martes, 16 de junio de 2015

El precio del kwh. Por: MIGUEL YANCES PEÑA

Claro que debemos decir que el apagón eléctrico de 1992 cambió la forma de hacer negocios en el sector en Colombia, como dice el autor, y que Antioquia se acomodó, como lo hacen siempre, para obtener la mejor tajada.


Y como lo he comentado, siempre en deterioro del desarrollo de la región Caribe… El egoísmo paisa atrasa no sólo el desarrollo de la región Caribe, sino de las otras regiones.
¡Siempre quieren ganar!
Y eso debería cambiar ya.
Han tenido Metro primero que la capital del país.
Se acomodan muy bien. Se unen los políticos para negociar entre ellos con el gobierno central. Lo hacen muy bien, pero en favor de su territorio.

Eso está pasando con el manejo del negocio energético.
Lo triste es que, nuestros empresarios, políticos, periodistas, funcionarios públicos, presidente Santos y los otros actores lo permitan…

Lean lo que escribe Miguel Yances Peña: “Antioquia, líder indiscutible, logró acomodar la regulación en su beneficio.
Y lo logró; más nunca desde entonces se ha temido un apagón por déficit en generación. Pero nos quedamos con precios excesivamente altos. En 23 años transcurridos, el de la energía eléctrica ha pasado de costar $45 a casi $400 pesos el KWH; de los cuales el generador y el transportador (el otro negocio en el que Antioquia es dominante) se quedan con la mayor tajada.

Los distribuidores que cargan con la titánica tarea de llevar la energía a los hogares; optimizar las redes para garantizar la continuidad; evitar, o reducir -imposible eliminarlas del todo- los fraudes y pérdidas; son también el agente comercializador que recauda y paga al generador y al transportador, y se queda con la cartera. El Sistema no es justo con este eslabón de la cadena”

RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Pd: y los críticos de Electricaribe, ni siquiera se dan cuenta…

El precio del kwh

Por: MIGUEL YANCES PEÑA
15 de Junio de 2015 12:00 am

El apagón eléctrico de 1992-93 fue el motivo para modificar la forma en que se prestaba el servicio, que pasó de ser prestado por empresas estatales verticalmente integradas, a serlo por empresas privadas escindidas en negocio por actividad. Se creó así un sistema en el que generación, transporte, distribución y comercialización, eran prestados por empresas independientes, no integradas verticalmente, y limitadas en la capacidad de mercado. Y estableció hasta donde fue posible cuatro áreas en las actores independientes se competían libremente.
Como el apagón se produjo por déficit de generación, la normatividad preferenció este negocio, en su base hidráulica primero y posteriormente térmica. En esencia se trataba que el sistema estimulara la construcción de embalses, y plantas térmicas, entre otras, mediante los beneficios económicos.Antioquia, líder indiscutible, logró acomodar la regulación en su beneficio.
Y lo logró; más nunca desde entonces se ha temido un apagón por déficit en generación. Pero nos quedamos con precios excesivamente altos. En 23 años transcurridos, el de la energía eléctrica ha pasado de costar $45 a casi $400 pesos el KWH; de los cuales el generador y el transportador (el otro negocio en el que Antioquia es dominante) se quedan con la mayor tajada.
 
Los distribuidores que cargan con la titánica tarea de llevar la energía a los hogares; optimizar las redes para garantizar la continuidad; evitar, o reducir -imposible eliminarlas del todo- los fraudes y pérdidas; son también el agente comercializador que recauda y paga al generador y al transportador, y se queda con la cartera. El Sistema no es justo con este eslabón de la cadena.
Como el diseño del sistema posee su propia señal de precios que evita la escasez, los frecuentes anuncios que las autoridades hacen de pronósticos de bajo régimen de lluvias (fenómeno del niño) disparan artificial y especulativamente los precios de la generación. No obstante cuando hay hidrologías altas, estos no bajan porque hay agentes que dominan el mercado, y porque los grandes consumidores -entre ellos los comercializadores- prefieren la comodidad y seguridad de comprar a precios altos, porque se los pueden trasladar al consumidor, que el riesgo de tratar de sacar provecho en el mercado.
Si queremos reducir el precio del KWH, condición necesaria para la competitividad, hay que empezar por vigilar el comportamiento de los precios en el mercado de generación, o bolsa de energía; revisar la regulación para corregir imperfecciones, y crear instrumentos de cobertura que haga atractivo asumir riesgo en la búsqueda de menores precios. Por el otro lado, eliminar, o reducir el porcentaje de ineficiencia en la compra de energía que los distribuidores comercializadores (las electrificadoras) pueden transferir al consumidor.

movilyances@gmail.com



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