sábado, 6 de mayo de 2017

Llamado a los candidatos Por: Moisés Wasserman

"Ya estamos en campaña presidencial y todavía a tiempo para no embarrarla. Llevamos varias, no recuerdo cuántas, construidas sobre el miedo a algún enemigo. Asustar a la gente y promover su indignación son estrategias fáciles para ganar votaciones, pero muy malas para construir un país".

Eso lo dice en esta columna, Moisés Wasserman, un estudioso de lo que ha estado ocurriendo en Colombia.

Vamos a leerlo con calma.

RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1

Llamado a los candidatos

05 de mayo 2017 , 12:06 a.m.
Esperaríamos que nos dijeran cómo ven su país ideal y qué harán para encaminarlo en esa dirección.



Ya estamos en campaña presidencial y todavía a tiempo para no embarrarla. Llevamos varias, no recuerdo cuántas, construidas sobre el miedo a algún enemigo. Asustar a la gente y promover su indignación son estrategias fáciles para ganar votaciones, pero muy malas para construir un país. La campaña monotemática contra un enemigo (hoy se perfila el corrupto) le da al candidato un cheque en blanco para todo el resto.

Estos enemigos son como un dolor de muelas. Hay que salir de él, pero a nadie que le pregunten cómo ve su futuro va a contestar que ve una vida sin dolor de muelas. Ese no puede ser su objetivo vital; querrá estudiar, realizarse, construir una familia y tener grandes satisfacciones. Entonces, ¿por qué para elegir a quienes van a configurar el futuro del país nos limitamos a hablar sobre el dolor de muelas?



Esperaríamos que los candidatos nos dijeran cómo ven su país ideal y qué van a hacer para lograr que se encamine en esa dirección. Se me ocurren tres grandes temas para empezar. El primero es la educación. No es un problema resuelto. La educación puede ser el más poderoso instrumento para promover la equidad social, pero igualmente puede servir para transferir generacionalmente viejos privilegios. Entre mayor sea su calidad, mayor es también su capacidad para lo uno o lo otro. La situación actual está lejos de ser la mejor. La realidad es que hay educación básica y media gratuita y con alta cobertura, pero también que en la lista de los mejores colegios casi todos son los privados de siempre. Las diferencias entre regiones y entre poblaciones urbanas y rurales son grandes; los indicadores, comparados internacionalmente, no son buenos.
En educación superior las buenas universidades privadas son inalcanzables para la mayoría de la población, las públicas no dan abasto, y sufren (incluso las emblemáticas) de un proceso crónico de desfinanciamiento que inevitablemente llevará a deterioro y pérdida de competitividad. El programa Ser Pilo Paga, aunque bienvenido porque ayuda a unos muy pocos, muy pilos y muy pobres, es por definición lo contrario a una política general para igualar oportunidades.
El segundo tema es el de ciencia y tecnología, que no ha sido tomado en serio. Tenemos los índices de inversión más bajos de la región y en lugar de políticas tenemos una colección de lemas. La mayor prueba de su baja prioridad fue el reciente traslado de recursos de regalías, originalmente asignados a C y T, para carreteras. Los indicadores del Observatorio de Ciencia y Tecnología muestran que el número de investigadores ha disminuido en los últimos tres años. Más grave aún, mientras el número de investigadores mayores disminuye lentamente (posiblemente por causas biológicas), el de investigadores jóvenes cae drásticamente. La institucionalidad de la ciencia está debilitada y confundida, el financiamiento es precario, las universidades no pueden de sus propios recursos financiar más.
El tercer tema es la cultura. Tenemos ministerio, pero sin duda la cenicienta entre los ministerios. Aunque la Constitución del 91 puso a “la cultura como uno de los elementos centrales del concepto de nación y diversidad”, es muy poco lo que se ha hecho en realidad. Conozco dos documentos de política Conpes, uno del 2002 y otro del 2010, pero ambos se refieren al fortalecimiento de “industrias culturales”.

Surgirán otros temas, y muy importantes, pero me parece que estos merecen gran atención. Que los candidatos nos digan cómo van a lograr que la educación genere equidad y oportunidades de crecimiento, que la ciencia produzca conocimiento, capacidad de respuesta, y desarrollo económico y social, y que la cultura sea un fundamento para la realización personal y para la felicidad.


MOISÉS WASSERMAN@mwassermannl

No hay comentarios:

Publicar un comentario