lunes, 4 de abril de 2011

Las causas del desarrollo regional excluyente, por Jairo Parada Corrales

Las causas del desarrollo regional excluyente
Por: Jairo Parada Corrales

El tema de la necesidad de lograr un desarrollo incluyente en la Región Caribe estuvo en la agenda del Foro Caribe Siglo XXI, poco comentado en los medios con posterioridad.
En esta columna, exploraré primero las causas del mismo, pues la exclusión puede ser vertical desde el punto de vista social, como horizontal, desde la mirada espacial, al concentrarse el desarrollo por efectos de aglomeración en las ciudades más importantes de la Región. Otro día, examinaré las propuestas para generar un desarrollo más incluyente.

En términos generales se puede afirmar que la economía colombiana crece a unas tasas moderadas desde el siglo XX, aunque insuficientes, pero con un patrón de crecimiento que hasta la fecha no ha podido resolver en forma aceptable los problemas de la pobreza, pues la mantiene en un 46%, y la indigencia en un 18%. La pobreza rural se estima en un 65%. El coeficiente de Gini se mantiene en 0,578, en materia de ingresos, uno de los más altos del mundo, pero el coeficiente de concentración de la propiedad está en 0,875. Son 20 millones de pobres y 7,2 millones en la indigencia.

Luego si el desarrollo de la Región Caribe no ha sido incluyente ello obedece a que es un espacio de acumulación que sigue el modelo general del país, pero con el agravante de partir históricamente de condiciones iniciales de mayor pobreza y desventaja frente a las regiones más avanzadas del país. En ella, la desigualdad es mayor que en otras regiones, pues en el Plan de Desarrollo “Prosperidad para Todos” se señala que en la Región Caribe el coeficiente de Gini alcanza 0,53, mientras que en la Región Central (Antioquia-Cundinamarca-Zona Cafetera y Santander alcanza un 0,43. Luego nuestra desventaja no es sólo en Ingreso per-cápita sino en desigualdad!

La ausencia de desarrollo incluyente en la Región responde por tanto a una matriz institucional nacional de exclusión y concentración de la riqueza y las ventajas del desarrollo, acompañada de rasgos específicos que se remontan a nuestra historia evolucionaria que tiene que ver con los éxitos y fracasos de los procesos de desarrollo industrial, minero, comercial y agropecuario, además de las particularidades de nuestros procesos políticos, hábitos de pensamiento y el peso de estructuras de poder pre modernas muy ligadas a la concentración de la tierra y del poder político. La exclusión y la desigualdad son más graves en el Caribe ante una industrialización débil, sólo localizada en Barranquilla, Cartagena y algo en Santa Marta.
A nivel del desarrollo agropecuario, el peso de la gran propiedad en una ganadería extensiva, sigue afectando el uso racional de los recursos del suelo, a pesar de haber surgido una pequeña y mediana ganadería empresarial, y un desarrollo agrario de plantación ligado a cultivos permanentes. A nivel institucional, en la región en muchas áreas no predominan los hábitos de pensamiento propios de una sociedad moderna, democrática y progresista, sino que se desarrolla la cultura de la depredación de lo privado y lo público, y la captura de rentas a través de concesiones, licitaciones, contratos, etc., que refuerzan la misma estructura que obstaculiza el desarrollo.
La riqueza en algunas partes no surge de la dinámica empresarial sino de los favores concedidos de los gobiernos locales, departamentales y nacionales. No se trata de un terreno nivelado en forma igual para todos los jugadores. Lo que tenemos hoy es pues producto de nuestra propia historia regional, en la cual el centralismo ha sido un factor adicional que ha agravado las anteriores condiciones, empeorando la situación de los habitantes del Caribe.

Jairo J. Parada Corrales
Economista, PhD.
Barranquilla-Colombia
Celular 311-650-0550
 
Phone and fax: 57-5-3557657
http://blogs.uninorte.edu.co/jparadac.php

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