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| ¿Cómo nació el Día del Idioma? | |||||
| Cada 23 de abril el mundo de habla hispana le rinde homenaje a Miguel de Cervantes, creador del "Quijote". Conoce su historia. | |||||
 
"La pluma es la lengua de la mente", Miguel de Cervantes Saavedra 
 
El Día del Idioma es un homenaje a la memoria del 
gran escritor español Miguel de Cervantes Saavedra, quien contribuyera 
al engrandecimiento de la lengua española por su obra maestra "El 
Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha". Esta novela, publicada en 
el año 1605, logró consolidar nuestro idioma y su autor llegó a la cima 
de la gloria de la Literatura Universal, compartiendo honores con 
Homero, Dante y Shakespeare. 
La profunda realidad del personaje ha hecho que el 
famoso caballero "Don Quijote de la Mancha" se convierta en el símbolo 
universal de la lengua española. Por la capacidad de haber creado una 
fábula y una serie de personajes en los que caben los defectos, las 
virtudes, las debilidades y aspiraciones de la vida humana, Miguel de 
Cervantes mereciese el título de "Príncipe de los Ingenios Españoles". 
Cervantes preparaba una nueva versión de "El Quijote"
 que se escenificaría al parecer en América, pero luego de una penosa 
enfermedad falleció en Madrid, el 23 de abril de 1616. Todos los años, 
cada 23 de abril, se celebra en el mundo de habla hispana el "Día del 
Idioma". 
Fue un hombre de contradicciones, soldado por 
desafuero, novelista por convicción, poeta irónico y certero, 
dramaturgo. Nació el 29 de septiembre de 1547 en Alcalá de Henares, o 
por lo menos eso es lo que se dice, aunque hay versiones de otras fechas
 y años, nadie tiene el dato exacto. Su padre, de ascendencia cordobesa y
 antepasados gallegos, se llamaba Rodrigo de Cervantes y era cirujano, 
que era en esos día un oficio muy abierto, y así como extirpaba muelas, 
curaba dolores y cosía heridas. Un verdadero "matasanos". 
 
Su madre fue Leonor de Cortinas, de la cual apenas se
 sabe nada, excepto que era natural de Arganda del Rey. Miguel era el 
menor de cinco hermanos y no existen datos precisos sobre los estudios, 
que, sin duda, no llegaron a ser universitarios. Se deduce, por el 
personaje del bachiller Sansón Carrasco, que Cervantes sentía cierta 
repulsión por los togados. Sin embargo hay algunas pistas en documentos 
de la época que sugieren que Cervantes pudo haber asistido a alguna 
institución educativa en Sevilla. También es muy posible que estudiara 
en la Compañía de Jesús, ya que en la novela "El coloquio de los perros"
 elabora una descripción de un colegio de jesuitas con ciertas alusiones
 a la que sería su vida estudiantil. 
Los más antiguos rastros que hay de su paso por la 
vida se originan en 1566, cuando se establece en Madrid. Asiste al 
Estudio de la Villa, regentado por el catedrático de gramática Juan 
López de Hoyos, quien en 1569 se le pide un libro sobre la enfermedad y 
muerte de la reina doña Isabel de Valois y este incluye tres poesías de 
Cervantes. 
En 1569, viajó a Roma. Allí leyó los poetas 
caballerescos que influirán sobre su obra. En esos días comienza a 
configurar sus relatos que hoy son conocidos como "Novelas Ejemplares" y
 de que vale la pena nombrar "El licenciado Vidriera", la historia de un
 médico que piensa ser de cristal, por supuesto, un borrador del 
Quijote. 
El 7 de octubre de 1571 participó en la batalla de 
Lepanto, y como diría Cervantes:"la más alta ocasión que vieron los 
siglos pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros", formando 
parte de la armada cristiana, dirigida por don Juan de Austria. De dicha
 batalla naval salió herido de dos arcabuzazos en el pecho y perdió una 
mano, de ahí procede el apodo " El manco de Lepanto". 
La mano izquierda no le fue cortada, sino que se le 
anquilosó al perder el movimiento de la misma cuando un trozo de plomo 
le seccionó un nervio. Aquellas heridas no debieron ser demasiado 
graves, pues, tras seis meses de permanencia en un hospital de Messina, 
Cervantes reanudó su vida militar, en 1572. Su condición de soldado le 
lleva a tomar parte en otras expediciones militares, hasta que, 
regresando a España, es apresado, junto con un hermano suyo, por los 
piratas berberiscos al mando de Arnaute Mamí. 
 
Comienza así un periodo de duro cautiverio en Argel, 
que se prolonga más de cinco años. Cervantes intenta evadirse cuatro 
veces, poniéndose en peligro por salvar a sus compañeros, y al fin es 
rescatado por los Padres Trinitarios, cuando estaba a punto de ser 
conducido a Constantinopla. Tiene entonces treinta y tres años. Hasta 
aquí su época heroica; de ahora en adelante una vida gris llena de 
decepciones. Se instala en Madrid y en 1584 se casa con una joven de 
Esquivias, Catalina de Salazar y Palacios de la que luego se separa. 
Publica su primera obra, La Galatea, y, abandonando 
el pueblo de su mujer, se dedica a recoger víveres para la Invencible. 
Viaja por diversas ciudades de Andalucía en el desempeño de su cargo y 
es encarcelado dos veces en Sevilla, una de ellas al quebrar el banquero
 en cuyas manos había depositado Cervantes los impuestos que cobraba de 
Hacienda, y otra al no poder pagar a ésta ciertos atrasos. También en 
1589 Fue excomulgado por embargar cereales del Cabildo de Sevilla. 
En 1605 está en Valladolid. Tiene ahora cincuenta y 
siete años. Ha terminado su esforzado ir y venir por las ciudades 
españolas, pero no sus desgracias. El asesinato de un caballero, 
cometido frente a su casa, da lugar a un nuevo proceso, aunque nada 
puede probarse contra él. Es acusado de asesinato por lo que pasó por 
una breve prisión y publicó la primera parte de su obra maestra "El 
Quijote". 
Cervantes atesora una gran experiencia, rica en 
conocimientos sobre gentes, lugares y situaciones, su vida y su obra 
reflejan el proceso de maduración profunda, en todos los sentidos, de un
 hombre entregado a sus ideales, primero militar y luego literario, con 
ahínco admirables. 
La vida le ofreció la cara adversa; pero este mismo 
hecho posibilitó la más grande obra de nuestra literatura. El Quijote no
 se hubiera podido escribir en los años del vivir gozoso y entusiasta, 
no tanto por falta de madurez literaria, sino por carencia de madurez 
espiritual. Los últimos años de su vida los pasará en Madrid. Acaba de 
publicar la primera parte del Quijote y escribe incansablemente. Todavía
 pretende volver a Italia acompañando al conde Lemos, pero no lo 
consigue y, a raíz de esto, va dando rápidamente a la imprenta sus 
últimas obras: Las Novelas Ejemplares, el Viaje al Parnaso, el teatro y 
la segunda parte del Quijote. La muerte le sorprende el 23 de abril de 
1616, pocos días después de haber escrito la dedicatoria del Persiles. 
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