La vida cambia
permanentemente. ¿Estamos listos para enfrentar el largo plazo?
¡Uuuffff…!
¡Estoy seguro que no!
Pues, nos tocará aprender.
O la vamos a pasar muy mal.
Jairo Parada nos lanza
esta alerta, que es bien importante.
RADAR,luisemilioradaconrado
Luisemilioradac@gmail.com
@radareconomico1
316 617 3355
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Prospecta
Caribe 2013: enfrentando el largo plazo
Gracias al apoyo del Observatorio del Caribe
Colombiano, The Millenium Project, la Universidad Externado de Colombia, la
Cámara de Comercio de Barranquilla, ISA y otras entidades privadas, fue posible
realizar el primer Encuentro de Prospectiva y Estudios del Futuro de la Cuenca del
Caribe, el pasado 5 y 6 de Septiembre en Cartagena.
Más de 200 invitados atendieron la cita, para examinar el
pensar a largo plazo en el área del Caribe, ejercicio no fácil, cuando
andamos inmersos en la coyuntura económica y política inmediata. Pero nuestros
supuestos sobre el futuro deberán revisarse, pues se nos vendrán encima los
alimentos hechos en laboratorio a través de la biotecnología (ya tuvimos la primera hamburguesa “artificial”), el 3D-Printing, la
telemedicina, la biología sintética, los avances en las ciencias
computacionales, y los negocios unipersonales acompañados de toda la
tecnología.
El hombre deberá trabajar con una visión integrada,
donde muchas cosas se deberán hacer al mismo tiempo. La tele-educación avanzará
y se basará cada vez más en la inteligencia colectiva que permiten hoy las
redes de información. Habrá que mejorar la
inteligencia individual y la colectiva, pues de otra forma no podríamos
enfrentar asuntos como el cambio climático.
En este nuevo mundo, los grupos de expertos, las
bases de datos y el dominio del software y el hardware serán claves. Se
trabajará más en códigos genéticos que en códigos de computador, la medicina se
aproximará de forma diferente, y el mar sería un área inmensa de cultivos de
algas. Aparecerían elementos de un nuevo sistema económico diferente al
capitalismo actual, el cual responde más a la vieja sociedad industrial. El software
libre, las redes y formas colectivas de propiedad, gérmenes del futuro, se irán
imponiendo.
Para José Luis Cordeiro, ya en 2045 estaríamos alcanzando la “singularidad tecnológica”,
logrando extender incluso nuestra esperanza de vida en forma impresionante. La
ley de Moore seguirá impactando el cambio tecnológico, afectando las
actividades productivas y de servicios.
Las naciones que no agreguen valor a la producción,
se quedarán rezagadas, mensaje que no debemos olvidar en un país empeñado en la
locomotora minera y que se mueve en la dirección contraria, estrategia que
Phillip Wright demostró claramente que empieza a perder impulso ante los
cambios económicos y tecnológicos del mundo.
Francisco Mojica hizo un análisis minucioso de las
posibilidades exportadoras del área del Caribe, señalando los nuevos
desarrollos de la energía, la agricultura de precisión, los mejoramientos
genéticos de alimentos y la acuacultura, donde obviamente el turismo
tradicional ya es un sector del pasado, el cual debe replantearse. Lo anterior
exige una mejor articulación del Caribe entre sí, y una gran articulación de
ese Caribe, con el Caribe continental. Las viejas ventajas comparativas no
sirven mucho.
En síntesis, el evento sembró muchas inquietudes y
preguntas sobre lo que se viene, dejándonos muchos interrogantes. Los
colombianos poco pensamos en el Caribe, nos fijamos sólo en Estados Unidos y
Europa. De ahí el error conceptual del término “Costa Atlántica” que muchos
funcionarios andinos siguen repitiendo. Las potencialidades en esas islas son
inmensas. Nuestra paz incluso se discute precisamente en Cuba. En fin, hay que
volver al Caribe, algo que el Libertador Simón Bolívar siempre tuvo claro,
desde su Carta de Jamaica en 1815.
Por Jairo Parada
*Profesor del IEEC, Uninorte.
PD:
Datos históricos y ley de
Moore
*Profesor del IEEC, Uninorte.
PD:
Ley de Moore
La ley de Moore expresa
que aproximadamente cada dos años se duplica el número de transistores en un circuito integrado.1 Se trata de una ley empírica, formulada
por el cofundador de Intel, Gordon E. Moore, el 19 de abril de 1965,
cuyo cumplimiento se ha podido constatar hasta hoy.
En 1965,
Gordon Moore afirmó que la tecnología tenía futuro, que el número de
transistores por unidad de superficie en circuitos integrados se duplicaba cada
año y que la tendencia continuaría durante las siguientes dos décadas.
Más tarde, en 1975,
modificó su propia ley al corroborar que el ritmo bajaría, y que la capacidad
de integración se duplicaría aproximadamente cada 18 meses. Esta progresión de
crecimiento exponencial, duplicar la capacidad de los circuitos integrados
cada dos años, es lo que se denomina ley de Moore. Sin embargo, el propio Moore
determinó una fecha de caducidad para su ley: "Mi ley dejará de cumplirse
dentro de 10 o 15 años -desde 2007-", según aseguró durante la conferencia
en la que afirmó, no obstante, que una nueva tecnología vendrá a suplir a la
actual.
La consecuencia directa de la
ley de Moore es que los precios bajan al mismo tiempo que las prestaciones
suben: la computadora que hoy vale 3000 dólares costará la mitad al año siguiente y
estará obsoleta en dos años. En 26 años el número de transistores en un chip
se ha incrementado 3200 veces.
Actualmente esta ley se aplica
a ordenadores personales.
Sin embargo, cuando se formuló no existían los microprocesadores, inventados en 1971,
ni los ordenadores personales, popularizados en los años 1980.
En el momento de escribir el
artículo que originó su ley, Moore era director de los laboratorios de Fairchild
Semiconductor. Más tarde, en el verano de 1968,
creó Intel junto con Robert Noyce, uno de sus compañeros en la empresa.
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