrir, pues actualmente el subsidio que ya se ha ofrecido en las negociaciones sería de $90.000 por carga, mientras los cafeteros demandan unos $180.000 adicionales, lo cual es fiscalmente insostenible. 
La pregunta de fondo es: ¿por qué cuando hay bonanza ella les pertenece a los cafeteros y si hay pérdidas se socializa con los tributos de todos los colombianos? Lo mismo habría que hacer con el algodón, la carne, la leche, el arroz, etc., y así nos iríamos por el despeñadero fiscal.
Lo que debemos aprender de esta crisis es que los TLC y la globalización nos imponen la dura ley de los mercados, y éstos no tienen ningún corazón. Por ello, el Estado, a la par que se apunta a ese libreto, tiene que ir construyendo los cinturones de protección social pues son 600 municipios afectados. Créditos, menor revaluación, investigación y renovación cafetera a los pequeños debe ser la salida. Pero regalos a diestra y siniestra no parece muy factible.

Jairo J. Parada Corrales
Economista, PhD.
Barranquilla-Colombia
Celular 311-650-0550
Phone and fax: 57-5-3557657




1 comentario:

  1. De Marciano Puche Uribe:

    Luis Emilio: en este tema no hay alternativa diferente a la de mejorar la productividad en las fases de la producción y la comercialización, intensificando la investigación aplicada en los procesos. Solo en resultados que lleven a disminuir costos aumentando calidades en ofertas conforme exige el aumento de demandas para sectores cada vez más exigentes, el mercado internacional podrá repetir calificar en el futuro el café colombiano como uno de los mejores del mundo, como lo era anteriormente en solitario.
    La ley del mercado, con lo que sucede y se fortalece en uno universal. Ya no solo es dura, sino violenta con aquellos países que no desarrollan y ocupan nuevas tecnologías e investigaciones avanzadas. Los subsidios no dejarán de ser, en tales escenarios, decisiones eminentemente políticas sin posibilidades sustentables en el tiempo.

    MPU

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