sábado, 6 de febrero de 2021

La historia de Javier Díaz Molina, presidente de ANALDEX

Tomado de El Espectador


HISTORIAS DE VIDA


Javier Díaz Molina: “Uno siempre querrá dejar en las personas parte de su esencia”

En esta nueva entrada de la serie Historias de Vida, creada por Isabel López Giraldo para El Espectador, Javier Díaz Molina habla sobre su carrera y el camino que recorrió para trabajar en comercio exterior, su gran pasión. Este recuento de su vida personal y profesional fue publicado, originalmente, en 2017.

Javier Díaz Molina es presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Comercio Exterior, Analdex, desde Junio de 1997.

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Orígenes

Mi familia materna tiene origen campesino. Hace parte de la Colonización Antioqueña que llegó al norte del Tolima. Mi mamá quedó huérfana a los cuatro años así que fue criada por su hermana mayor, quien se convirtió en mi único referente y en el de mis hermanos. Es la tía que funge como abuela. La llamábamos “el pollito” por sus características físicas, pues era pequeñita, dulce, tierna.

Por la raíz paterna hubo mayor arraigo. También eran del norte del Tolima. Mi abuelo trabajaba con el cable que unía a Mariquita con Manizales, medio de transporte de personas, pero también de carga. Recuerdo con claridad que la casa era enorme con árboles frutales y una fuente en la que se bañaban los pájaros.

Mis padres llegaron a Ibagué, mi lugar de nacimiento. La misión de mi papá fue darnos estudio, por lo mismo, la educación fue siempre un tema prioritario. Mi papá decía: “Si algo les dejo es educación”. Siempre he tenido claro que es la mejor herencia que pudimos recibir.

Infancia

Desde pequeño me gustó leer temas literarios y filosóficos. También me apasionaba la historia. Visité con mucha frecuencia la Biblioteca Municipal. Recuerdo con especial admiración a quien fuera mi profesora de filosofía, Nidia de Llanos, del Valle del Cauca, con quien conformamos un grupo de tertulia muy interesante.

También disfruté siempre de esa inquietud artística que me acompañó desde niño. Participé de grupos de teatro del colegio para terminar manejando la semana cultural, una de las labores que atendí en la etapa final en calidad de presidente del Comité, lo que me otorgaba ventajas importantes pues tuve a mi cargo la llave del Colegio y también establecí contactos con otros colegios para organizar todas las actividades culturales.

Hice parte del periódico infantil con un grupo de compañeros. Trabajábamos desde la edición, escribíamos artículos e imprimíamos en un mimeógrafo que era la tecnología de los años 70.

Uno de mis amigos interpretaba bandola, guitarra y tiple, lo que nos condujo a llevar serenatas. Aunque solo nos sabíamos una canción, fue suficiente.

Universidad Nacional

Al terminar bachillerato viajé a estudiar a Bogotá. Quería ser economista, aunque consideré estudiar derecho y en Ibagué, donde mi papá quería que estudiara, solo se ofrecía agronomía, veterinaria y zootecnia, así que me presenté en la Universidad Nacional y en la Tadeo. Pasé en las dos y me decidí por la Nacional. Me instalé en la ciudad viajando con frecuencia a visitar a mis padres a Ibagué, pero la capital me fue atrapando y al terminar no me veía viviendo nuevamente en provincia.


Desde el inicio me concentré en temas de Comercio Exterior, como lo hicieron los padres de la Economía que desarrollaban temas de libre comercio.

Tomaba clases en la mañana y en la tarde visitaba la Biblioteca atendiendo mis responsabilidades académicas. Como vivía cerca de la Universidad, hice combo con estudiantes de todas las áreas de la Nacional, vecinos del sector: nos congregábamos en lo que llamamos “el tinteadero”. Allí iniciamos con tertulias, encuentros que seguimos teniendo pues nos reunimos los sábados de 3.30 p.m. a 5.30 p.m. sin falta desde hace más de cuarenta años, y le llamamos el Síndrome del Lobo, pues no hemos podido olvidar el bosque.

Puedo aseverar que la Universidad sembró en mí el espíritu crítico, el cuestionar todo, el no tragar entero como decía el cofrade, el paisano Palacio Rudas. Beethoven Herrera, profesor al que estimo muchísimo, siempre pidió explicación al “dos más dos” y fue vital en mi proceso de aprendizaje. Podría decir que fue de las cosas que más me sirvió en mi carrera profesional.

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Vida profesional

Parque Simón Bolívar

Cuando se acercaba el final de la carrera comencé a plantearme hacia dónde dirigiría mi vida. Rápidamente concluí que regresar al terruño no era opción. Toqué puertas al interior de la Universidad, hablé con mis profesores y recuerdo muy especialmente a César González (fallecido en 2016) cuando estaba en la vicepresidencia de lo que era el Banco Cafetero y me invitó a vincularme, pero no fue posible porque mi hermano trabajaba en ese lugar. Le entregué mi hoja de vida a Carlos Martínez, que era director de la carrera. Recuerdo que alguna vez pasé frente a su oficina, él tocó el vidrio y me invitó a entrar para preguntarme qué tal era en finanzas. Mi respuesta no se hizo esperar: “¡Perfecto! Es lo mío.”

Se requería de un economista para hacer parte de un proyecto, así que me fui para el Centro de Estudios Especiales, oficina de consultoría que dependía de la Rectoría. Cada proyecto exigía especialistas en los temas y en este caso particular el proyecto se trataba del Parque Simón Bolívar. En ese momento (1981), el Ministerio de Obras Públicas quería construirlo. Hacía parte el arquitecto Robledo, decano de la Facultad de Arquitectura como director del proyecto.

Humberto Castaño, director del Centro de Estudios Especiales me pasó la propuesta que él presentó para que la mirara. A la hora del almuerzo la revisé y le sugerí algunos cambios. Me dijo “El puesto es suyo”.

Recuerdo que Jica, la compañía japonesa de cooperación a nivel mundial, misión experta en parques, trabajaba la misma zona que yo. Llegó el momento de presentar la propuesta, Jica radicó su estudio de costos, pero no se parecía en nada al que yo había presentado.

La Universidad se disculpó pues se trataba de un economista recién egresado y acogió la propuesta de la firma. Me fui donde el japonés y le manifesté que quería saber en qué me había equivocado. Le pedí sus borradores para estudiarlos. Pasé esa noche en blanco. Encontré errores elementales de sumas, multiplicación y costos que no correspondían a las tarifas en Colombia. No veía la hora mientras esperaba a que amaneciera para llamar al director del proyecto. Al final incorporaron mi trabajo.

La segunda fase era hacer la evaluación económica y social para un crédito del Banco Mundial para la construcción del Parque, trabajo que le otorgó el Ministerio a la Universidad, pero con la condición de que yo estuviera allí.

Vicepresidencia de comercio exterior-ANDI

Después vinieron otros proyectos con el Ministerio de Transporte en Planeación Regional y Urbana. Estando en eso me hablaron de la posibilidad de ser asistente de la Vicepresidencia de Comercio Exterior de la ANDI, cargo que ocupaba el hermano de Jorge Garay, Carlos Alberto Garay, hoy presidente de Acoplásticos. Para ese momento contaba veinticuatro años.

Me dijo Carlos Alberto: “Necesito para la Asamblea un plegable actualizado que contenga una información específica con cifras de la economía Colombiana”. Adelanté el trabajo, pero apliqué cambios que fueron de buen recibo. Fue así como comencé a trabajar en comercio exterior. Era 1 de Julio de 1982 y desde ese momento hasta el día de hoy estoy en este tema, mi tema, el que me ha gustado siempre.

Yo le digo a mis hijos: “Uno tiene que hacer lo que le gusta porque además le pagan por hacerlo”.

Familia

Estuve cinco años en la ANDI. Fui Jefe de Exportaciones y estando allí conocí a mi esposa, Alba Luz Nuñez, periodista que trabajaba en comunicaciones. El vicepresidente nos había anunciado que una persona vendría a trabajar y nos la recomendó sobre manera. Fuimos novios dos años y esto sólo lo supo mi secretaria y otra persona, absolutamente nadie más. Cuando decidimos casarnos, contamos y fue la sorpresa para todos.

Recibí una llamada de Fernando Berberi, que fue vicepresidente en la ANDI. Me habló de la Asociación Nacional de Comercio Exterior, ANALDEX, gremio que se encontraba desatendido, así que fui contratado como su presidente para recuperarlo. Mi primera pregunta fue: ¿Cuánto me va a pagar? Me ofreció $25.000 pesos cuando para ese momento me ganaba $100.000 en la ANDI.

M llamó nuevamente para ofrecerme el sueldo que esperaba, lo que me permitió tomar la decisión de casarme. Solo pasaron dos meses y contrajimos matrimonio. Alba Luz continuó trabajando por un tiempo, pero luego se retiró para dedicarse a otras cosas y más tarde la llamaron estando embarazada de su primer hijo.

En 1988 nació Juan Felipe, mi hijo mayor, que presentó una trigonocefalia por lo que fue sometido a cirugía y el tiempo de espera le generó una discapacidad cognitiva.

Analdex

Para ese momento nombraron a Jorge Ramírez Ocampo como presidente de ANALDEX. Yo era presidente encargado. Jorge me preguntó: “¿Usted cambiaría a alguien del equipo?” Mi respuesta fue que sí lo haría y sustenté mis razones sobre una persona que no daba la talla. Lo que pasó después fue que no le pidió la renuncia a esa persona, sino a todas. Pasó el tiempo y no se definía nada.

Comencé a buscar trabajo, así que contacté a un amigo en Lima, Perú, que trabajaba con la Comunidad Andina en calidad de director, Edgar Vieira. Me invitó a trabajar con él y expidió la resolución de nombramiento. Hablé con Jorge pues ya habían pasado casi dos meses de haber presentado la carta de renuncia y no se manifestaba: ¡Se le había olvidado por completo!

Las circunstancias eran delicadas: la salud de Juan Felipe, Lima estaba en su peor momento pues sufría la realidad de Sendero Luminoso y había desatado el cólera. Por estos motivos Alba Luz decidió que lo mejor era quedarse. Todavía somos amigos pese a mi cambio de decisión. Esa es la ventaja de tener amigos.

Cuando Juan Manuel Santos creó el Ministerio de Comercio Exterior en 1991, me pidió que me fuera a trabajar con él como asesor. Consideré presentar la renuncia, hablé con Jorge, pero no me dejó ir. Renunció Jorge y me dejaron encargado de la Presidencia. Después de dos meses no definían nada. Lázaro Mejía, presidente de PROEXPORT, me dijo: “A usted no lo van a nombrar ahí, ya lo hubieran hecho. ANALDEX está buscando a un político y usted es técnico, lo invito a trabajar conmigo como vicepresidente de PROEXPORT”. Ese nombramiento se dio en 1997.

Cuando llegué el gremio tenía 16 afiliados y el presupuesto era de $600.000 al año. Me enfoqué en darle valor agregado a las empresas que hacían parte. Hoy son cuatrocientos veinte afiliados en todo el país y el presupuesto de $6.000 millones anuales. Ahora le digo a la Junta: “Ustedes no me dejaron ir cuando yo quería, ahora se tendrán que aguantar”. (risas)

Academia

Durante diez años dicté clases de Comercio Internacional en la Universidad Nacional, el Externado y en la Tadeo, además de algunos cursos en los Andes, la Católica y un MBA en la Sergio Arboleda.

Tomé un curso con el programa de presidentes que dicta la Universidad de Los Andes. Ya aquí había adelantado política Comercial y política Internacional en la academia de la Cancillería.

Mi papá era transportador, tenía un camión y en vacaciones nos llevaba de viaje. Un día llegamos con mercancía a Coltejer, lo que me llenó de emoción pues quería conocer, pero no me dejaron entrar. Sentí la mayor de las frustraciones y pensé: “Algún día me van a pedir que venga aquí”. Efectivamente, el presidente de Coltejer me invitó a almorzar a su oficina y le dije: “Vengo aquí con una satisfacción muy grande, se trata de esos retos que le pone a uno la vida”.

Su familia

María Paula, mi hija, nació tres años después de Juan Felipe. Alba Luz comenzó a sentirse mal, así que visitó al médico que le dio la magnífica noticia, pero estaba muy asustada por la experiencia de Juan. Yo le dije: “Si pudimos con uno, podemos con dos”, esto la llenó de valor.

Juan Felipe es un joven muy amoroso que decidió estudiar artes plásticas y estuvo trabajando con pintura. Hoy está dedicado a la animación digital y es asistente en un proyecto con el Jardín Botánico. María Paula es independiente, estudió ciencias políticas y está por terminar la carrera de economía.

Lo que he hecho en mi vida profesional ha sido posible por el apoyo de mi compañera de vida: Alba Luz.

Reflexión

Uno siempre querrá dejar en las personas parte su esencia.

Javier Díaz Molina es presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Comercio Exterior, Analdex, desde Junio 
de 1997. / Archivo particular
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“Estamos construyendo una universidad de élite en el talento”: Adolfo Meisel

Esta charla del rector de la Universidad del Norte, Adolfo Meisel, con los señores de  Contexto, nos pone al día sobre lo que está haciendo la U.

Pero también, sirvió para que apareciera el liderazgo del economista, cuando le plantearon: "Pasemos a otro tema en el que tu liderazgo ha sido clave: el rezago del Caribe colombiano. Además de estudiar el caso con rigor, como lo hace Casa Grande Caribe, ¿cuáles serían las acciones clave para cerrar esas brechas en los próximos 15 o 20 años?"

Ahí apareció la sangre costeña: "En el tema de las grandes reformas que necesita el país yo soy un liberal radical del siglo XIX. Muchas de las cosas que ellos se proponían se lograron finalmente. Sin embargo, una esencial que no hemos logrado es ofrecer educación básica de calidad para todos los niños..."

El resto lo vamos a leer con calma...

RADAR,luisemilioradaconrado

@radareconomico1


A propósito de los 55 años de la Universidad del Norte, una entrevista con su Rector, en la charla de Contexto.

El nacimiento de la Universidad del Norte nos remite a la Barranquilla de fines de la década del 50 y comienzos de los años 60, época de crecimiento económico y progreso en la ciudad. En ese entonces, un grupo de dirigentes empresariales liderados por Karl C. Parrish, en representación de la Asociación Nacional de Industriales (Andi), la Fundación Barranquilla, hoy Fundación Mario Santo Domingo, y el Instituto Colombiano de Administración (Incolda), suscribieron el acta que constituyó a la Universidad del Norte como centro de educación superior el 24 de enero de 1966, dando inicio a la historia educativa de esta alma mater en el Caribe colombiano.

En el marco de la conmemoración de los 55 años de la Universidad del Norte, Contexto conversó con Adolfo Meisel Roca, economista barranquillero que asumió la rectoría de esta institución en julio de 2018.

Meisel, doctor en Economía y magíster en Sociología de la Universidad de Yale, cuenta que las dos prioridades de la Uninorte son ofrecer una educación de calidad y diseñar mecanismos para lograr atraer a estudiantes que no cuentan con los recursos para formarse como profesionales.

En entrevista con este medio digital, el académico explica cómo esta institución universitaria ha logrado sortear los efectos de la pandemia, y, entre otras ideas, aporta su visión sobre la educación en Colombia aduciendo que es necesario erradicar la doble y triple jornada escolar, llevar a cero el analfabetismo y reducir la brecha en la calidad de educación primaria y básica.


Redacción Contexto:En estos 55 años la Universidad del Norte ha construido una notable historia: un grupo de empresarios de ayer y hoy, junto con los profesores y los alumnos, han hecho de Uninorte una de las mejores de Colombia. Tú sigues la ruta de Julio Muvdi, José Tcherassi Guzmán, Boris Rosanía y Jesus Ferro, quienes como rectores hicieron y consolidaron esta gran institución. ¿Qué prioridades tienes, junto a tu equipo, para seguir ofreciendo educación superior de la más alta calidad?

Adolfo Meisel: La dos prioridades que nos hemos trazado son las de ofrecer una educación de calidad y diseñar los mecanismos para lograr atraer más estudiantes con talento que no tienen a veces los recursos para estudiar. La Universidad del Norte se inició como una universidad de elite. Lo sigue siendo, pero ahora es sobre todo una elite del talento. Digo esto debido a que en la actualidad el 60 % de nuestros estudiantes son de estratos 1 – 3. Esta es una nueva Uninorte. Estos estudiantes están muy motivados y han elevado el nivel académico de nuestra universidad con su esfuerzo y talento. Esto hace que los demás estudiantes tengan que emularlos: una externalidad positiva de la presencia de estos jóvenes brillantes y con ganas de salir adelante.

R.C.: Para estar al alcance de todos los estudiantes se hace necesario desplegar esfuerzos para brindar ayudas financieras a quienes no tienen recursos. ¿Cómo se refleja este propósito de facilitar el acceso por méritos?

A.M.: Tenemos algunas becas que son por mérito académico únicamente. Sin embargo, la mayoría son tanto por mérito como por escasez de recursos. Lo ideal sería, creo yo, poder hacer como en la Universidad de Yale, donde el 100 % de las becas son solo por escasez de recursos. Lo que pasa es que tienen un fondo patrimonial enorme y podrían becar a todos sus estudiantes si necesitaran ese apoyo. En Uninorte hay algunas becas que son un porcentaje pequeño del total, donde no se tiene en cuenta los recursos con los que cuenta el estudiante pues queremos atraer también jóvenes brillantes de todos los grupos sociales. Eso va en beneficio de la diversidad y crea nexos de solidaridad entre grupos socioeconómicos distintos.

La pandemia ha significado un desafío enorme para las instituciones de educación superior. ¿Veremos de aquí en adelante una combinación de virtualidad y presencialidad en la educación superior? Y un tema relacionado con esta situación… ¿más allá del campus, cómo tener mayor presencia en las cotidianidad de las comunidades?

Después de la pandemia habrá algo de virtualidad pero se reducirá mucho. Pienso que será sobre todo para reuniones cortas, pues el exceso de virtualidad deteriora la calidad de la interacción social. Muchas de las cosas positivas que suceden en un campus universitario transcurren de manera no estructurada en los jardines, cafeterías, bibliotecas. Las charlas entre los jóvenes o con sus profesores sin una agenda predeterminada sirven mucho a la formación de los profesionales para ampliar los conocimientos y para establecer redes de amistad y de intercambio profesional.

La presencia más allá del campus se da en las prácticas profesionales, en los intercambios, en los encuentros interuniversitarios de todo tipo y a través de las organizaciones estudiantiles que canalizan los intereses de cada estudiante hacia aquellas actividades que los entusiasman y apasionan.

Hay una gran diferencia en los escalafones de las pruebas Saber Pro entre Uninorte y el resto de instituciones públicas y privadas de la región, las cuales, en su gran gran mayoría, son muy deficientes a pesar de que algunas ostentan la acreditación de calidad. En general la oferta educativa no es buena, ¿qué hacer?, ¿elevar los requisitos de la acreditación es una opción?

Creo que la acreditación es un mínimo. Es necesario que exista pero no diferencia mucho entre unos y otros. Creo que hay otros indicadores muy relevantes, como las pruebas Saber Pro que presentan los jóvenes próximos a graduarse como profesionales. La prueba es muy buena y refleja bastante bien los rangos de calidad. Me parece que el Ministerio de Educación haría bien difundir estos resultados y el Concejo Nacional de Acreditación debería ponderarlo más a la hora de dar acreditaciones, pues en ocasiones las instituciones que acreditan tienen resultados muy mediocres en las Saber Pro.

 

manifestacion

Con más de medio siglo de actividades académicas, la Universidad del Norte es un referente de educación superior a nivel nacional.

A pesar de algunos avances, la educación básica y primaria en Colombia aún deja mucho que desear y con la pandemia la situación será peor en la medida en que se retrase el regreso a las aulas. La diferencia entre educación rural – pública y urbana – privada se ha profundizado. Moisés Wasserman hace poco anotaba que mientras el 90 % de los profesores del país salen  bien evaluados, al  75 % de sus alumnos les va mal. ¿Qué hacer con esta desconexión?


Los efectos sobre la educación básica y primaria de los grupos más vulnerables ha sido muy grande. En las zonas rurales de muchos puntos del Caribe nuestro la deserción ha sido enorme  y los que no han desertado han recibido muy poca formación en esta época pues no hay ni los equipos ni la conectividad. Creo que en las evaluaciones de la calidad de la formación de esta generación que se haga en los próximos años se va a reflejar ese daño al capital humano. Habrá entonces que poner en práctica campañas de reforzamiento de emergencia en su instrucción.

Uninorte ha desarrollado un muy exitoso plan de lectura al interior de la universidad. Nuestros jóvenes leen muy poco, lo que no ayuda a mejorar sus expresiones orales ni a agudizar su pensamiento crítico. El rezago de nuestros niños en comprensión lectora, en especial en el Caribe, es inadmisible. ¿Qué hacer? ¿Habrá que modificar el pensum?

En Colombia todo lo queremos resolver con reformas. Reformas que no llevan a nada. Yo diría que hay que crear bibliotecas en todos los municipios y en todos los colegios, hay que editar bibliotecas básicas para dotar esas bibliotecas con libros adecuados para los jóvenes. Estas son acciones concretas que fueron llevadas a cabo hace más de dos siglos en países como Estados Unidos.

Pasemos a otro tema en el que tu liderazgo ha sido clave: el rezago del Caribe colombiano. Además de estudiar el caso con rigor, como lo hace Casa Grande Caribe, ¿cuáles serían las acciones clave para cerrar esas brechas en los próximos 15 o 20 años?

En el tema de las grandes reformas que necesita el país yo soy un liberal radical del siglo XIX. Muchas de las cosas que ellos se proponían se lograron finalmente. Sin embargo, una esencial que no hemos logrado es ofrecer educación básica de calidad para todos los niños. Se habla de construir un tren de alta velocidad entre Cartagena y Santa Marta. Una obra faraónica si se tiene en cuenta que los niños de Tasajera, el Pozón y Arroz Barato van sin desayunar a la escuela y no reciben instrucción adecuada pues no hay computadores, no hay libros, no hay un buen baño o buenas instalaciones deportivas en sus colegios. Un tren de ese tipo vale unos 10.000 millones de Euros. Con eso construiríamos todos los colegios que necesitamos en la costa Caribe.

Si fueras Ministro de educación por 4 años seguidos y te piden que te comprometas con 3 objetivos concretos, ambiciosos y medibles, ¿cuáles serían?

Yo lo que quiero es sentarme cuatro años seguidos a leer en el balcón de mi apartamento, desde donde veo en las mañanas la Sierra Nevada de Santa Marta, el rio Magdalena y a lo lejos el mar Caribe. Pero le diría a un ministro de educación tres cosas que debe hacer: erradicar la doble y triple jornada escolar por falta de instalaciones; llevar a cero el analfabetismo, y reducir la brecha en la calidad de la educación primaria y básica durante esos cuatro años. Con eso se puede ir con la cabeza en alto cuando termine su periodo ministerial.

Campaña para frenar intermediarios en trámites pensionales en el Departamento del Magdalena

 


Gobernación del Magdalena lanzó campaña “Sí a la transparencia, no a la corrupción”, con la que aspira a frenar a los avivatos que se aprovechan de los ciudadanos, al momento de hacer trámites de pensiones.

La Oficina de Pensiones del Departamento del Magdalena, a cargo de la Secretaría de Hacienda, ofrece toda la información necesaria, para que la ciudadanía acceda a los beneficios pensionales sin acudir a intermediarios y sin que tengan que ofrecer dádivas para agilizar los trámites que requieren.

La iniciativa está enmarcada en el Plan de Desarrollo “Magdalena Renace” e invita a la comunidad para que, en caso de corrupción, denuncien los hechos

Jorge Agudelo, Secretario de Hacienda, dijo que su dependencia no permitirá la corrupción: “Pensionados del Magdalena, no se dejen engañar por terceros. Para acceder a información y beneficios no necesitas tramitadores, ni intermediarios. Hazlo tú mismo porque es un derecho de todos los afiliados a la Oficina de Pensiones. Nosotros estamos en la disposición de escucharte, asesorarte, y ayudarte siempre”.

El jefe de la Oficina de Pensiones, Raúl Espinosa, dijo que quejas y denuncias pueden hacerse a través de la línea telefónica 4209691 o a los siguientes correos electrónicos:

soytransparente@magdalena.gov.co

pensiones@magdalena.gov.co

controldisciplinario@magdalena.gov.co


Fuente: Gobernación del Magdalena



Inversión en transformación digital nos hará más competitivos

 -      Colombia le apuesta a desarrollos tecnológicos propios

Foto tomada de www.infobae.com

El gobierno colombiano invertirá más de $1.4 billones en proyectos e iniciativas que abarcan conectividad y transformación digital, en 2021.

La información fue entregada por Germán Rueda, viceministro de Transformación Digital del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, durante un evento organizado por la Universidad de los Andes, Regional Caribe.

En lo que tiene que ver con industrias 4.0 se van a invertir más de $110.000 millones.

De acuerdo con el viceministro, Colombia salió ranqueado en el puesto número 4 a nivel de competitividad en América Latina y hay planes muy grandes en materia de transformación digital por parte del gobierno nacional.

Reconoció que un gran porcentaje de la población colombiana todavía no cuenta con servicio de internet, pero se espera conectar a más de 500 mil hogares de estratos 1 y 2. En el último año y medio ya se han conectado 300 mil hogares, con tarifas sociales ($8.000 y $19.000), para facilitar el acceso.

Para la Región Caribe, la aspiración es que, al terminar el primer semestre de 2021, más de 900 localidades tengan cobertura móvil.

Proyectos de transformación digital

Colombia está apostando a que aquí existan desarrollos propios, soluciones tecnológicas, que las compañías internacionales no solo vean al país como una fuente de talento creativo, sino que las ideas de los colombianos se puedan materializar.

El Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones tiene como meta formar a 100.000 nuevos programadores de aquí a 2022, para enfrentar los desafíos de la Cuarta Revolución Industrial. En 2020 fue la primera cohorte – fase piloto – y de la Región Caribe se formaron más de 360 jóvenes. Se espera formar 50.000 programadores más en 2021, a nivel nacional.


Cuando se habla de oferta y oportunidades en la Región Caribe, el ministerio recomienda tener en cuenta el programa Misión TIC 2022, porque pueden aprovechar el talento de la región para fortalecer las compañías locales que necesiten transformación digital y para los emprendedores.

Misión TIC 2022 tiene dos rutas de aprendizaje: una dirigida a estudiantes de educación media de colegios oficiales y otra a todos los colombianos mayores de 15 años.

Es importante aclarar que este es un programa bastante exigente, ajustado a las vacantes que existen en la industria nacional y cuenta con el respaldo de tres grandes universidades colombianas.

Quienes estén interesados pueden encontrar información detallada en https://misiontic2022.gov.co/.