Hoy en las Asambleas del Fondo
Monetario Internacional y el Banco Mundial, la directora-gerente del primero de
los organismos, Christine Lagarde, recalcó
que la recuperación de la actividad económica a escala mundial continúa…
La francesa siempre ha sido
crítica y no regala puntos, pero sí tiene claro que las perspectivas de base se
están despejando poco a poco y que hay una reactivación notable de la
inversión, el comercio internacional y la producción industrial, junto con un
afianzamiento de la confianza.
El RADAR está
contando esta historia y lo estamos haciendo con el patrocinio de Serfinansa,
Gases del Caribe y la Sociedad Portuaria Regional de Barranquilla.
Algo que da confianza y lo
resalta el Fondo Monetario Internacional: “Los riesgos a corto plazo están
equilibrados, en términos generales, pero se inclinan a la baja a mediano plazo
a causa de, por ejemplo, las tensiones financieras, la incertidumbre en torno a
la dirección de la regulación financiera, el recrudecimiento de las tensiones
geopolíticas y la preocupación que suscitan las prácticas comerciales
restrictivas”.
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
MOMENTO DE
OPORTUNIDADES. La recuperación mundial sigue su curso, dice Christine Lagarde,
directora gerente del Fondo Monetario Internacional
La recuperación mundial sigue su
curso.
Aunque aún no ha llegado a
término, la mejora de la coyuntura ofrece una oportunidad para abordar retos
críticos para las políticas a fin de conjurar los riesgos a la baja a mediano
plazo, reponer los márgenes de protección y estimular el producto potencial.
Los países deberían emprender
reformas debidamente estructuradas para aumentar la productividad, afianzar la
gobernanza y mitigar la incertidumbre en torno a las políticas y los riesgos
futuros.
Las reformas también deben
apuntar a aprovechar los beneficios de la tecnología y la integración económicas
y a distribuirlos ampliamente.
Para superar los obstáculos que
enfrenta la economía mundial, sigue siendo necesaria la cooperación y la acción
mancomunada de todos los países miembros.

El FMI colaborará a través del
asesoramiento y el fortalecimiento de las capacidades adaptados a las
circunstancias de cada uno, y está preparado para brindar asistencia financiera
en respaldo de los programas de ajuste.
La recuperación de la actividad económica
a escala mundial continúa…
Las perspectivas de
base se están despejando poco a poco, con una reactivación notable de la
inversión, el comercio internacional y la producción industrial, junto con un
afianzamiento de la confianza.
Los riesgos a corto plazo están
equilibrados, en términos generales, pero se inclinan a la baja a mediano plazo
a causa de, por ejemplo, las tensiones financieras, la incertidumbre en torno a
la dirección de la regulación financiera, el recrudecimiento de las tensiones
geopolíticas y la preocupación que suscitan las prácticas comerciales
restrictivas.

Además, aun siendo
necesaria para apuntalar el crecimiento y devolver la inflación a los niveles
fijados como meta, la orientación continuamente acomodaticia de la política
monetaria ha promovido la acumulación de algunos riesgos para la estabilidad
financiera. El escaso crecimiento de la
productividad continúa acotando las perspectivas de crecimiento a más largo
plazo.
En las economías
avanzadas (EA), las brechas del producto se están estrechando y las presiones
deflacionarias se están debilitando, pero la inflación
aún está por debajo de las metas. Asimismo, el crecimiento es demasiado bajo en
muchas EA y sigue dependiendo del apoyo de las políticas macroeconómicas. En
las economías de mercados emergentes y en desarrollo (EMED), el crecimiento
está aumentando en general gracias a que la demanda externa se está
recuperando, la situación se estabiliza gradualmente en los grandes
exportadores de materias primas, y otros se benefician de políticas
macroeconómicas propicias.
Pero en muchos casos las
perspectivas siguen siendo modestas y los exportadores de materias primas
—especialmente combustibles— siguen enfrentados a un panorama difícil. Entre
los riesgos a mediano plazo cabe mencionar la posibilidad de que los flujos de
capital cambien de sentido y los crecientes focos de vulnerabilidad
relacionados con la expansión del crédito y la debilidad de los balances.

… y ofrece una oportunidad para
políticas que refuercen la resiliencia y estimulen el crecimiento a mediano
plazo, además de superar los retos que plantean la tecnología y la integración.
Esta alentadora
reactivación de la actividad mundial representa una oportunidad para abordar
retos críticos para las políticas y alejar los riesgos a la baja
—entre otras cosas, creando márgenes de protección adecuados— y para aprovechar
al máximo los rendimientos de las reformas estructurales a fin de incrementar
el producto potencial. La aceleración del crecimiento cíclico promueve la
eficacia de reformas estructurales como la liberalización de los mercados de
los productos, la protección laboral y las prestaciones por desempleo, y al
mismo tiempo abre un margen para poner en práctica políticas que fomenten la participación
en la fuerza laboral y el aumento de la productividad, sobre todo en las EA.
Esto puede mejorar las perspectivas
a mediano plazo, empañadas aún por el envejecimiento de la población, el
elevado nivel de la deuda pública y privada, la aguda incertidumbre que rodea
la situación económica y las políticas, y la debilidad de la gobernanza.
La vigorización del crecimiento
también crea espacio para implementar políticas que distribuyan más ampliamente
los beneficios del avance tecnológico y la integración económica internacional.
Como lo resaltó la AMP de la
primavera pasada, el progreso de la tecnología ha respaldado la integración
comercial y financiera, que mejoró los niveles de vida a escala mundial,
aceleró la transferencia de conocimientos y creó oportunidades de inversión.
Sin embargo, estos cambios estructurales también se tradujeron en
desplazamientos en el mercado laboral, una agudización de la desigualdad y una
erosión de la cohesión social primordialmente en las economías avanzadas. La ausencia
de políticas claras que sirvan de solución ha socavado la confianza en las
instituciones en un momento en que se necesitan estructuras sólidas y
confiables.

Políticas y
prioridades
Apoyar la recuperación y
aprovechar la oportunidad para afianzar las perspectivas de crecimiento.
Para apoyar la recuperación es
necesario ajustar las políticas en función de la evolución del entorno
macroeconómico y las distintas posiciones de los países dentro del ciclo. En
las economías avanzadas, la política monetaria debería trazar una trayectoria
acomodaticia en vista de los bajos niveles de inflación y la capacidad ociosa
que aún existe en la mayoría de los países. Si dispone de margen de acción, la
política fiscal debería contribuir a apuntalar el crecimiento. Si ese margen
está mediano plazo y mitigar los desequilibrios externos excesivos limitado por
la necesidad de evitar una dinámica de endeudamiento posiblemente
desestabilizante, la reactivación ofrece una oportunidad para reponer los
mecanismos de amortiguamiento; ahora bien, las políticas deberían estar
calibradas para apoyar en la medida de lo posible el crecimiento y la igualdad
social. Las políticas estructurales — que son más potentes durante la fase
ascendente del ciclo económico— son vitales para dar rienda suelta al aumento
de la productividad y despejar las perspectivas de crecimiento. En numerosos
países, la reducción de las barreras en los mercados del trabajo y de los productos
ayudará a asignar los recursos con más eficiencia.