lunes, 18 de mayo de 2009

¿"El Colombiano" es muy uribista?. Entrevista en Semana con Javier D. Restrepo

Nosotros en el RADAR ECONÓMICO INTERNACIONAL les contamos parte de la historia.
¿"El Colombiano" es muy uribista?
La salida de Javier Darío Restrepo. Entrevista breve en Semana.
Por Redcaribe, la Red de Periodistas del Caribe Colombiano, nuestro coordinador Raimundo Alvarado, nos envío esta nota:
El maestro Javier Darío sostiene en Semana que en El Colombiano están perdiendo la capacidad para mantener sus lemas y consignas sobre las libertades. ra

Luis Emilio Rada C.

"No voy a dejar de opinar"

ENTREVISTA.
El periodista Javier Darío Restrepo habló sobre el portazo
que le dieron en ‘El Colombiano’, sobre sus opiniones incómodas y su nuevo trabajo.

Sábado 16 Mayo 2009

SEMANA: ¿Por qué le quitaron la columna que desde hace 17 años tenía en ‘El Colombiano’?

JAVIER DARÍO RESTREPO: Ellos dicen que por una reorganización de las páginas editoriales y de opinión, pero eso es un eufemismo. Mis columnas no estaban cayendo bien en la dirección cuando se referían a las actuaciones presidenciales, a la reelección, al desmantelamiento profundo que este gobierno está haciendo de las instituciones, a la concentración del poder en las manos de una sola persona, o cuando criticaba el principio más ofensivo que ha hecho carrera en este país: dizque sólo hay una persona que puede gobernar.

SEMANA: Pero ‘El Colombiano’, como una empresa periodística cualquiera, puede contratar o despedir a sus columnistas cuando decida.

J.D.R.: Están en su derecho y son los dueños de ese espacio, pero lo que resulta discutible es que no están siendo leales con sus lemas y consignas. Cada vez son menos capaces de mantener esa libertad para discrepar qué debe haber en los medios. Hemos caído en que en este país hay que callar a quien critica o discrepa porque es un peligro, un terrorista. De eso hablé en mi anterior columna y creo que no aguantaron más.

SEMANA: ¿Y qué le dijeron?

J.D.R.: Me mandaron una carta. Yo les pedí que me dejaran despedir, y ellos, muy caballeros, me lo permitieron en una columna que salió el jueves.

SEMANA: Pero ¿ya le habían hecho algún reclamo?

J.D.R.: Hace como un año, cuando escribí una columna que hablaba del rostro siniestro del Presidente, refiriéndome a que él prefería una política de tierra arrasada frente a la guerrilla aun pasando por encima de la vida de las personas, no le gustó a la directora. De ahí en adelante empezaron a publicar cartas en el periódico contra mis columnas.

SEMANA: ¿Qué pierden los lectores con su salida?

J.D.R.: Una voz independiente. Por fortuna quedan otras, como las de León Valencia, Alejo Vargas y Rudolf Hommes, que deben luchar contra un criterio editorial que defiende a ultranza la reelección y la gestión presidencial. El jueves, por ejemplo, les dieron dos páginas para que los niños Tomás y Jerónimo hicieran sus descargos, mientras que el debate en el Congreso mereció sólo una reseña, cuando lo lógico es que todos hubieran hablado y confrontado para que el lector formara su opinión.

SEMANA: ¿Qué va a hacer?

J.D.R.: Seguir opinando. Ahora me ha salido más trabajo, pues muy generosamente El Espectador, El Heraldo y una agencia europea me ofrecieron columnas de opinión y las voy a aceptar.

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