viernes, 10 de abril de 2020

Distrito de Barranquilla. Con entregas en puntos de distribución comienza segunda etapa de auxilios alimentarios


Siguen su tarea el Distrito de Barranquilla, su alcalde Jaime Pumarejo y su equipo apoyando a los ciudadanos más vulnerables.


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Distrito de Barranquilla. Con entregas en puntos de distribución comienza segunda etapa de auxilios alimentarios

Luego de culminar con éxito la primera etapa de entrega de ayudas, con la distribución de 175.437 auxilios alimentarios en los 41 barrios vulnerables anunciados inicialmente, y con entregas adicionales en otros sectores priorizados, la Alcaldía de Barranquilla dará inicio este sábado 11 de abril, desde las 8:00 de la mañana, a la segunda etapa dirigida a aquellas personas que fueron citadas con mensajes de texto enviados a sus celulares.



Los beneficiarios han sido citados por número de cédula y por horario para que se presenten en puntos específicos de distribución. Es muy importante tener en cuenta la información recibida en el mensaje de texto para evitar aglomeraciones, llevar el documento de identificación y asistir solo, teniendo en cuenta las medidas de prevención y las restricciones de aislamiento físico vigentes.

El estadio Metropolitano es el primer centro de distribución habilitado para recibir, a partir de las 8:00 de la mañana de este sábado, a las personas que han sido previamente citadas.

A partir del lunes serán tres los puntos de distribución, al ser incluidos para este ejercicio de solidaridad el estadio Moderno y la IED Santa María.

El alcalde Jaime Pumarejo destacó que esta segunda etapa prioriza a las personas que se inscribieron mediante el enlace web o mediante llamadas al call center y que deben cumplir el requisito de estar en el régimen subsidiado o ser trabajadores independientes. Hasta el momento son más de 100.000 las familias que recibirán a partir de este sábado los auxilios alimentarios.


Línea solidaria y enlace web

La Alcaldía de Barranquilla tiene disponible la línea para donar o solicitar ayuda alimentaria, marcando desde un celular 035 4010025.

De igual forma, los auxilios pueden solicitarse ingresando al enlace virtual en la página web de la Alcaldía 
https://www.barranquilla.gov.co/registro-de-potenciales-beneficiarios-de-asistencia-alimentaria en donde los interesados podrán diligenciarlo o llamar y explicar si es trabajador independiente, vive del día a día y necesita una ayuda alimentaria. Las ayudas son gratuitas y van dirigidas a personas que verdaderamente las necesiten. 


Afrontar la crisis: Prioridades para la economía mundial. Por Kristalina Georgieva, Directora Gerente del FMI

Lo que viene no es grato. 
Y eso lo está adelantando el Fondo Monetario Internacional, que dirige Kristalina Georgieva.

Y tiene sus argumentos, después de consultar con su equipo asesor.

El FMI dice: "Una crisis sin precedentes".

Vamos a leer lo que escribió la señora Georgieva.

RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Afrontar la crisis: Prioridades para la economía mundial
9 de abril de 2020
Introducción: Una crisis sin precedentes
Me gustaría empezar hoy deseándoles a todos lo mejor, para su salud y seguridad, y las de sus familias, en estos tiempos difíciles.
Hoy nos enfrentamos a una crisis sin precedentes. La COVID-19 ha perturbado el orden social y económico a una velocidad fulgurante y a una escala que no hemos visto jamás. El virus está causando una trágica pérdida de vidas, y el confinamiento necesario para combatirlo ha afectado a miles de millones de personas. Lo que era normal hace apenas unas semanas: ir a la escuela, ir al trabajo, estar con la familia y los amigos, es ahora un riesgo enorme.
No me cabe duda de que superaremos este desafío. Nuestros médicos y enfermeros están luchando las 24 horas del día, a menudo arriesgando su vida para salvar la vida de otras personas. Nuestros científicos lograrán encontrar soluciones para escapar de las garras de la COVID. Hasta que llegue ese momento, debemos aunar la determinación de todos —las personas, los gobiernos, las empresas, los líderes comunitarios, los organismos internacionales— para actuar con decisión y unidos a fin de salvar vidas y preservar los medios de vida. Este es el momento para el cual se creó el FMI: estamos aquí para desplegar la fuerza de la comunidad internacional, de manera que podamos ayudar a proteger a los más vulnerables y revitalizar la economía.
Las medidas que adoptemos ahora determinarán el ritmo y la fortaleza de nuestra recuperación. Este será el interés central de los 189 países miembros del FMI cuando se reúnan la próxima semana en nuestras Reuniones de Primavera virtuales.
Es también el tema en que me voy a centrar hoy.
Dónde estamos: la situación de la economía mundial
Primero, echemos un vistazo a la situación en la que nos encontramos: Aún nos enfrentamos a una incertidumbre excepcional sobre la profundidad y duración de esta crisis.
Lo que ya está claro, sin embargo, es que el crecimiento mundial se tornará marcadamente negativo en 2020, como verán en nuestras Perspectivas de la economía mundial la próxima semana. De hecho, anticipamos las peores secuelas económicas desde la Gran Depresión.
Hace tan solo tres meses, esperábamos para 2020 un crecimiento positivo del ingreso per cápita en más de 160 de nuestros países miembros. Hoy, ese número ha dado un giro de 180º: ahora proyectamos que más de 170 países experimentarán un crecimiento negativo del ingreso per cápita este año.
Estas desalentadoras perspectivas conciernen tanto a las economías avanzadas como a las economías en desarrollo. Esta crisis no conoce fronteras. Ha afectado a todo el mundo.
Debido a las necesarias medidas de contención adoptadas para frenar la propagación del virus, la economía mundial se está viendo gravemente afectada. Esto es especialmente cierto en el caso del comercio minorista, la hostelería, el transporte y el turismo. En la mayoría de los países, la mayor parte de los trabajadores son autónomos o están empleados por pequeñas y medianas empresas. Estas empresas y trabajadores están especialmente expuestos.
Y, al igual que la crisis sanitaria afecta más duramente a la población vulnerable, se prevé que la crisis económica afecte con mayor dureza a los países más vulnerables.
Los países de mercados emergentes y de bajo ingreso —en África, América Latina y gran parte de Asia— enfrentan un alto riesgo. Dado que sus sistemas sanitarios son más débiles para empezar, muchos se enfrentan al terrible desafío de luchar contra el virus en ciudades densamente pobladas y barriadas asoladas por la pobreza, donde el distanciamiento social difícilmente es una opción. Con menos recursos para empezar, están gravemente expuestos a los shocks de demanda y de oferta, y al drástico endurecimiento de las condiciones financieras que se están produciendo, y algunos pueden enfrentar una carga de la deuda insostenible.
También están expuestos a una gran presión externa.
En los últimos dos meses, han salido de los mercados emergentes aproximadamente USD 100.000 millones de inversiones de cartera, monto más de tres veces mayor que en el mismo período de la crisis financiera mundial. Los exportadores de materias primas están sufriendo doblemente debido al colapso de los precios de las materias primas. Y se espera que las remesas —el sustento de tanta gente sin recursos— se reduzcan.
Estimamos que las necesidades brutas de financiamiento externo de los países de mercados emergentes y en desarrollo se elevan a billones de dólares, y estos países pueden cubrir solo una parte de ellas por sí solos, con lo cual el déficit de financiamiento es de cientos de miles de millones de dólares. Necesitan ayuda, urgentemente.
Las noticias alentadoras son que todos los gobiernos se han lanzado a actuar y, de hecho, ha habido una coordinación significativa. Nuestro Monitor Fiscal de la próxima semana mostrará que países de todo el mundo han adoptado medidas fiscales que ascienden a aproximadamente USD 8 billones. Además, el G-20 y otros países han adoptado medidas monetarias de enorme cuantía.
Muchas de las naciones más pobres están adoptando también valientes medidas fiscales y monetarias, al tiempo que luchan contra este shock fundamental para sus sistemas, y con mucha menos capacidad de acción que los países ricos.
Esta es una panorámica de la situación en que se encuentra hoy la economía mundial.
No cabe duda de que 2020 será extraordinariamente difícil. Si la pandemia se disipa en el segundo semestre del año —lo que permitiría un levantamiento gradual de las medidas de contención y la reapertura de la economía— nuestra hipótesis de base es que se producirá una recuperación parcial en 2021. Pero, de nuevo, subrayo que existe una tremenda incertidumbre en torno a las perspectivas: podrían empeorar en función de muchos factores variables, incluida la duración de la pandemia.
Y, lo que es fundamental, todo depende de las medidas de política que adoptemos ahora.
Qué debe hacerse: un plan de 4 puntos
El próximo tema que quiero abordar es la construcción del puente hacia la recuperación. Vemos cuatro prioridades:
  • Primero, continuar con las medidas de contención imprescindibles y respaldar los sistemas sanitarios. Algunos afirman que existe un conflicto entre salvar vidas y preservar los medios de vida. Yo digo que este dilema es falso. Dado que se trata de una crisis pandémica, es necesario derrotar al virus y proteger la salud de las personas para alcanzar la recuperación económica. Así pues, el mensaje es claro: dar prioridad al gasto sanitario para pruebas de detección y equipamiento médico, pagar a médicos y enfermeros y asegurar que los hospitales y las clínicas de campaña puedan funcionar. Para muchos países —en especial los de economías emergentes y en desarrollo— esto implica reasignar cautelosamente los recursos públicos limitados. También implica aumentar el flujo de recursos hacia estos países. Esto incluye el flujo de bienes vitales: debemos minimizar los trastornos en las cadenas de suministro y, con efecto inmediato, no aplicar controles a las exportaciones de suministros médicos y alimentos.
  • Segundo, proteger a las personas y empresas afectadas con medidas fiscales y para el sector financiero que sean amplias, oportunas y focalizadas. Esto depende de las circunstancias de cada país, pero incluyen aplazar el pago de impuestos, otorgar subsidios salariales y transferencias monetarias a los grupos más vulnerables; ampliar el seguro de desempleo y la asistencia social, y ajustar temporalmente las garantías de crédito y las condiciones de los préstamos. Algunas de estas medidas se han adoptado en la primera ola de apoyo de política económica. Muchos países ya están trabajando en una segunda ola de medidas. Es imperativo tender un salvavidas a los hogares y las empresas. Debemos evitar que las presiones de liquidez se transformen en problemas de solvencia y evitar cicatrices en la economía que dificulten mucho más la recuperación .
  • Tercero, reducir la tensión del sistema financiero y evitar el contagio. Nuestro próximo Informe sobre la estabilidad financiera mundial analizará las distintas vulnerabilidades del sector financiero. Los bancos han acumulado más capital y liquidez en la última década, y su resiliencia se pondrá a prueba en este entorno en rápida evolución. El sistema financiero se enfrenta a presiones significativas, y el estímulo monetario y los mecanismos de suministro de liquidez desempeñan un papel indispensable. Muchos países han reducido las tasas de interés. Los principales bancos centrales han activado líneas de swap y han creado nuevas líneas para reducir la tensión en los mercados financieros. Aumentar la liquidez para un grupo más amplio de economías emergentes proporcionaría un mayor alivio. Lo que es muy importante, también aumentaría la confianza.
  • Cuarto, mientras avanzamos en esta fase de contención, debemos planificar la recuperación. También a este respecto debemos reducir al mínimo los posibles efectos de las cicatrices de la crisis tomando medidas de política ahora. Para ello es necesario analizar con cautela cuándo flexibilizar gradualmente las restricciones, sobre la base de evidencias claras de que la epidemia está retrocediendo. Cuando las medidas para estabilizar la economía se consoliden y las empresas comiencen a normalizarse, necesitaremos movernos con rapidez para impulsar la demanda. Será fundamental un estímulo fiscal coordinado. Donde la inflación siga siendo baja y esté bien anclada, debería mantenerse una política monetaria laxa. Quienes tengan más recursos y espacio de maniobra para la aplicación de políticas tendrán que hacer más; los otros, con recursos limitados, necesitarán más apoyo.
Esto me lleva al papel del FMI.
Estamos trabajando 24 horas al día, 7 días a la semana, para apoyar a nuestros países miembros, con asesoramiento de política económica, asistencia técnica y recursos financieros:
— Tenemos una capacidad de préstamo de USD 1 billón y estamos poniendo estos recursos a disposición de nuestros países miembros.
— Estamos respondiendo a un número sin precedente de solicitudes de financiamiento de emergencia: de más de 90 países hasta ahora. El Directorio Ejecutivo acaba de acordar la duplicación del acceso a nuestros servicios de emergencia, lo que nos permitirá atender una demanda de financiamiento que se prevé será de aproximadamente USD 100.000 millones. Se han aprobado ya programas de préstamo en un tiempo récord —entre otros, para la República Kirguisa, Rwanda, Madagascar y Togo— y pronto seguirán muchos más.
— Estamos reconsiderando las herramientas de que disponemos para ver cuál es la mejor forma en que podríamos utilizar nuestras líneas de crédito precautorio para proporcionar mayor apoyo de liquidez, establecer una línea de liquidez de corto plazo, y contribuir a atender las necesidades de financiamiento de los países miembros mediante otras opciones, entre ellas el uso de DEG. Y en el caso de que no podamos otorgar préstamos porque la deuda de un país es insostenible, buscaremos soluciones que puedan desbloquear financiamiento crítico.
— Hemos modificado nuestro Fondo Fiduciario para Alivio y Contención de Catástrofes (FFACC) a fin de proporcionar alivio inmediato de la deuda a los países pobres de bajo ingreso afectados por la crisis, para que dispongan del margen necesario para gastos sanitarios urgentes en lugar de destinar recursos al reembolso de la deuda. Estamos trabajando con los donantes con el objetivo de incrementar el FFACC a USD 1.400 millones a fin de ampliar la duración del alivio de la deuda.
— Y junto con el Banco Mundial, estamos haciendo un llamamiento a favor de la suspensión de los pagos de servicio de la deuda de los países más pobres del mundo a los acreedores bilaterales oficiales.
Estoy orgullosa del personal del FMI, que ha redoblado esfuerzos para hacer frente a esta crisis. Y espero con gran interés los debates de la semana próxima, durante las Reuniones de Primavera, sobre todo lo que podemos seguir haciendo .
Conclusión: Una prueba para la humanidad
Quisiera concluir con una cita de Víctor Hugo, quien una vez dijo: “Los grandes peligros tienen esta belleza, que traen a la luz la fraternidad de extraños.”
Esta amenaza común nos une a todos, para que despleguemos las mayores fortalezas de la humanidad: la solidaridad, el coraje, la creatividad y la compasión. Aún no sabemos de qué manera cambiarán nuestras economías y nuestra forma de vida, pero  sabemos que saldremos de esta crisis con mayor resiliencia.
Muchas gracias.
Departamento de Comunicaciones del FMI
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FMI y Kristalina Georgieva, directora-gerente, dice que viene la peor crisis económica desde la Gran Depresión (1929-1939)

Esto no lo puedo olvidar.
Fue la Gran Depresión que sufrió el mundo entero.

¿Y por qué no lo puedo olvidar?

Pues, porque ese año, 15 de julio de 1930, nació mi querido padre, Luis Emilio Rada Acosta.

Él tenía 9 años, cuando arrancó la II Guerra Mundial (1939-1945).

Revisando la historia, nos damos cuenta que somos nosotros mismos, los seres humanos, los que buscamos los desastres.

La Gran Depresión, también conocida como Crisis del 29, fue una gran crisis financiera mundial que se prolongó durante la década de 1930, en los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial

Fue la depresión más larga en el tiempo, de mayor profundidad y la que afectó a mayor número de países en el siglo XX.

Y después que terminó esa, arrancó la II Guerra Mundial -6 años más-.

Es decir, nos pasamos, desde 1929 a 1945, dándonos palo. Dieciséis años…

Increíble. 
Y eso que nos creemos muy inteligentes.

Así que, el coronavirus es un vientito si se compara con los vendavales que ha sufrido el globo terráqueo.

Y preparados, porque lo que viene ahora también será complicado. Obviamente, no como los 16 años que le comenté, pero nos vamos a enredar nuevamente...

RADAR,luisemilioradaconrado

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FMI y Kristalina Georgieva, directora-gerente, dice que viene la peor crisis económica desde la Gran Depresión (1929-1939)
A pocos días de las tradicionales reuniones de primavera que cada año organiza el FMI, y que en esta ocasión serán virtuales, la directora del organismo, Kristalina Giorgeva, se refirió en un mensaje publicado en las redes sociales a la crisis económica que enfrentará el mundo una vez terminen las cuarentenas y las medidas de aislamiento decretadas por la pandemia del coronavirus. 
Su mensaje fue poco alentador: aunque "aún nos enfrentamos a una incertidumbre excepcional sobre la profundidad y la duración de esta crisis",  ya está claro que el crecimiento económico mundial "se tornará marcadamente negativo en 2020".
Es más, Giorgieva dice que el FMI anticipa "las peores secuelas económicas desde la Gran Depresión, de 1930".
La situación cambió dramáticamente por culpa del covid-19, pues hasta hace solo tres meses la misma entidad esperaba un crecimiento positivo per capita en más de 160 sus países miembros para 2020. "Ahora proyectamos que más de 170 países experimentarán un crecimiento negativo del ingreso per capita este año", explicó Giorgieva. 
Y aunque esa situación afectará tanto a las economías avanzadas como a las economías en desarrollo, lo cierto es que los países de mercados emergentes y de bajo ingreso, como África, América Latina y gran parte de Asia, enfrentan un riesgo mucho más alto: "Dado que sus sistemas sanitarios son más débiles, muchos se enfrentan al terrible desafío de luchar contra el virus en ciudades densamente pobladas y barriadas asoladas por la pobreza, donde el distanciamiento social difícilmente es una opción".
La directora del FMI también dijo que debido a que esos países están expuestos a una gran presión externa y tienen menos recursos para enfrentar la crisis actual, "están gravemente expuestos a los shocks de demanda y de oferta, y al drástico endurecimiento de las condiciones financieras que se están produciendo, y algunos pueden enfrentar una carga de la deuda insostenible".
También explicó que por ese motivo, "las necesidades brutas de financiamiento externo de los países de mercados emergentes y en desarrollo se elevan a billones de dólares, y estos países pueden cubrir solo una parte de ellas por sí solos. Necesitan ayuda, urgentemente". 
A pesar de esas malas perspectivas, el FMI dice que hay noticias alentadoras: "todos los gobiernos se han lanzado a actuar y, de hecho, ha habido una coordinación significativa. Nuestro monitor fiscal de la próxima semana mostrará que países de todo el mundo han adoptado medidas fiscales que ascienden a aproximadamente a 8 billones de dólares. Además, el G-20 y otros países han adoptado medidas monetarias de enorme cuantía".
Para la entidad el año será "extremadamente difícil", pero si la pandemia se disipa en el segundo semestre del año (lo que implicaría un levantamiento gradual de las medidas de contención y la reapertura de la economía) se podría presentar "una recuperación parcial en 2021". Sin embargo, si la pandemia sigue afectando al mundo, las perspectivas podrían empeorar aún más. 
Giorgieva dice que hay cuatro medidas que se podrían tomar pensando en la recuperación: continuar con las medidas de contención imprescindibles y respaldar los sistemas sanitarios; proteger a las personas y empresas afectadas con medidas fiscales y para el sector financiero que sean amplias, oportunas y focalizadas; reducir la tensión del sistema financiero y evitar el contagio, y planificar desde ya la recuperación.
Para ella, el dilema entre salvar la economía o salvar vidas es falso: "dado que se trata de una crisis pandémica, es necesario derrotar al virus y proteger la salud de las personas para alcanzar la recuperación económica. Así pues, el mensaje es claro: dar prioridad al gasto sanitario para pruebas de detección y equipamiento médico, pagar a médicos y enfermeros y asegurar que los hospitales y las clínicas puedan funcionar".
"Este es el momento para el cual se creó el FMI: estamos aquí para desplegar la fuerza de la comunidad internacional, de manera que podamos ayudar a proteger a los más vulnerables y revitalizar la economía", explicó. 

Políticas y proyecciones para América Latina y el Caribe en tiempos del Covid-19. Por Victoria Nuguer y Andrew Powel

El coronavirus nos puso a leer, a escribir, pensar, estudiar, llorar, trabajar y reflexionar.

El mundo será otra cosa una vez termine la pandemia.

¿Será que sí?

¿Seremos más precavidos, justos, cautos, respetuosos y creyentes?

ÉL nos manda mensajes permanentemente, lo que ocurre siempre es que no los tenemos en cuenta...

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Ideas que cuentan - Un blog del BID
Políticas y proyecciones para América Latina y el Caribe en tiempos del Covid-19

Por Victoria Nuguer y Andrew Powell

El nuevo coronavirus ha impuesto severos costos humanos y económicos en todo el mundo. Los casos están aumentando en América Latina y el Caribe y si hay una lección de otros países es que actuar temprano para detener la propagación del virus es clave.

El nuevo coronavirus y la enfermedad Covid-19 han impuesto graves costos humanos y económicos en todo el mundo. Los casos están aumentando en América Latina y el Caribe, y la lección aprendida de otros países en el mundo es que tomar medidas tempranas para detener la propagación del virus es clave. Un análisis reciente señala que el número de muertos en la región hubiera ascendido a 3,3 millones si no se hubieran tomado medidas para contener el virus; los países han actuado con cierres de emergencia, cierres temporales de empresas no esenciales y ordenanzas de quedarse en casa para salvar vidas.
Las repercusiones en la economía mundial han sido dramáticas; el crecimiento se ha desmoronado, el comercio se ha prácticamente congelado, los precios del petróleo se han desplomado y los precios de otras materias primas han caído. Además, los mercados de valores mundiales sufrieron fuertes caídas, los mercados de capitales están agitados y los costos de deuda de los mercados emergentes han aumentado. El rendimiento de los bonos de América Latina y el Caribe aumentó 150 puntos desde principios de año hasta el 1 de abril de 2020.[1]
Utilizando como referencia las tasas de crecimiento previstas a finales de enero de 2020, es decir el momento anterior a la crisis, y aplicando una serie de shocks, un modelo estadístico de la economía mundial arroja posibles escenarios macroeconómicos de crecimiento para la región. El escenario más optimista (dentro de lo posible) pone a América Latina y el Caribe en una recesión casi de la misma intensidad que la de la crisis financiera mundial, pero los escenarios más pesimistas, y probablemente los que tienen mayor probabilidad de ocurrir, sugieren una caída más profunda. Estos escenarios y las respuestas políticas se detallan en el Informe macroeconómico de América Latina y el Caribe 2020.
Muchos países de la región están implementando fuertes políticas de distanciamiento social. La caída de la demanda externa por sí sola habría creado un aumento desempleo y una mayor subutilización de la capacidad laboral, pero las intervenciones no farmacéuticas tendrán efectos adicionales. Este año la región tendrá un crecimiento negativo, pero esto no debería interpretarse como una recesión normal. No existe prácticamente ninguna relación con un análisis convencional de los “ciclos de negocios”, dado que se trata de un cierre parcial y organizado de la economía.
Dada la dinámica tan diferente de esta crisis, es muy difícil hacer proyecciones definitivas, por eso el análisis se centra en un rango. Los países sufrirán fuertes caídas en el PIB, pero la mayoría de los analistas prevén una recuperación hacia el final del año en curso y en el 2021. El sector industrial de China ya parece estar recuperándose, y se espera que los sectores del consumo y los servicios le sigan. Habrá reveses, y es posible que algunos países sufran nuevos brotes a lo largo del camino, que serán necesario controlar. El apoyo fiscal y monetario, sin precedentes en las economías avanzadas, seguramente ayudará a esas economías, pero hay mucha incertidumbre acerca de la intensidad de las pérdidas y de la rapidez de la recuperación.
Macro report Tweet - Disponible ya SPA
Recurrir a la típica gestión anticíclica de la demanda, tanto fiscal como monetaria, es probablemente inapropiado. Si el estímulo a la demanda reduce el distanciamiento social, eso funcionará en contra de las intervenciones no farmacéuticas. Más bien, el objetivo de la política debería ser complementar el cierre parcial; permitir a quienes pierden su fuente de ingresos comprar alimentos y otros artículos de primera necesidad; proporcionar apoyo e incentivos a las empresas para que mantengan a los trabajadores en su nómina y reduzcan las liquidaciones; y garantizar que el sistema bancario se mantenga sólido y pueda ayudar a las empresas con liquidez y crédito. En resumen, las políticas deben tener por objeto proporcionar alivio (no incentivos), impedir que se amplifiquen los costos económicos y mantener intacto el núcleo productivo de la economía para la fase de recuperación.
Antes de la crisis, las necesidades de financiamiento de la región se situaban entre el 4% y el 5% del PIB, pero con variaciones importantes entre los países. Habrá significativas necesidades adicionales. Los países deberán encontrar la forma de financiar el gasto adicional en el sistema de salud y los paquetes de apoyo. Habrá que tener una mayor eficiencia, renunciar a otros gastos no esenciales, y obtener un mayor endeudamiento, a través de los bancos públicos y a través del balance de los bancos centrales, cuando sea apropiado. Los bancos centrales, reduciendo las tasas de interés, desempeñan un papel importante; también pueden contar con reducciones de los requerimiento de reserva y liquidez y la provisión de liquidez extraordinaria a los mercados, a los bancos y, en algunos casos, incluso a otras entidades no financieras. Los países deben diseñar y calibrar esas políticas con mucho cuidado para proporcionar el máximo alivio a los recursos utilizados, manteniendo a la vez la estabilidad monetaria y financiera, y la sostenibilidad fiscal. En el informe se examinan un conjunto de políticas apropiadas y se brinda información sobre las acciones concretas de los países.
Tanto el FMI como el Banco Mundial y, a su vez, el BID, han anunciado financiamiento adicional para los países prestatarios. El brazo del sector privado del BID, BID Invest, también ha puesto a disposición más recursos. Algunas economías más grandes, como las de Brasil y México, tienen líneas de liquidez en dólares tipo swap con la Reserva Federal de los Estados Unidos. Lo más aconsejable para los países sería que buscaran el financiamiento adicional que necesitarán para costear las medidas de salud y de apoyo extraordinario, habida cuenta de los cierres económicos parciales. Es posible que cuando los casos disminuyan y se puedan acumular recursos para la realización de pruebas y la localización de contactos, una transición a políticas menos agresivas pueda ser efectiva.
La región ha resistido muchas crisis. Lamentablemente, con frecuencia son los más pobres y vulnerables los que sufren. El Informe Macroeconómico de América Latina y el Caribe 2020 había sido concebido como un informe sobre la desigualdad con capítulos sobre diferentes aspectos. Cuando la crisis de salud comience a disiparse, la desigualdad y la inclusión se van a volver temas aún más relevantes.
[1] Dada la caída de las tasas de interés en EE.UU., los rendimientos son mejor guía que los diferenciales. Los diferenciales aumentaron en 350 puntos básicos mientras que los rendimientos aumentaron en 150.
AUTORES:

Victoria Nuguer

Victoria Nuguer es Economista Investigadora en el Departamento de Investigación del Banco Interamericano de Desarrollo. Obtuvo su doctorado en la École Polytechnique Fédéral de Lausanne en Suiza y su licenciatura en la Universidad de Buenos Aires en Argentina. Antes de formar parte del BID, fue Economista Investigadora en el Banco de México por casi tres años. La agenda de investigación de Victoria se enfoca en construir modelos dinámicos y estocásticos de equilibrio general para explicar el rol de los mecanismos de transmisión financiera en economías cerradas y en economías abiertas. En economías cerradas, se ha centrado en estudiar los mecanismos de propagación de choques financieros en el sector inmobiliario al resto de la economía. Con respecto a economías abiertas, Victoria estudió la transmisión internacional de choques financieros desde economías avanzadas a economías emergentes a través del canal de crédito bancario. Recientemente, ha estado trabajando en entender la relación estratégica de la política monetaria y la macroprudencial y el rol del crédito a proveedores cuando las firmas deciden sus precios en economías emergentes.

Andrew Powell

Andrew Powell es el Asesor Principal del Departamento de Investigación (RES). Llevó a cabo sus estudios de pregrado, maestría y doctorado en la Universidad de Oxford. Hasta 1994 se dedicó a trabajar en la academia en el Reino Unido como becario en el Nuffield College de Oxford y fue profesor asociado (catedrático) en las universidades de Londres y Warwick. En 1995 trabajó en el Banco Central de Argentina donde fue nombrado Economista Jefe en 1996. A finales de los años noventa representó a Argentina como diputado G20/G22 y fue miembro de tres grupos de trabajo G22: resolución de crisis, fortalecimiento de sistemas financieros y transparencia. En 2001 regresó a la academia a la Universidad Torcuato Di Tella ( Buenos Aires, Argentina) como profesor y director del Programa de postgrados en finanzas. El Dr. Powell ha sido investigador visitante en el Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Universidad de Harvard. Él se vinculó a RES en 2005 como Economista Investigador Líder y en 2008 se desempeñó como Asesor Económico Regional para los países del Caribe, y luego regresó a RES como Asesor Principal. Ha publicado numerosos documentos académicos en prestigiosas revistas académicas en temas como mercado de materias primas, administración de riesgos, rol de las multilaterales, regulación, banca y finanzas internacionales. Recientemente editó el libro Calidad de vida en las ciudades latinoamericanas: mercados y percepciones. Actualmente su trabajo de investigación se enfoca en las consecuencias económicos de la reciente crisis financiera global, flujo de capitales y regulación macro prudencial y bancaria para las economías emergentes.



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