lunes, 1 de noviembre de 2010

A propósito del Río Magdalena, por Amylkar Acosta


Am

Amylkar Acosta Medina, uno de los economistas más destacados del Caribe Colombiano, nos está alertando para que nos unamos, a fin de que Cormagdalena no desaparezca, porque sería una tristeza para todos los colombianos que deseamos una mejor suerte para el Río Magdalena.

Y aduce que sería un mal negocio para la nación.

Amylkar, quien hoy está cumpliendo 60 años y debemos felicitarlo, en este escrito que les presentaré, nos entrega muchísimos argumentos y cifras que nos indican que sería un error que el Congreso de la República deseche la Corporación…

1.    “Defender el Río Magdalena es, además de defender la principal arteria fluvial del país, defender el futuro de Colombia; ello es lo que está en juego en este momento en el trámite de este Proyecto”.

2.    … “de 1.540 kilómetros se extiende desde el macizo colombiano en el que nace hasta su desembocadura en el Mar Caribe, en donde se bifurca en dos brazos, el uno que conduce hasta Bocas de Ceniza y el otro hasta el canal del Dique. A lo largo de todo su trayecto sólo 700 kilómetros son navegables hoy en día por el abandono del cual ha sido objeto; 726 municipios están en el área de influencia de su cuenca hidrográfica y allí está asentada una población de 28 millones de almas, más del 50% del censo poblacional y el mayor porcentaje de esta es población vulnerable y con altos índices de necesidades básicas insatisfechas, la cual además deriva su subsistencia del Río. Son 35 ríos afluentes al Río Magdalena (los más caudalosos e importantes del país, que también están languideciendo); allí se genera el 85% del PIB y el 70% de la generación hidráulica del país, al tiempo que se concentra el 75% de la producción agropecuaria, constituyéndose en la verdadera despensa agrícola y pecuaria del país”

3.    “… Por ejemplo, en la Unión Europea el 60% de la carga se moviliza a través del transporte intermodal, lo cual contrasta con el 1.5% de Colombia. Ello repercute en los costos del flete, dado que el transporte por carretera (70%) es sensiblemente más costoso que el férreo (27%) y el fluvial (2%) y la preponderancia del primero nos mata”.

Es una tarea de todos… debemos sumarnos a ella: Cormagdalena fortalecida.

LuisEmilioRadaC
Pd:


 
A PENSAR EN GRANDE
(A propósito del Río Magdalena)
Amylkar D. Acosta M[1]
“Colombia no puede seguir dándole la espalda al Río Magdalena”
            Germán Cardona, Ministro del Transporte

La suerte del Río Grande de la Magdalena, que fue como lo bautizó hace 509 años el conquistador Rodrigo Bastidas, ha sido una de mis mayores preocupaciones desde hace rato. Desde la Colonia y posteriormente en los tiempos de la primera República, a falta de vías carreteables y férreas este fue el principal medio de transporte de carga y de pasajeros. Los primeros equipos y las primeras maquinarias del incipiente proceso de industrialización del país entraron al país por esta vía, la misma que le servía al también incipiente comercio interno e internacional. Pero, a medida que se fueron construyendo las carreteras y se amplió la red férrea, gobierno tras gobierno le fueron dando la espalda al Río el cual fue abandonado a su propia suerte después que se sirvieron de él. La tala de bosques primero y la erosión después a lo largo de de los 250.000 kilómetros que abarca su cuenca, provocaron su colmatación con los más de 200 millones de metros cúbicos de sedimentos que arrastra anualmente, los que de contera afectan también el calado de los canales de aproximación y ello el acceso a los puertos de Barranquilla y Cartagena.
Cuando hablamos del Río Magdalena no estamos hablando de naderías sino de algo trascendental como el que más. Su recorrido de 1.540 kilómetros se extiende desde el macizo colombiano en el que nace hasta su desembocadura en el Mar Caribe, en donde se bifurca en dos brazos, el uno que conduce hasta Bocas de Ceniza y el otro hasta el canal del Dique. A lo largo de todo su trayecto sólo 700 kilómetros son navegables hoy en día por el abandono del cual ha sido objeto; 726 municipios están en el área de influencia de su cuenca hidrográfica y allí está asentada una población de 28 millones de almas, más del 50% del censo poblacional y el mayor porcentaje de esta es población vulnerable y con altos índices de necesidades básicas insatisfechas, la cual además deriva su subsistencia del Río. Son 35 ríos afluentes al Río Magdalena (los más caudalosos e importantes del país, que también están languideciendo); allí se genera el 85% del PIB y el 70% de la generación hidráulica del país, al tiempo que se concentra el 75% de la producción agropecuaria, constituyéndose en la verdadera despensa agrícola y pecuaria del país. Dada su importancia y el grado de deterioro del mismo, los constituyentes de 1991 entendieron la imperiosa necesidad de su recuperación y con tal fin crearon la Corporación Autónoma del Magdalena[2], la única de origen constitucional. A renglón seguido la Ley 161 de 1994 se encargó de desarrollar el precepto constitucional y mediante la Ley 141 de 1994 se le asignó el 10% de los recursos del Fondo Nacional de Regalías (FNR). 


EL TRANSPORTE INTERMODAL
No se puede perder de vista que uno de los principales obstáculos que enfrenta Colombia para mejorar su competitividad es precisamente el déficit y las falencias en materia de infraestructura, particularmente en materia de transporte y en este aspecto la navegabilidad del Río tiene una gran relevancia. La clave en la economía de transporte para la movilización de la carga está en el transporte intermodal y así lo han entendido otros países más prósperos que el nuestro. Por ejemplo, en la Unión Europea el 60% de la carga se moviliza a través del transporte intermodal, lo cual contrasta con el 1.5% de Colombia. Ello repercute en los costos del flete, dado que el transporte por carretera (70%) es sensiblemente más costoso que el férreo (27%) y el fluvial (2%) y la preponderancia del primero nos mata.
Veamos los costos comparativos de una y otra modalidad: el flete por tonelada/kilómetro a lo largo del Río Magdalena entre Honda y Barranquilla, trayecto este de 900 kilómetros, en tracto camión cuesta US $0.12, en ferrocarril entre US $0.03 y US $0.04 y por vía fluvial, utilizando botes con capacidad de 80 contenedores de 20 pies, 40 en cada uno de los dos niveles, cuesta US $0.02. Es decir, que el transporte de carga por carretera cuesta 6 veces con respecto al transporte por el Río. Ello explica que el flete represente para las empresas colombianas un 52% de sus costos logísticos, lo cual significa una tara que incide en el precio final del producto a la hora de colocarlos en los mercados, lo cual afecta enormemente su competitividad, sobre todo en tratándose de la exportación de los mismos.
Por ello no es extraño que uno de los proyectos identificados como estratégicos de este país en el ejercicio que se hizo para concertar la Agenda para la productividad y la competitividad (AIPC), fue precisamente la recuperación de la navegabilidad del Río Magdalena, para integrarlo  a los llamados corredores de la competitividad, empresa en la cual desde luego CORMAGDALENA está llamada a jugar un rol de la mayor importancia. Y no es para menos, pues su adecuación mediante el dragado de su lecho y la habilitación de sus puertos para hacer de él una hidrovía expedita y barata cuesta aproximadamente US $1.5 millones por kilómetro, costo este que se compara muy favorablemente con lo que cuesta, por ejemplo, un kilómetro de doble calzada del proyecto de la Ruta del Sol, el cual cuesta US $7 millones. Esto lo decimos no para concluir que no se justifica este último, sino para resaltar que la navegabilidad del Río es el complemento perfecto de la malla vial que necesita el país para su inserción exitosa en las corrientes de comercio internacional, al tiempo que contribuiría a la mayor integración regional habida consideración de que gran parte de las regiones del país están embotelladas e invertebradas por falta de vías. Según cálculos del director de CORMAGDALENA Gonzalo Botero, su habilitación para hacer del Río una verdadera autopista acuática puede costar entre US $800 mil millones y US $1 billón de dólares, cifra esta modesta si la comparamos con los US $1.1 billones, que sería el costo inicial del proyecto de la Ruta del Sol, aunque acaba de advertir el Ministro de Transporte que hay un alto riesgo de que el costo sea mucho mayor debido a fallas en su estructuración[3]. Otro referente importante es el costo del proyecto del Oleoducto Bicentenario, US $4.200 millones, el cual se extenderá desde Casanare hasta el Puerto de Coveñas en Sucre, para evacuar el crudo que en este momento transportan más de 200 tractomulas que están a punto de colapsar las vías carreteables.
PELIGRA CORMAGDALENA
Estas consideraciones me motivaron hace ya siete años a poner el grito en el cielo y a alertar sobre el exabrupto que se quiso cometer al tratar de eliminar a CORMAGDALENA. En efecto, mediante el proyecto de acto legislativo 03 de 2003 se pretendió acabar con ella, dizque porque “…los objetivos para los cuales ha sido creada…la empresa ha sido diseñada para cumplir labores muy dispersas…dichas funciones pueden ser desempeñadas por los ministerios sectoriales respectivos, generando ahorros importantes en funcionamiento y control[4]”. Las mismas razones que se invocaron en su momento para fusionar y suprimir ministerios para ahora tener que volver a crearlos ante el fracaso de tales desaguisados.  Por fortuna la intentona del fugaz Ministro que por aquellas calendas fungía como tal, el inefable Fernando Londoño Hoyos, se frustró y la corporación pudo sobrevivir a su ojeriza. Pero, ahora estamos nuevamente ante el riesgo de que la corporación perezca por inanición, pues el 70% de sus recursos dependen del 10% de los ingresos del FNR y el Proyecto de acto legislativo que busca reformar el régimen de regalías hace tabla rasa de lo estatuido tanto en la constitución como en la Ley.  Y digámoslo claramente, atentar contra la estabilidad de CORMAGDALENA es darle una estocada al moribundo Río Grande de la Magdalena.
Y esto no lo digo a humo de paja, es que uno de los daños "colaterales" como llamaban eufemísticamente las bajas entre la población civil de los bombardeos "quirúrgicos" de los aviones de guerra de la OTAN en su intervención en la guerra de los Balcanes, de la reforma del régimen de regalías es el Río Magdalena. Tanto el texto original presentado por el Gobierno como el aprobado en primer debate por parte de la Comisión primera del Senado se ignoró olímpicamente la existencia de CORMAGDALENA. Al activarse todas las alarmas, en el texto aprobado en la plenaria del Senado de la República se trató de corregir el entuerto, pero a mi juicio de manera insatisfactoria. Por eso no soy tan optimista como el gobernador Horacio Serpa, padre de esta criatura, cuando habla de la resurrección de CORMAGDALENA después de estar tres días en estado cataléptico[5]. Desde luego que es rescatable la declaración del Ministro de Transporte Germán Cardona, en el sentido que “Colombia no puede seguir dándole la espalda al Río Magdalena”; pero, del dicho al hecho hay mucho trecho y este es el caso. De todos modos, no deja de ser alentador el anuncio del propio Presidente Santos de su apuesta por la salvación del languideciente Río Magdalena y su instrucción precisa para que se acometan de inmediato los estudios para rescatarlo[6]. Dicha iniciativa contempla aumentar el calado del Río que oscila actualmente entre  3.5 y 6 pies a 9 pies, ello va muy en línea con el propósito del Gobierno de poner en marcha las cinco locomotoras del crecimiento, las cuales sólo se podrán movilizar si cuentan con los rieles para hacerlo y el Río es uno de ellos. Es claro, entonces, que el tratamiento de CORMAGDALENA en el proyecto de marras no se compadece con estos anuncios y va en contravía de los planes de este gobierno.
MENGUA Y CONGELAMIENTO
Vamos al texto aprobado en la plenaria del Senado de la República: Artículo 2.-“Los departamentos, municipios y distritos en cuyo territorio se adelanten explotaciones de recursos naturales no renovables, así como los municipios y distritos en los que existan puertos marítimos y fluviales por donde se transporten dichos recursos o productos derivados de los mismos y los municipios ribereños y en los que nace el Río Grande de la Magdalena y los Municipios y Distritos Costeros de su desembocadura  con los recursos de CORMAGDALENA, tendrán derecho de participación en el Sistema General de Regalías a través del Fondo de Participación de Entidades Productoras. La suma de esta participación no podrá superar el porcentaje del Fondo de Desarrollo Regional que defina la ley por este concepto. Estos recursos se destinarán conforme a los criterios que para el efecto establezca la ley.
Los recursos del Fondo de Desarrollo Regional  y del Fondo de Compensación Regional serán también un porcentaje del Sistema General de Regalías y crecerán anualmente, en un monto equivalente a la mitad de la tasa de crecimiento total de las regalías, la diferencia se destinará al Fondo de Ahorro y Estabilización”[7].

Cormagdalena terminó empaquetado de cualquier manera con las entidades territoriales actualmente receptoras de regalías, con una redacción intrincada y confusa. Cabe preguntarse qué se quiere decir cuando se afirma que “los Municipios y Distritos Costeros de su desembocadura  con los recursos de CORMAGDALENA, tendrán derecho de participación en el Sistema General de Regalías a través del Fondo de Participación de Entidades Productoras”, el cual adicionaron a los multifondos propuestos por el Gobierno. Aquí queremos hacer dos acotaciones, la primera es que los recursos de CORMAGDALENA los tendrá esta que compartir con el sinnúmero de municipios y distritos costeros, lo cual iría en mengua de sus recursos propios. La segunda, es que CORMAGDALENA al igual que los  departamentos y municipios productores de recursos naturales no renovables y portuarios terminarían congelados una vez sea expedida la ley a través de la cual se le daría desarrollo a este proyecto de acto legislativo. Así de claro está cuando se advierte en este que “los recursos del Fondo de Desarrollo Regional  y del Fondo de Compensación Regional serán también un porcentaje del Sistema General de Regalías y crecerán anualmente, en un monto equivalente a la mitad de la tasa de crecimiento total de las regalías, la diferencia se destinará al Fondo de Ahorro y Estabilización[8]. Es decir, que los fondos de Desarrollo Regional y de Compensación Regional tomarán para sí el 50% de los mayores ingresos provenientes de las regalías y el otro 50% iría a parar al Fondo de Ahorro y Estabilización. Queda claro, entonces, que al Fondo de Participación de Entidades Productoras no ingresaría un solo peso de esos mayores ingresos de regalías y por lo tanto los departamentos y municipios productores y portuarios, así como CORMAGDALENA se tendrán que conformar con lo que se le asigne en la ley que estaría llamada a repartir los peces y los panes.
Así las cosas, le correspondería a CORMAGDALENA entrar en la puja por el reparto de los magros recursos de los cuales participaría. En consecuencia, de aprobarse este Proyecto como salió aprobado de la plenaria del Senado de la República en primera vuelta, CORMAGDALENA y con ella el propio Río madre de Colombia tendría sus días contados. Huelga decir que quitarle los recursos que por ministerio de la Ley y la Constitución dispone actualmente CORMAGDALENA sería un enorme desatino, un acto de miopía y lo que es peor iría en desmedro de las condiciones económicas y sociales de la población ribereña y no hay derecho de que eso pueda ocurrir.
Defender el Río Magdalena es, además de defender la principal arteria fluvial del país, defender el futuro de Colombia; ello es lo que está en juego en este momento en el trámite de este Proyecto. Se podrá decir que los recursos que hoy recibe del FNR estarán a salvo porque en la Ley que desarrolle el Acto legislativo se le asignarán, pero es que en medio de la rapiña que desde ya se observa, como si fuera una piñata, en donde todos a una como pirañas le quieren caer a las regalías, la suerte de la Corporación y con ella la del Río puede verse seriamente comprometida para desventura del país. Esta sería otra pata que le nacería al cojo.

Bogotá, octubre 28 de 2010
www.amylkaracosta.net


[1] Ex presidente del Congreso de la República
[2] Artículo 331 de la CP
[3] El Tiempo. Octubre, 28 de 2010
[4] Proyecto de Acto legislativo 03 de 2.003. Fernando Londoño. Exposición de motivos
[5] El Nuevo Siglo. Octubre, 27 de 2010
[6] El Tiempo. Octubre, 28 de 2010
[7] Proyecto de Acto legislativo No. 13 "por el cual se constituye el Sistema General de Regalías", artículo 2º
[8] Idem

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