Qué bueno es estar presente en eventos regionales,
nacionales e internacionales donde nos enteramos cómo va el mundo económico.
Hace unos días, Jairo Parada, economista destacado que
nos ilustra mucho a todos los lectores, aprendió en Cartagena, en “Hay Festival”,
al escuchar a Ha Jong Chang -hay que revisar su obra-, que Colombia se ha ido
quedando por apostarle a unos líderes que “están bajo
la coyunda de políticas económicas neoclásicas que se traducen en bajo
crecimiento económico y una profunda desigualdad, con poca industrialización y
pobre desempeño exportador”.
Parada nos deja unas reflexiones…
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Un Estado promotor del
desarrollo Por Jairo Parada
El economista sur coreano Ha
Jong Chang nuevamente nos trajo sus mensajes en el Hay Festival de
Cartagena, y continuó en el Hay Festival de Uninorte el pasado lunes. Se
considera un economista promotor del desarrollo, y aunque no se ve como
“heterodoxo”, aunque bien lo parece por las ideas en sus numerosos libros
que han sido vendidos por cientos de miles en todo el mundo y varios idiomas.
Por
ejemplo “23 Cosas que no te cuentan sobre el Capitalismo” y “Economía para
el 99% de la población”.
Ha-Jooh Chang, al examinar la experiencia
industrializadora del Sudeste Asiático, nos ilustra su tesis del estado que
promueve el desarrollo y que sabe combinar la economía de mercado con esfuerzos
deliberados de planeación. Si Sur Corea hubiese seguido las recetas que hoy se
aplican en Colombia, sería un país pobre, exportador de arroz y no la potencia
industrial actual. Un proteccionismo selectivo acompañado con innovación
y grandes gastos de inversión y desarrollo, llevarían nuestra industria a otros
niveles. No lo dejaríamos todo a las multinacionales ni a las ventajas
competitivas.

En América Latina el proteccionismo que se aplicó desde 1950
hasta 1980, no funcionó porque se limitó a elevar aranceles y entregarle el
desarrollo industrial a las multinacionales extranjeras. Nada se hizo en
Investigación y Tecnología, nos dice Ha-Joon Chang, y por tanto aplicamos mal
la receta. Todavía hoy, Colombia sólo invierte el 0,3% de su PIB en Ciencia y
Tecnología, y los presupuestos de este sector languidecen.
Ha-Joon Chang
nos dice que algo de desigualdad es necesaria en una sociedad, para estimular
el esfuerzo emprendedor y el capital humano, pero demasiada es dañina. Es como
la sal en la comida. Poca es necesaria, mucha es perjudicial. Debe
buscarse un modelo propio con diversidad institucional. Pero el estado no puede
ser pasivo, limitarse sólo a “ayudar” al sector privado, o sólo a lo
social.
A los que elogian el modelo de Singapur, Ha-Joon Chang les
recuerda que el 90% de la tierra pertenece al estado y éste maneja el 20% del
PIB. Al principio vio con interés el esfuerzo venezolano de Chávez, pero
al final se descarrilaron cuando quisieron vivir de la renta petrolera
solamente y fracasaron en aplicar bien las políticas adecuadas.
Para este autor el tema de la corrupción no lo desvela, pues la hubo en Sur Corea, Taiwan, Japón, Gran Bretaña y Estados Unidos. A
pesar de ella, aplicaron políticas industrialistas sólidas que les funcionaron.
Ha-Joon Chang exige que sus estudiantes lean a Carlos Marx, Hayek y
Herbert Simon, una mezcla bien variada, pues considera que los
economistas deben tener un amplia formación en diferentes escuelas. No
sólo micro, macro, más econometría, que es lo que se hace en los programas
ortodoxos de Economía.
Tal vez tenga razón por ello Adolfo Meisel, cuando
señala que los estudiantes deben también leer buena literatura para
aprender a escribir, estudiar historia económica y divertirse. Cuando uno piensa
en la agenda pública de Barranquilla, por ejemplo, ya es hora que volvamos a
discutir qué vamos a hacer con su
sector industrial y no sólo en parques, economía naranja y folclórica.