Yo todavía confío...
RADAR,luisemilioradaconrado
29 MAYO 2014 - 11:28 PM
Por qué
voto por Santos
Votaré por
Santos por más derecha que les parezca a los de izquierda, o por más de
izquierda que les parezca a los de derecha, porque ha tenido el valor y la
claridad para apostarle su capital político a esa paz que él, como ministro de
Defensa y como presidente, empujó al máximo desde el punto de vista militar, y
que luego condujo al terreno político, al emprender una negociación compleja y
larga que le está abriendo las puertas a una nueva Colombia donde quepamos
todos.
Y sería
imperdonable, queridos lectores, e inconcebible desde el punto de vista
estratégico, amigos Enrique Peñalosa, Clara López, Jorge Robledo, Camilo
Romero, Antonio Sanguino, Jorge Iván Ospina, Claudia López, Antonio Navarro y
Ángela Robledo, entre otros, que justo cuando Colombia está a punto de
conseguir esa paz que terminará por fin esta guerra de 50 años, aborte ese
sueño que ha llenado de esperanza a media Colombia, y que no ha sido
comprendido por la otra media, porque ha faltado una explicación adecuada que
desvirtúe la propaganda negra hecha por los enemigos del proceso.
Miremos, en
síntesis, lo que se ha conseguido en los diálogos con las Farc:
1. En lo agrario,
se acordó crear un banco de tierras, registrarlas e incorporarlas al catastro
para que todas paguen impuestos; formalizar los títulos de los terrenos de los
campesinos, y realizar programas ambiciosos de infraestructura y de desarrollo
rural, de manera que ellos tengan salud, educación y disfruten de niveles de
vida similares a los de los citadinos.
2. En lo
político, las Farc se comprometieron a renunciar a la toma del poder por las
armas, a respetar la Constitución y, junto con el Gobierno, a propiciar una
apertura democrática que permita la participación en política de quienes hasta
ahora no han tenido espacios para hacerlo, para lo cual se crearían
circunscripciones de paz donde la fuerza pública les garantizaría la vida a los
líderes que emergerían de ese nuevo país. En ese punto, los generales Mora y
Naranjo han jugado un papel clave.
3. Y en cuanto
al narcotráfico, las Farc se comprometieron a erradicar manualmente los
cultivos ilícitos en sus zonas de influencia, que son las de mayor expansión de
los mismos; a romper sus vínculos con el tráfico de drogas; a ayudar en el
desminado del territorio, y a informar dónde se ubican las minas antipersonas
en este país minado en tantas partes.
Aún falta
acordar lo relacionado con víctimas y el fin del conflicto. Pero si el proceso
sigue adelante, todo será más fácil porque en 19 meses “se ha encontrado un
lenguaje común y se ha construido confianza para trabajar”, como comentaba una
asesora de los negociadores. Y ello ha ocurrido entre dos bandos que han librado
por décadas una guerra a muerte.
¿Les parecen
pocos los logros obtenidos, señores de la derecha? ¿Y ustedes, amigos del
centro, creen que podemos permanecer indiferentes ante la posibilidad de que
nazca esa nueva Colombia? ¿Y los compañeros de la izquierda consideran que
tienen derecho a convertirse en cómplices del aborto de este proceso de paz, al
optar por la vía cómoda de lavarse las manos y llamar a la abstención o a votar
en blanco?
¡No, señores!
¡No echemos la paz por la borda! ¡No permitamos que se rompa el proceso al
dejar que llegue un presidente con propuestas inaceptables para los
insurgentes! ¡No empujemos a Colombia al desangre!
¡Acabemos de abrir el camino
de la reconciliación entre hermanos! ¡Confiemos!
¡Y votemos por
Santos! (por más “aburrido, cachaco, antipático, politiquero, traidor,
neoliberal, o feo” que parezca).
¡Salvemos la
paz!