Instituciones y desarrollo industrial en el Departamento del Atlántico.Por: Jairo Parada

Aunque a veces muchos consideran que la industria se está acabando, hay que decir que eso no es verdad. Es más, los ciudadanos debemos apoyar una campaña donde se diga: “La industria colombiana hay que preservarla”.

En las redes sociales, en este Blog, en radio, en las conversaciones normales con colegas periodistas y analistas, hablamos del tema.

A los críticos, por ejemplo, les hemos comentado: “Deja de maltratar al sector industrial con tus críticas ácidas en radio, porque al final uno o dos de tus hijos vivirán de los ingresos de ese sector”… Y así es…

Ahora que Jairo Parada escribió esta columna, recordaba eso. Leamos al doctor Parada, que es bien interesante…

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Instituciones y desarrollo industrial en el Atlántico

Por: Jairo Parada

Frecuentemente se oye decir que Barranquilla se ha vuelto una ciudad más bien comercial y de servicios, por lo que debe olvidarse del tema industrial. Se evoca a un parecido remoto con Miami, sin ningún fundamento. Sin embargo, la realidad parece ir indicando otra cosa, pues en la última década la industrialización ha recuperado sus bríos no sólo en Barranquilla, sino también en el Área Metropolitana.

 

El trabajo de Leonardo Bonilla: “El sector industrial de Barranquilla en el siglo XXI: ¿cambian las tendencias?”, del CEER del Banco de la República de Cartagena, es esclarecedor al respecto. La industria en el Área Metropolitana representa casi 37.000 empleos de los cuales casi 20.000 son permanentes, generando un 17% de los empleos en el departamento.

Ha habido una reactivación del sector industrial, a pesar de las dificultades recientes, y lo sucedido refleja un cambio en los patrones de industrialización: la gran industria de grandes instalaciones se traslada a los municipios vecinos, y una industrialización más “soft” se sigue desarrollando en la ciudad.

A pesar de los problemas, la industria sigue siendo un sector clave y la fortaleza estratégica de la ciudad en materia de empleos y efectos multiplicadores. Por ello, es urgente fortalecer el desarrollo del sector y evitar caer en una hipertrofia terciaria exagerada.

Para lo anterior se requieren alineamientos institucionales que hoy siguen débiles. La ciudad tiene que seguirle apuntando a la ética del trabajo productivo y al abandono de la visión rentística de las actividades económicas.

Productividad y competitividad deben seguir siendo las consignas en este escenario global. La gobernanza de las empresas, a su interior, debe mejorar y apuntarle al proceso innovador. El gobierno local y departamental debe diseñar una estrategia sólida de coordinación institucional, hoy dispersa e inexistente, con tantos comités que nada logran hacer.

 

El Distrito deberá pensar en una fuerte secretaría de Desarrollo Económico y Portuario, hoy dispersa en “proyectos estratégicos”. La secretaría Departamental respectiva deberá encaminarse hacia grandes proyectos agroindustriales, superando el asistencialismo.

En el sector industrial, Alberto Vives de la Andi, con razón ha venido impulsando la necesidad de una agencia de desarrollo que se encargue del estudio y la definición de grandes proyectos industriales y agroindustriales, con miras a los nuevos escenarios de los TLC, y el de Corea que es inminente.

La “política industrial” se puede entender de diversas maneras: para unos es sólo reglas de juego estables, capital humano e infraestructura. Para otros, el enfoque debe ser mas proactivo, no pasivo, no esperando que el mercado lo defina todo, sino impulsando procesos y visiones concretas de proyectos en el área seleccionada.

Estos proyectos nacen de empresarios decididos e informados, pero con el apoyo institucional de entidades privadas y públicas que pueden hacer una sinergia favorable, reforzada con buenos gobiernos locales.

 
En fin, la nueva industrialización debe ser un propósito de nuestro departamento y de Barranquilla. Sólo así pisaremos con fuerza en este siglo XXI la escalera del desarrollo.