jueves, 12 de abril de 2012

No nos digamos mentiras, por José Amar Amar

 Me gusta esta posición de José Amar.

Me gusta porque dice la verdad… Estamos lejos de pasar de la modernidad a la “llevadera”. Eso no se hace en un santiamén. Ni se consigue con unos computadores, internet veloz, banda ancha, carreteras, ni edificios, hoteles modernos, yates, ni carros lujosos.
La nota es que consigamos una población sana, estudiosa y que tenga mejores oportunidades.
Leyendo al señor Amar Amar, se me ocurrieron tantas cosas y escribo algunas:
¿Nuestros dirigentes están preparados para afrontar el reto?
¿Los pobres políticos nuestros darán la talla?
¿Trabajarán para nuestra población pobre, en vez de trabajar para obtener mejores negocios para ellos y sus familias?

¿Los empresarios de la Región Caribe, están listos?

¿El periodismo Regional nuestro está preparado?

... Asusta todo esto… porque si no somos competitivos, la oportunidad se convierte en desgracia…

A raíz de los 28 años del RADAR ECONÓMICO, hemos programado varios eventos. Y uno de ellos es con Joseph Dacarett, economista y empresario que le hablará a los periodistas económicos de la ciudad de Barranquilla, precisamente de ese tema: “El TLC y los retos que se presentan para todos”… Eso será el 28 de abril -sábado- en la sede de la Lonja de Propiedad Raíz de Barranquilla.

¿Cuáles son los retos que vienen? ¿Cómo nos irá?... El susto está allí. Pero debemos convertirlo en oportunidad. 
¿Lo lograremos?
Yo confío en eso...


luisemilioradaconrado

No nos digamos mentiras
Por  José Amar Amar

La revista Semana nos entregó una pomposa publicación titulada “La hora del Caribe: la llegada del TLC es el momento histórico en el que esta región debe saltar a la modernidad”.
Leyendo cada una de sus páginas, todas ellas rebosantes de optimismo ante el momento histórico que vivirá la Región producto del TLC con Estados Unidos, queda la impresión de que estamos listos para el gran despegue, mostrándonos una realidad que no es la que sufre la gran mayoría de los habitantes del Caribe colombiano.
Todo está listo: hoteles cinco estrellas; marinas para que atraquen más de 90 mil embarcaciones entre yates y veleros; turismo de alto nivel; grandes proyectos urbanísticos; nuevas autopistas; un auge en el desarrollo portuario, y una mina de oro concentrada en la actividad minera, especialmente el carbón.
Todo lo que señalan las 354 páginas es cierto, pero el documento oculta la verdadera realidad de la Región: únicamente muestra dos páginas con algunos datos de desigualdad, haciendo omisión de que el verdadero desarrollo que la Región Caribe requiere con urgencia es el desarrollo humano. Mientras sigamos teniendo indicadores tan deplorables sobre la calidad de vida de la mayoría de la población, es probable que solo algunos sectores se beneficien de esta apertura económica, pero la gran mayoría de los habitantes del Caribe tan solo verán la felicidad pasar.
La Región en los últimos diez años avanza muy lentamente en la superación de la pobreza. Según el Observatorio del Caribe Colombiano, para 2003, los hogares pobres en el Caribe colombiano se duplicaron con respecto al promedio del país, y fueron cuatro veces más que los hogares pobres de Bogotá.
Para el año 2005, la medición de la pobreza por nivel de ingreso registra resultados similares, con excepción del departamento del Atlántico, que registra un nivel de 48,8%. El resto de los departamentos sobrepasa el 50%.

La Redacción Regional de EL HERALDO, en su publicación sobre los grandes males que aquejan a la Región Caribe, muestra una realidad que no se puede ocultar: altas tasas de desempleo; 806 mil costeños víctimas del desplazamiento; 328 mil familias damnificadas por el invierno, muchas de las cuales siguen esperando el apoyo gubernamental y la degradación ambiental son algunos de los principales problemas que afectan a nuestra región.

Los líderes de la Costa Atlántica deben dejar de pensar exclusivamente en las ventajas comparativas que pueden favorecer el despegue socio-económico de la Región. La experiencia hasta ahora acumulada con los TLC muestra que los países que han aprovechado estas oportunidades son los que tienen altos niveles de desarrollo humano, especialmente el nivel y la calidad educativa de su población y la capacidad científico-tecnológica que ayude a la innovación.
Japón, una de las grandes potencias económicas mundiales, no tiene ventajas comparativas: carece casi por completo de recursos naturales, su territorio está densamente poblado, no posee materias primas, y solo un 14% del suelo es cultivable. Pero tiene un gran desarrollo científico-tecnológico.
No es llegar y saltar a la modernidad, como pregona la publicación de la revista Semana, por el solo hecho de estar estratégicamente situados para el comercio con Estados Unidos y Europa. La tarea fundamental es partir, como lo señala la alcaldesa Elsa Noguera, por cubrir las brechas sociales garantizando a toda la población del Caribe sus derechos fundamentales, brindando “una salud de calidad, vivienda digna, nutrición y educación integral desde los primeros años hasta la universidad”. Solo con una planeación estratégica y gran voluntad política se logrará que estos acuerdos internacionales traigan beneficios y prosperidad para la mayoría.

Por José Amar Amar
joseamaramar@yahoo.com

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