lunes, 22 de febrero de 2010

Rudolf Hommes: ¿Tienen libertad los columnistas en Colombia?


Saliendo un poco del tema de REGION CARIBE y el VOTO CARIBE, revisemos un poco la columna del ex ministro de hacienda, Rudolf Hommes, quien está escribiendo en varios medios, siempre enseñandonos a mirar la vida desde el punto de vista económico, ético, empresarial y periodístico.
Mañana se va a realizar en Bogotá, un evento como homenaje al ex columnista de El Tiempo, Roberto Posada García-Peña, quien falleció, precisamente hace un año y el Circulo de Periodistas de Bogotá ha lanzado dos preguntas al ruedo:

1. ¿Deben ser columnistas quienes tuvieron o tienen vínculos con el poder político o con algún gobierno?

2. También pregunta el CPB ¿de qué libertad gozan los columnistas en los medios nacionales?

Y el propio autor de la columna que aparece hoy en el diario La República, confiesa que "en casi 30 años que voy a cumplir escribiendo, 16 de los últimos semanalmente en la prensa nacional, he escrito con plena libertad".

Y yo puedo decirles que Rudolf Hommes ha tenido mucha libertad. Como ministro, como compañero de Juan Gossaín en RCN y en la vida... En la Convención Bancaria el año pasado, en Cartagena, criticó a los banqueros que le estaban pagando su hospedaje en el hotel Hilton, le pagaron por su presentación y se ganó los aplausos que estábamos en el recinto... en este blog nuestro eso quedó registrado.

El tema es bueno, leamos lo que Hommes escribió sobre el tema, que es interesante.

Luis Emilio Rada C
Pd:

Limitaciones de los columnistas
Rudolf Hommes

El cierre sumario de la revista Cambio ha suscitado angustia entre los periodistas y ha motivado la organización de foros como el que se llevará a cabo en el Círculo de Periodistas de Bogotá el próximo martes 23 de febrero,
cuando se cumple el primer aniversario del fallecimiento del columnista de El Tiempo Roberto Posada García-Peña, en cuya memoria se llevará a cabo el evento.

Las directivas del CPB han invitado a varios comentaristas a este foro y les han preparado unas preguntas.

La primera de ellas es si deben ser columnistas quienes tuvieron o tienen vínculos con el poder político o algún gobierno. Curiosamente no preguntan si lo deben ser quienes tienen vínculos con el poder económico, lo que sería igualmente relevante.

Es casi imposible encontrar alguien que no tenga vínculos personales o familiares con la política, el capital, y en general con el poder, el gobierno o la oposición.

Quizás lo que está implícito en las dos preguntas es si debe evitarse que los columnistas utilicen sus escritos obtener beneficios económicos o políticos.

Esto es indeseable, sin duda y no debería permitirse. El columnista debería imponerse la regla de no escribir sobre aquellos temas que le pueden reportar indebidamente beneficios personales. Esta es una regla obligatoria.

Pero ¿deberíamos impedir que si alguien pertenece, por ejemplo, al partido Conservador utilice sus columnas para defender las ideas de ese partido o para apoyar a sus candidatos? La respuesta es probablemente no.
La idea es que florezcan muchas ideas y que haya conflicto entre ellas para contribuir al pluralismo en un democracia.

La uniformidad es enemiga de la creatividad y de la libertad. Además, permitir que solamente expresen opiniones quienes carecen de experiencia, o quienes no pueden tener conflictos, es concederles el monopolio de la opinión a los que posiblemente no tienen nada importante que decir o no están suficientemente equipados para defenderse contra un "mejor contrario".

Es necesario que quien esté incurso en un conflicto de interés lo declare. Cuando tuvimos el extenso debate a favor o en contra del TLC, no siempre declaraban los columnistas que sus opiniones eran las que les convenían a sus empleadores o las que ellos deseaban que se propagaran, y algunos medios les dieron un foro desproporcionadamente amplio a los representantes de esos intereses. Esto va en contra del equilibrio informativo.

Es legítimo que un medio le brinde a un miembro del gobierno la oportunidad de defender un punto de vista o una decisión de gobierno en una columna, pero no es tan claro que sea conveniente que ese funcionario sea columnista habitual. Lo mismo aplica en el caso de personas que ocupan cargos de importancia en empresas privadas.

Pueden aportar legítimamente a la formación de opinión pública, pero es mejor que lo hagan sobre otros temas. El CPB pregunta al respecto, ¿qué hacer con los columnistas que son asesores de imagen de empresas?

Lo deseable sería, en ese caso, que no escribieran u opinaran sobre esas empresas, ni siquiera cuando declaran que existe un conflicto de interés. Hay cosas que son incompatibles, y una de ellas es cobrar por lo que uno escribe a alguien distinto del medio que lo emplea.

También pregunta el CPB ¿de qué libertad gozan los columnistas en los medios nacionales? En casi 30 años que voy a cumplir escribiendo, 16 de los últimos semanalmente en la prensa nacional, he escrito con plena libertad.

Pero nadie está exento en Colombia, como lo acaban de comprobar Maria Elvira Samper, Rodrigo Pardo y sus colaboradores, de que un día le digan que se vaya porque molesta a alguien poderoso.

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