La vida cambia y bastante.
Siempre el hombre buscará la
forma de mantenerse vigente…
Vamos a leer a Jairo…
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Por Jairo Parada
La semana pasada se llevó a cabo la Semana
Económica del Instituto de Estudios Económicos del Caribe (IEEC) de la
Universidad del Norte. La jornada nos dejó la imagen de una disciplina viva y
apasionante.

Dentro de los muchos temas tratados, se examinó la relación entre
la economía y la psicología, cada vez más vibrante debido a los trabajos de
Daniel Kahneman y A. Tverski, así como lo planteado por R. Thaler, Nobel de
Economía 2017. A través de videos de experimentos sobre consumidores, pudimos
ver como las personas no son tan racionales como creemos, y que las decisiones
son a veces impulsivas, y se dejan influenciar por el entorno y la
publicidad.
Pero la audiencia quedó aún más impactada con
la jornada sobre Cambio Tecnológico y Empleo, fenómenos que llegaron para
quedarse, en el marco de la VII Jornada del OCSA (Observatorio de
Condiciones Socioeconómicas del Atlántico) de la Universidad del Norte. Desde
la primera revolución industrial con sus telares, el ser humano teme perder su
trabajo debido a la maquinización.
El profesor Percybrooks de Uninorte, de
Ingeniería, nos explicó con claridad qué es la inteligencia artificial. Estamos
en medio de una nueva revolución tecnológica. Dejó claro que por ahora no hay
máquinas que piensen como nosotros, pero limitadas a tareas específicas, ya hay
máquinas que hasta aprenden solas.
Las empresas más valiosas del mundo hoy son
las que se involucran en estas tareas, como IBM, Amazon, Google, Microsoft y
Facebook, y allí ocurren las mayores inversiones. Ellas se hacen en este campo,
en Estados Unidos, Europa, China, Japón, Australia, Canadá, Brasil. ¿Y
nosotros? A nivel de África, casi nada, donde nos ganan nuestros vecinos como
Perú, Ecuador, Chile y Argentina. Estas máquinas que aprenden ya se usan en
salud, ventas minoristas, finca raíz, etc. Toda actividad humana, así sea
cerebral, que sea rutinaria y que pueda ser digitalizada, será
digitalizada.

Juan M. Gallego, de la Universidad del
Rosario, nos mostró que pocas empresas en Colombia innovan, debido a los
grandes obstáculos que enfrentan. Las que lo hacen logran mejoras importantes
en productividad, así como las que logran certificarse en calidad. Andrés
Vargas, del OCSA de Uninorte, nos mostró cómo el cambio tecnológico ya llegó al
Área Metropolitana y ha empezado a impactar los ingresos laborales. Preocupa
que los ingresos de los más pobres se sostengan gracias a las transferencias
públicas y no a la calidad de los empleos. Se destaca cómo las personas con
educación técnica y tecnológica han mejorado más sus ingresos que los
profesionales. Laura Cepeda de Fundesarrollo, nos mostró los impactos del
cambio tecnológico: La productividad laboral de la industria aumenta pero
el empleo industrial crece más en divisiones relacionadas a los bienes no
transables (construcción y servicios), el personal temporal aumenta en la
contratación, y se precariza el trabajo menos calificado. Las máquinas
inteligentes también crearán muchos empleos, pero el balance dependerá de cómo
nos preparamos para estos fenómenos. Más trabajo creativo, es la clave.