Desempleo y revaluación
A pesar que el ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas reconoció
claramente el daño que la revaluación del peso le causaba al país,
fijando como objetivo una tasa de cambio de $1950, me llamó la atención
que se negara a reconocer que ya estábamos en lo que los expertos
reconocen como “enfermedad holandesa”.
Contrasta ello con la posición del secretario adjunto de la Ocde,
Pier Carlo Padoan, al señalar los peligros en que se mueve la economía
colombiana al deslizarse en la ruta de este mal.
No se necesita ser un genio en macroeconomía para entender que ya estamos en el problema: receso industrial, encarecimiento de la producción nacional, caída de la tasa de cambio real y debilitamiento de la competitividad.
No se necesita ser un genio en macroeconomía para entender que ya estamos en el problema: receso industrial, encarecimiento de la producción nacional, caída de la tasa de cambio real y debilitamiento de la competitividad.
Aunque el Banco de la República ya dio el primer paso bajando la tasa
de intervención al 4%, la política de compra de dólares definidas en un
máximo de $30 millones de dólares diarios, apenas le causan escozor a
un mercado diario de divisas estimado en más de $1,000 millones de
dólares.
Contrasta ello con políticas más agresivas como las del Perú e incluso el Banco Central de Suiza. No basta decir que la revaluación es un mal universal y echarle las culpas a Estados Unidos, pues lo que no entendemos es por qué somos uno de los campeones mundiales en revaluación.
Contrasta ello con políticas más agresivas como las del Perú e incluso el Banco Central de Suiza. No basta decir que la revaluación es un mal universal y echarle las culpas a Estados Unidos, pues lo que no entendemos es por qué somos uno de los campeones mundiales en revaluación.
La coyuntura mundial sigue enredada, pues en el último trimestre la economía norteamericana se contrajo a una tasa anual del 0.1%, la peor desde 2008. La buena noticia es que la causa fueron los recortes federales al gasto y no el entusiasmo de los consumidores. De todas maneras, se espera que la economía norteamericana no crezca más del 1.5% este año. El desempleo sigue sin bajar.
En la Eurozona, ya es oficial la recesión generalizada, incluido el Reino Unido. China pausó su tasa de crecimiento lo mismo que India. A pesar que el Gobierno ha tratado de ser triunfalista con los últimos datos que nos ha entregado el Dane, lo cual se entiende pues los gobiernos siempre tratan de mostrarse optimistas, la crudeza de los datos no ayuda mucho. La tasa de desempleo en el país apenas pasó del 10.8% en 2011 al 10.4% el año pasado, contrastando con un desempleo en nuestros vecinos del 5 ó 6%.
En otras palabras, el
gobierno no ha podido pasar sólidamente a una tasa de desempleo de un dígito.
El presidente Santos alega que en su gobierno ya se han generado 2,5 millones
de empleos, pero nada dice sobre la calidad de estos empleos, pues todos
sabemos que un 60% de los mismos son informales. El examen de las cifras del
desempleo subjetivo y objetivo por otro lado nos indica persistencia
estructural.
Lo que sigue sin entenderse es que la causa de fondo
radica en el modelo económico de economía abierta minero exportadora, que nos
lleva raudos a la enfermedad holandesa. Poco puede hacer la Junta del Banco de
la República con su política de inflación objetivo y rebaja en la tasa de
intervención. Temas como la regulación del mercado externo de capitales se ven
venir, pero sin duda se imponen virajes en todos los frentes.
Jairo J. Parada Corrales
Economista, PhD.
Barranquilla-Colombia
Celular 311-650-0550
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Phone and fax: 57-5-3557657
http://www.uninorte.edu.co/
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