¿Cómo acabará la crisis en Europa?
Verónica Navas
Analista
A
pesar del triunfo del partido de centro derecha en Grecia, que le ha
dado un respiro a los mercados financieros internacionales, la situación
en Europa es cada vez más delicada. Aunque el problema de fondo sigue
siendo el mismo, la falta de voluntad de parte de las autoridades
Europeas, particularmente el Gobierno Alemán, para dar una solución
pronta y radical a la crisis de la deuda que agobia a varios países está
generando un nerviosismo creciente y las consecuencias pueden ser
catastróficas.
Ahora bien, algunas cosas sí han
cambiado. El desempleo en Europa ha subido aun más (alcanzó 11%), en el
caso de España alcanzó un nivel de 24% el mes pasado. El crecimiento de
la zona Euro estuvo alrededor de -0.1% en el primer trimestre, y se
espera que crezca a lo sumo 0.3% en el año. El consumo se ha estancado,
dado que adicionalmente el crédito se está contrayendo, y el pesimismo
de los industriales se ha incrementado.
Adicionalmente, la posibilidad de que
Grecia termine saliendo de la Unión Monetaria todavía es real,
simplemente por la imposibilidad para cumplir los compromisos requeridos
para permanecer. El ajuste fiscal que se le está exigiendo a Grecia
implica un recorte de gastos de casi 5% del PIB potencial de esta
economía para el periodo entre 2011 y 2013, según la Ocde.
Esto es particularmente difícil para un país en recesión y hace que su recuperación sea prácticamente imposible. Aunque la potencial salida de Grecia de la Unión Monetaria tendría consecuencias devastadoras en el corto plazo, en el transcurso de los próximos 12 meses luce como la única salida posible. La devaluación de la moneda Griega es la única herramienta que puede utilizar este país para incrementar su competitividad y cerrar su déficit en la cuenta corriente (12.7% del PIB).
Esto es particularmente difícil para un país en recesión y hace que su recuperación sea prácticamente imposible. Aunque la potencial salida de Grecia de la Unión Monetaria tendría consecuencias devastadoras en el corto plazo, en el transcurso de los próximos 12 meses luce como la única salida posible. La devaluación de la moneda Griega es la única herramienta que puede utilizar este país para incrementar su competitividad y cerrar su déficit en la cuenta corriente (12.7% del PIB).
¿Qué pasa si Grecia abandona el Euro? La
primera consecuencia es una devaluación abrupta del reinstaurado dracma,
ocasionada en parte por la profundización rápida de la corrida bancaria
que Grecia viene sufriendo desde hace meses, ya que nadie va a querer
tener su dinero denominado en una moneda cuyo valor va a caer no se sabe
hasta donde. La gran incógnita es lo que pueda suceder en el resto de
la Eurozona, ya que existe un riesgo no menor de que los sistemas
financieros de varios países miembros se contagien del pánico. Por lo
tanto, con el fin de evitar una corrida bancaria a nivel de todo el
continente Europeo, tendrían que tomarse medidas tales como cierre de
bancos y límites a las salidas de capital. La incertidumbre resultaría
en el desplome de las bolsas, y un incremento en la aversión al riesgo
que llevaría a los inversionistas a refugiarse bien sea en bonos del
tesoro norteamericano o títulos de deuda alemana.
Las implicaciones sobre el resto de
Europa son inciertas.
Ya España está sufriendo las consecuencias de la actual incertidumbre. Si bien este país es solvente, la creciente iliquidez a la que se enfrenta puede voltear por completo la situación y llevarlo a una situación semejante a la de Grecia. De hecho, los costos de endeudamiento de España han subido dramáticamente y esta semana alcanzaron su nivel más alto desde la creación del Euro. En otras condiciones del mercado (es decir a una tasa de 4%), España habría podido asumir el costo de la capitalización de su sistema financiero, ya que incrementar su nivel de deuda en 12% del PIB, su costo de servicio de la deuda aun sería razonable y sostenible, dado el potencial de crecimiento de esta economía. No obstante, a una tasa superior a 7% como la que está pagando ahora España por su deuda a 10 años, la situación es insostenible. De ahí la necesidad de que se rescatara al sistema financiero español.
Ya España está sufriendo las consecuencias de la actual incertidumbre. Si bien este país es solvente, la creciente iliquidez a la que se enfrenta puede voltear por completo la situación y llevarlo a una situación semejante a la de Grecia. De hecho, los costos de endeudamiento de España han subido dramáticamente y esta semana alcanzaron su nivel más alto desde la creación del Euro. En otras condiciones del mercado (es decir a una tasa de 4%), España habría podido asumir el costo de la capitalización de su sistema financiero, ya que incrementar su nivel de deuda en 12% del PIB, su costo de servicio de la deuda aun sería razonable y sostenible, dado el potencial de crecimiento de esta economía. No obstante, a una tasa superior a 7% como la que está pagando ahora España por su deuda a 10 años, la situación es insostenible. De ahí la necesidad de que se rescatara al sistema financiero español.
¿Qué sigue ahora?
En el corto plazo se
necesita una intervención mucho más agresiva de parte del Banco Central
Europeo proveyendo liquidez ilimitada al sistema financiero. De ahí que
resulte sorprendente que en su pasada reunión no se haya decidido bajar
las tasas (aunque se espera que en la próxima lo hagan). Pero, además de
la reducción en tasas, es necesaria la expansión monetaria
cuantitativa.
La credibilidad del Euro hacia delante
depende también de otras medidas, tales como la mutualización de la
deuda y la creación de una "Unión Bancaria" que complemente a la Unión
Monetaria a través de garantías a los depósitos en todo el continente,
supervisión bancaria y la capacidad de recapitalizar al sistema
financiero con recursos conjuntos. No obstante, Angela Merkel se resiste
a aceptar este tipo de medidas, ya que implicarían que Alemania asuma
parte del costo de la irresponsabilidad fiscal de países como Grecia. La
mutualización de la deuda (o parte de ésta), por ejemplo, encarecería
el costo de la deuda para Alemania. Si bien esto es indeseable, es el
precio que debe pagar Alemania si quiere preservar el Euro. A la hora de
hacer su análisis de costo-beneficio, Alemania deberá tener presente
que es el país que más se ha beneficiado del Euro a través de sus
exportaciones al resto de Europa, así que tiene mucho que perder.
Ángela Merkel, de Alemania
La posibilidad de que la crisis en Europa se convierta en una crisis financiera internacional no es despreciable, y las consecuencias potencialmente podrían ser tan graves como el episodio de Lehman en 2008. Es posible que Alemania no tenga interés en ayudar a Grecia y que lo deje eventualmente salir del Euro. Sin embargo, no es claro que se puedan contener los efectos sobre el resto de la Unión Europea de una salida de Grecia. Es por esto que se deben tomar medidas estructurales como las mencionadas, y pronto, para que las economías de la periferia e Italia puedan volver a ser viables financieramente.
Ángela Merkel, de Alemania
La posibilidad de que la crisis en Europa se convierta en una crisis financiera internacional no es despreciable, y las consecuencias potencialmente podrían ser tan graves como el episodio de Lehman en 2008. Es posible que Alemania no tenga interés en ayudar a Grecia y que lo deje eventualmente salir del Euro. Sin embargo, no es claro que se puedan contener los efectos sobre el resto de la Unión Europea de una salida de Grecia. Es por esto que se deben tomar medidas estructurales como las mencionadas, y pronto, para que las economías de la periferia e Italia puedan volver a ser viables financieramente.
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