martes, 23 de octubre de 2012

La decisión de Angelino, editorial de El Colombiano


Lástima que Angelino se haya enfermado.
Me gusta cuando se hace justicia, no solo aquí en Colombia, sino en el mundo.
Me gustó que Barack Obama llegara a la presidencia de Estados Unidos, sabiendo que a su abuela no le permitían montarse en un tren por ser negra.
Me complacería que fuera reelegido.
Y me complace que Angelino Garzón sea nuestro vicepresidente, un hombre que viene del sindicalismo y que lo ha hecho bien. Pero ahora se presentó este tropiezo... Son pruebas que nos pone la vida y hay que resolver el asunto. 
Él y el presidente Santos se deben a la nación. Y ellos sabrán cómo deben actuar. Esperemos que el vice esté tranquilo y tome las cosas con calma.

RADAR,luisemilioradaconrado
La decisión de Angelino
Lo conveniente ahora sería que él mismo, a la luz del diagnóstico, de ser necesario, dé un paso al costado para facilitar las decisiones que conjuren la inestabilidad en el Poder Ejecutivo.

La confirmación del Vicepresidente de la República, Angelino Garzón, acerca de que padece cáncer de próstata, reactiva inevitablemente el debate sobre si debe o no permanecer en su cargo.

El Vicepresidente y su familia han enfrentado en los últimos meses, con entereza y valor admirables, graves situaciones de adversidad. En estos momentos de sufrimiento y dificultad, merecen, sin lugar a dudas, el respeto y la consideración de los colombianos.

 
La vida de Angelino Garzón es un testimonio de lucha y superación. Con base en inteligencia, estudio y perseverancia, hizo una importante carrera como líder sindical que sirvió de antesala a otra no menos ponderable como dirigente político. Constituyente, Ministro de Trabajo, Gobernador del Valle, Embajador ante la ONU en Suiza, ha estado presente, como protagonista, en muchas de las grandes decisiones del país en los últimos años. Es, además, un hombre activo, trabajador y a la vez afable y carismático. Fue escogido en 2010 por el hoy presidente, Juan Manuel Santos, como fórmula vicepresidencial, un reconocimiento a la altura de sus logros.
 
Es desde todo punto de vista lamentable que esta impresionante dinámica se haya visto alterada por el repentino y acelerado deterioro de su salud, una circunstancia por completo ajena a la voluntad de los hombres.

La Constitución de 1991 establece como función principal del Vicepresidente reemplazar al Presidente en caso de ausencia temporal o definitiva. Dice además que tendrá las funciones que le asigne el Presidente y que puede ser designado Ministro.

 
La reciente y también sorpresiva enfermedad del presidente Santos puso de relieve la importancia y trascendencia del Vicepresidente dentro de la arquitectura institucional del Estado. Un funcionario que debe cumplir todas las condiciones para ejercer con solvencia el primer cargo de la nación. La atípica circunstancia de enfermedad grave y simultánea de Presidente y Vicepresidente también llamó la atención acerca de que, aunque no existe un vacío constitucional y legal respecto de quién debería ejercer la primera magistratura, en caso de que el Vicepresidente no esté en las condiciones apropiadas para hacerlo, sí puede haber, en cambio, una incertidumbre por vacío de poder.

Es un tema de mucha trascendencia porque involucra la estabilidad del Gobierno. Quizás consciente de ello, el propio Vicepresidente dijo en su comunicado de ayer que a esta altura de su vida no se puede aferrar al cargo. No es fácil interpretar lo que también expresara en ese documento, de “dejar en manos de la Constitución y de la ley todo lo relacionado con el presente y futuro del Vicepresidente de Colombia”, ya que en la ambigüedad y falta de claridad de las normas sobre la manera de declarar la incapacidad del Vicepresidente, radica el quid del asunto.

Hay que formular votos por la total y pronta recuperación del vicepresidente Garzón, una perspectiva atada a las posibilidades de la medicina y a la complejidad de la situación. Pero como en todas las circunstancias, debe primar el interés colectivo y la estabilidad de las instituciones sobre la crisis personal, lo justo y conveniente ahora sería que él mismo, a la luz de la información del diagnóstico, de ser necesario, dé un paso al costado para facilitar las decisiones que conjuren cualquier peligro de inestabilidad en el Poder Ejecutivo.

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