domingo, 10 de septiembre de 2023

La humanidad llegó a la era del fuego incontrolable. Nátaly Londoño Laura

El fuego…

La humanidad llegó a la era del fuego incontrolable.

¿Será que podremos manejar esta situación?

Una serie de incendios forestales incontrolables están causando crisis económicas y ambientales en todo el mundo.

¿Qué se puede hacer al respecto?

Revisemos el tema con los que saben.

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La humanidad llegó a la era del fuego incontrolable

El hemisferio norte está ardiendo, y Grecia, Italia, España, Portugal, Argelia, Túnez y Canadá son solo algunos de los países en los que el fuego ha arrasado con miles de hectáreas de bosques, causando no solo daños ambientales y económicos, sino también, en muchos de los casos, la pérdida de vidas humanas.

Sin embargo, la superficie forestal quemada en todo el mundo en los últimos años disminuyó, pese a que por fuera del trópico haya aumentado de manera extrema y agresiva, según Mark Parrington, científico jefe del Servicio de Control de la Atmósfera Copernicus (CAMS), a DW.

Es decir, cada vez hay (y habrá) menos incendios, sí, pero los que hay (y habrá), cada vez son (y serán) más grandes y más difíciles de controlar o de extinguire, pues tal y como lo pronosticó en el 2022 un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), debido al avance del cambio climático, los incendios extremos aumentarán un 30 % para 2050 y un 50 % para finales de siglo.

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Dos cifras difíciles de cuestionar, y que dan pie para comprender el fenómeno que hoy ocurre, si se tiene en cuenta que, como cita el mismo estudio, “aunque entre 2001 y 2019 los bosques de la Tierra capturaron aproximadamente el doble de carbono del que emitieron, las emisiones de los incendios forestales van a ejercer presión sobre un presupuesto de carbono que se reduce rápidamente”.

Pero el cambio climático no es el único causante de esta amenaza, también lo son las sequías, los usos de la tierra, y en general, todo un engranaje generado por la actividad humana y que desemboca con fuerza en un término acuñado por Stephen Pyne en el artículo How humans created fire and fire made us human (2015): piroceno.

Un término con el que plantea que, como especie, hemos creado un nuevo tiempo geológico: la Era del Fuego.

La humanidad llegó a la era del fuego incontrolable

El primer oxígeno

La geóloga y científica del suelo española, Kathelijne Bonne, define el fuego como “un conjunto de gases y partículas de hollín tan calientes que brillan y emiten luz. Con ese calor, se produce una reacción química con el oxígeno: la oxidación. La oxidación a alta temperatura se denomina combustión. Los gases que se liberan son visibles y brillantes hasta que se enfrían”.

Y este elemento se puede generar de muchas maneras, por ejemplo, el que surge y les da vida a los incendios forestales se da por el encuentro de tres factores, explicó Juan Fernando Salazar, profesor de la Escuela Ambiental de la Universidad de Antioquia. La primera, que haya combustible disponible (algo que se queme). La segunda, que haya condiciones atmosféricas y meteorológicas favorables (que la temperatura del ambiente sea alta o haya sequía).

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La tercera, que haya algo que encienda el fuego, un precursor, un detonante (un rayo, personas que encienden fogatas y no se cercioran de apagarlas o las que intencionalmente queman un territorio como una práctica agrícola común y luego el fuego se descontrola, una botella de vidrio abandonada en el bosque, porque esta queda expuesta a los rayos del sol, los concentra y enciende una chispa).

Es decir, los bosques solo arden si hay oxígeno. “Antes la atmósfera no tenía oxígeno, pero en algún momento, hace 2..400 millones de años, se comenzó a producir”, detalló Bonne. Ocurrió gracias a la acción de unas bacterias que realizaban fotosíntesis y liberaban oxígeno en el proceso, y llevaron finalmente a la aparición de “organismos multicelulares que lo respiran como los animales y los seres humanos. Las plantas también buscaron su camino hacia la luz, y realizan la fotosíntesis, al igual que las bacterias”.

La humanidad llegó a la era del fuego incontrolable

El fuego

Así que mientras la vegetación colonizaba al planeta, ocasionalmente se producían incendios forestales en los continentes, hasta que hace dos millones de años surgió la humanidad, y hace aproximadamente uno, la misma humanidad empezó a jugar con él mismo, hasta descubrir que ese elemento tan llamativo podía ser domesticado.

El control del fuego permitió a nuestra especie cambiar el tipo de alimentación, los estilos de caza, la fabricación de herramientas e, incluso, le permitió cambiar la forma en la que nos relacionábamos y nos construíamos como sociedad, cuando reunidos alrededor del fuego, en las noches, reflexionábamos o contábamos historias en colectivo, una práctica que todavía hoy se mantiene.

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“Muchos campesinos y pueblos indígenas siguen usando el fuego de manera controlada en prácticas agrícolas tradicionales, porque algunas semillas incluso necesitan el calor del fuego para germinar o porque con el fuego se puede eliminar la cobertura vegetal necesaria para iniciar nuevos sembrados”, comentó Susana Rodríguez Buriticá, gerente de estudios socioecológicos y cambio global del Instituto Humboldt.

Y es que si bien es cierto que muchos ecosistemas son sensibles ante el fuego porque cuando este se produce sobre sus árboles el daño es severo y la regeneración tarda mucho; existen muchos otros que dependen de este elemento, a nivel natural, para continuar con sus ciclos vitales.

“Nosotros hemos dependido del fuego desde tiempos prehistóricos”, detalló Rodríguez. “Y el piroceno precisamente es este concepto que está invitándonos a reconocer esa relación cercana que como especie tenemos con el fuego, a reconocer la interacción que hay entre el fuego y las alteraciones ambientales que nosotros mismos hemos producido, y a manejarlo de la mejor manera”.

“Reconocer esa relación cercana” incluye la introducción de otro concepto clave: el manejo integral del fuego, que a su vez abre la puerta del espectro para reconocer que el fuego tiene varias aplicaciones, varios usos, y que hay que evitar a toda costa que se convierta en un elemento nocivo para la salud humana y para la salud del planeta; manejarlo en el momento en que ocurre y en que no nos interese que ocurra; y tener actividades de rápida acción y restauración una vez ocurra un incendio forestal que no podemos controlar.

Pero en Colombia, como en tantos otros países y pese a que distintas organizaciones científicas expertas e involucradas han pedido que se introduzca este concepto, con el fin de reconocer todos esos posibles impactos causados por incendios forestales, y reducir al máximo lo negativo, pero a cambio de eso, la respuesta de los gobiernos siempre ha sido la misma: ante el fuego, la supresión.

El desastre

El problema de no tener un plan para el manejo integral del fuego es que se corre el riesgo de que los incendios se vuelvan descontrolados, aumenten su frecuencia, su intensidad, su duración, sean más difíciles de apagar, y se vuelvan más destructivos, que es lo que está pasando con el cambio climático.

Pero el tema del cambio climático visto desde la perspectiva de los incendios forestales es un poco más complejo, porque en sí lo que hace es crear un bucle de retroalimentación. Es decir, los impactos que tienen estos fenómenos sobre el planeta incluyen:

-La pérdida de la biodiversidad de la que depende el equilibrio natural. Así lo argumenta la Food and Agriculture Organization (FAO): “Los incendios provocan el desplazamiento de aves y mamíferos, lo cual puede alterar el equilibrio local y en última instancia la pérdida de vida silvestre, dado que los ejemplares desplazados no tienen lugar al que dirigirse”.

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-La alteración de la calidad del aire, y no solo en la región donde se produce el incendio, sino también en regiones cercanas o remotas —explicó el profesor Juan Fernando Salazar—. En Colombia sabemos por diferentes estudios que la calidad del aire de ciudades como Medellín o Bogotá sufre cuando hay incendios forestales en los llanos orientales. Hace poco tuvimos un ejemplo muy mencionado en las noticias: el de la contaminación del aire de Nueva York a causa de los incendios forestales en Canadá.

-La liberación de extensas cantidades de carbono, el gas de efecto invernadero que calienta el planeta. Según le dijo Kristina Dahl, climatóloga principal del programa Clima y Energía de la estadounidense Unión de Científicos Conscientes, a la cadena alemana DW, el 30 % de las emisiones humanas de carbono que provocan el calentamiento global son absorbidas por los ecosistemas terrestres, especialmente por los bosques, pues cuando los organismo vegetales allí presentes realizan su fotosíntesis absorben el carbono de la atmósfera, pero cuando esos bosques se queman en incendios extremos como los de Canadá, que ajustaron las 10 millones de hectáreas quemadas en lo corrido del 2023; los de Grecia, que lleva 160.000; o los de España, con 84.315, “se libera a la atmósfera una cantidad mucho mayor que el carbono que había sido captado y es ahí cuando se crea el bucle: el cambio climático alimenta los incendios forestales que, a su vez, alimentan el cambio climático”, expresó Dahl.

La humanidad llegó a la era del fuego incontrolable

La mitigación

Es claro entonces que hoy se habla del piroceno porque estamos perdiendo la capacidad de manejar el fuego, puesto que el clima está jugando en nuestra contra y hace que algunos incendios sean difíciles de controlar; pero también porque históricamente hemos perdido la conexión que teníamos y, por ende, hemos perdido todo el conocimiento ancestral que teníamos sobre él.

El primer paso para combatir las emergencias que se están generando a causa de los incendios forestales es que “desde el manejo integral del fuego se reconozca que podemos integrar ese conocimiento tradicional en un mejor manejo del elemento”, apuntó Rodríguez.

Una postura a la que se suma Salazar y agrega: “después, la tarea más importante, si es que no es la más importante de la humanidad en este momento, es mitigar el cambio climático. Eso está soportado por décadas de investigación científica de la mejor calidad posible. Entonces, es urgentísimo que mitiguemos el cambio climático”.

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¿Y cuál es la principal medida de mitigación del cambio climático? De manera global, reducir las emisiones de los gases de efecto invernadero, reducir las emisiones de dióxido de carbono, evitar la pérdida de cobertura vegetal y evitar el detrimento o la alteración de los ecosistemas.

Localmente, es imprescindible conocer la dinámica del fuego para responder una vez aparezca, que es una responsabilidad de las personas que viven cerca de las superficies forestales, pero, sobre todo, una responsabilidad de los gobiernos del mundo entero.

Esas acciones “nos ayudarían a evitar que entremos a un piroceno más peligroso”, concluyen los dos científicos colombianos aquí citados.

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