lunes, 21 de septiembre de 2020

Con inversiones y obras por más de $1.1 billones, Electricaribe mejora la infraestructura del servicio en la Región Caribe

Aunque muchos colegas periodistas se quejan, como ocurre con otros ciudadanos de la Región Caribe del servicio energía, en nuestro caso el asunto no ha sido tan complicado.

Es más, he hecho algunas encuestas breves entre grupos pequeños y el balance es positivo para Electricaribe. 

En esta información que nos envían están algunos datos que han pasado por el RADAR y que ahora circularon por la emisión radial, la 9693, en la hacemos el recuento enviado por la compañía, sobre lo que ha pasado en estos últimos cinco años.

Inversiones por más de 1,1 billones de pesos…

RADAR,luisemilioradaconrado

@radareconomico1

Con inversiones y obras por más de $1.1 billones

Electricaribe moderniza y fortalece la infraestructura del servicio en la Región Caribe  

 

Septiembre 2020. Bajo la gestión de la Agente Especial, Ángela Patricia Rojas Combariza, Electricaribe consiguió y tiene en marcha recursos y obras por más $1.1 billones en los 7 departamentos de la Costa Caribe. 

Con la intervención de Electricaribe hecha por la Superservicios en 2016 y la gestión durante los últimos dos años de Rojas Combariza, la empresa logró implementar todas las acciones necesarias para detener el deterioro de la infraestructura eléctrica de la región que está obsoleta y a la cual, durante más de una década, no se le hicieron las inversiones necesarias para garantizar su adecuado funcionamiento, realidad que condujo a que el servicio se viera amenazado y se fuera deteriorando de manera sostenida año tras año. 

Electricaribe logró emprender el mejoramiento de la calidad del servicio en toda la región, gracias a las inversiones con recursos propios cercanos a los $250 mil millones de pesos, $140.000 millones en 2019 y el resto durante todo el 2020, con trabajos ya realizados, contratados o que se están cumpliendo.   

Este dinamismo en inversiones y obras se fortaleció con el financiamiento efectuado por la Superintendencia de Servicios Públicos a través del Fondo Empresarial, apoyado por el Gobierno Nacional con la suma $860 mil millones aprobado en documentos CONPES y cuya ejecución culminará una parte en diciembre de 2020 y la otra en el primer trimestre del año 2021. 

Estos recursos CONPES fueron distribuidos en inversiones necesarias para frenar el deterioro de la red de la siguiente manera: Atlántico, 311.637 millones de pesos; Bolívar, 198.876 millones de pesos; Cesar, 72.429 millones de pesos; Córdoba, 118.038 millones de pesos; La Guajira, 24.126 millones de pesos; Magdalena, 109.612 millones de pesos; Sucre, 15.073 millones de pesos. 

Los contratos para la ejecución de todas estas inversiones, un total de 136 grandes proyectos, equivalen a seis (6) veces más inversión de la que se había hecho durante los 5 años anteriores. Es importante resaltar que los contratos están siendo ejecutados por empresas de reconocida trayectoria y experiencia en el sector eléctrico.

La historia de Electricaribe y sus inversiones en estos últimos años.

De igual forma se destaca las actividades de la Junta Consultiva de la empresa constituida por Arnaldo Mendoza, Carlos Quintero, Carlos Diago y Ricardo Lequerica, quienes pusieron al servicio de estos proyectos su experiencia y conocimiento para que la contratación de los recursos fuera eficiente y transparente a través de las recomendaciones dadas en su momento y en las revisiones de la ejecución de la misma.  

Dentro de las más importantes inversiones y obras necesarias para detener el deterioro, modernizar y fortalecer la infraestructura eléctrica de toda la región, Electricaribe dispondrá de siete (7) nuevas subestaciones, 12 nuevos circuitos, 8 transformadores de potencia y 4.642 transformadores de distribución, al igual que 194Km de redes eléctricas intervenidas, una extensión cercana a la distancia entre Cartagena y Santa Marta. 

Con todas estas grandes obras, más los trabajos adicionales que se desarrollan a lo largo de los 7 departamentos, se logrará detener el deterioro de la red y continuar en la tarea de ir mejorando el servicio de energía, un hecho que contribuirá a elevar la calidad de vida de sus habitantes, al igual que al empoderamiento y desarrollo de toda la región. 

Nuevos clientes 

Este nuevo dinamismo y modernización de la infraestructura y el servicio prestado por Electricaribe ha permitido la llegada y conexión de 97.467 nuevos clientes de toda la región durante los últimos dos años; 82.659 de los cuales pertenecen a los estratos 1, 2 y 3, al tiempo que 4.624 son clientes comerciales y 80 industriales.  

Solución estructural 

Gracias al compromiso y trabajo articulado del Gobierno Nacional, la Superintendencia de Servicios Públicos y la gestión de la Agente Especial, se consiguió una solución estructural a la prestación del servicio de energía eléctrica de la Región Caribe, luego de realizar y concluir con éxito, de manera transparente y con el total cumplimiento de las normas que rigen a la empresa, el proceso de subasta para los mercados de Caribe Sol y Caribe Mar. Las nuevas empresas operadoras, EPM y Consorcio Energía de la Costa, se comprometieron a realizar inversiones por $5.8 billones de pesos durante los primeros cinco (5) años de operación. 


Electricaribe inició construcción de nuevo circuito eléctrico en Malambo, Atlántico.

Electricaribe está siempre eléctrico.

es con el ánimo de atender a sus clientes.

Nos acaban de enviar esta información que socializamos con gusto: “inicio construcción de nuevo circuito eléctrico en Malambo”.

Eso es el departamento del Atlántico. 

RADAR,luisemilioradaconrado

@radareconomico1

Electricaribe inició construcción de nuevo circuito 

eléctrico en Malambo, Atlántico.  

Dentro de su plan de inversiones y mejoras en la red de distribución eléctrica, Electricaribe inició las obras de construcción de un nuevo circuito denominado Malambo 8 para atender la creciente demanda de energía por parte de los clientes industriales y comerciales en Malambo, con una inversión que supera los $1.720 millones.

Esta importante obra contempla la instalación de nuevos postes de media tensión, crucetas, aisladores, 1.5 kilómetros de nuevas redes de media tensión y el reemplazo de un kilómetro de redes existentes del circuito Pimsa, donde se instalará cable ecológico, el cual es amigable con el medio ambiente.

“Seguimos aportando al desarrollo industrial de la Región Caribe. Con este nuevo circuito destinamos recursos que nos permitirán aumentar la confiabilidad, seguridad y calidad del servicio de energía en esta importante zona industrial del Atlántico”, indicó la Agente Especial de Electricaribe, Ángela Patricia Rojas Combariza. 

Por su parte, el gerente de Electricaribe para el sur del Atlántico, Juan Diego Narváez Laverde, aseguró con que la construcción de este nuevo circuito, se verán beneficiados los usuarios del Parque Industrial Malambo - Pimsa, y las empresas que a futuro deseen posicionarse en este corredor industrial, pues el circuito Malambo 8 permitirá una mejor distribución de las cargas actuales del circuito Pimsa para brindar un mejor servicio a los clientes.

 


El dólar cerró en $3.789 por el aumento de la aversión al riesgo entre los inversionistas

El dólar manda… 

Revisando cómo ha ido avanzando la moneda norteamericana, me salieron estas cuentas:

Diciembre 2010: $1.934.96

Diciembre 2015: $3.356

Diciembre 2019: $3.277.14 y

Hoy: $3.789

Seguiremos pendientes…

RADAR,luisemilioradaconrado

@radareconomico1

El dólar cerró en $3.789 por el aumento de la aversión al riesgo entre los inversionistas

Los precios del barril de petróleo caen más de 4,2% por potencial regreso de producción de crudo en Libia y mayores casos de covid

A la 1:00 p.m., el dólar alcanzó un precio promedio de $3.790,43, lo que representó un alza de $65,06 frente a la Tasa Representativa del Mercado (TRM), que se ubicó para hoy en $3.725,37.

La divisa abrió la jornada con un precio de $3.780 y su cierre fue de $3.789,50. El precio mínimo que se registró en la plataforma Set-Fx fue de $3.773, mientras que el máximo fue $3.802. El monto negociado durante la jornada fue de US$701,01 millones en 1.212 transacciones.

 

El yen tocó un máximo de seis meses frente al dólar el lunes, avanzando por sexta semana consecutiva ante la moneda de Estados Unidos en medio de un declive de las bolsas, lo que llevó a los inversores a buscar seguridad en la moneda japonesa. 

"El imparable aumento de casos de covid-19 a nivel global está afectando a la confianza al comienzo de la semana de operaciones, ya que los inversores dudan cada vez más de sus optimistas predicciones sobre la recuperación", dijo a Reuters, Raffi Boyadjian, analista de XM.

Por ello, la confianza de los inversionistas ha sido golpeada por la amenaza de una segunda ola de restricciones y cuarentenas en Europa, así como de denuncias de acciones fraudulentas de los grandes bancos internacionales y una nueva amenaza de caos político en Estados Unidos.

 

América Latina: la otra batalla entre China y Estados Unidos. Colombia debe diversificar mercados y buscar mayor inserción en Asia

Con Ricardo Ávila Pinto nos hemos encontrado en muchas partes del mundo. 

En las Asambleas del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

También en las del BID, el Banco Interamericano de Desarrollo y en las locales, en las Asambleas de los gremios: Andi, Fenalco, Asobancaria…

Varios años estuvo dirigiendo Portafolio y participando en eventos económicos en El Tiempo.

Un día cualquiera me dijo: “Ya llegó el momento del retiro”.

No iba a dejar de escribir. Era el retiro de la dirección, que es más estresante.

Ahora, escribe con más reposo.

Y me gozo este trabajo que se publicó este domingo en El Tiempo.

Vamos a leerlo con tranquilidad, la tranquilidad que no tenía antes Ricardo, por los afanes del periodismo…

RADAR,luisemilioradaconrado

@radareconomico1

América Latina: la otra batalla entre China y Estados Unidos

A Colombia debe diversificar mercados y buscar una mayor inserción en Asia

SEPTIEMBRE 20 DE 2020 11:07 A.M.

El avión de color azul y blanco, con una franja dorada en la mitad, que aterrizó en la noche del viernes en el aeropuerto El Dorado trayendo en su interior al secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, acabó con una larga sequía en materia de bienvenidas protocolarias. Como lo señalaron los observadores, se trató de la primera visita en más de seis meses de un funcionario extranjero de primera línea al territorio nacional.

Aun así, mascarillas y distanciamiento confirmaron que la nueva normalidad cobija a las relaciones internacionales, que ahora tienen lugar en otros escenarios. Por cuenta de la pandemia que redujo los contactos personales a su mínima expresión, la diplomacia cara a cara ahora exige al menos dos metros de espacio, cuando no debe adaptarse a la virtualidad, tal como le sucedió a las Naciones Unidas, cuya asamblea general anual transcurre en el ciberespacio.


Ese hecho hace más significativa la presencia del enviado de Donald Trump, quien cerró en Bogotá una gira que lo llevó a Surinam, Guyana y Brasil, escalas en donde envió varias veces el mismo mensaje. El más sonoro se le dirigió a Nicolás Maduro, quien volvió a recibir una invitación a dejar el poder. Pero también fue clara la advertencia sobre China, lo cual llevó a Pekín a decir que la mano derecha de Donald Trump busca “sembrar discordia” en la región.


Aunque el cruce de salvas entre las dos principales potencias del planeta resulta usual desde hace un tiempo, es claro que la tensión se extiende a América Latina. Washington no ve con buenos ojos que se le metan en su patio trasero y menos ahora que la Casa Blanca sigue alimentando la hoguera con acciones y palabras dirigidas al que ahora es su gran adversario, al otro lado del océano Pacífico.

Guerra comercial, prohibición de inversiones, cierre de consulados y limitación de frecuencias aéreas son algunas de las armas utilizadas en las que promete ser una confrontación de largo aliento. Para los expertos, lo que está en juego es nada menos que la supremacía mundial a lo largo del siglo XXI.

Aunque la batalla no ocurrirá necesariamente en el terreno militar, armamentista o ideológico, como pasó con la antigua Unión Soviética, sino en el económico y tecnológico, esta va a ser intensa y puede dejar daños colaterales. El mayor riesgo es que se obstaculicen los flujos de intercambio de bienes y de capitales, limitando el acceso a diversos mercados y las posibilidades de progreso.

SI POR ALLÁ LLUEVE

Semejante escenario puede sonar lejano en Colombia, cuyas urgencias inmediatas son de otra índole. Sin embargo, las estadísticas confirman que la nación asiática no solo es el segundo socio comercial, sino que desde hace un tiempo relativamente corto el país comenzó a recibir inversiones chinas importantes que se expresan no solo en un grupo de empresas cada vez más amplio, sino en varios proyectos de gran envergadura.

La lista es larga y comienza con el metro de Bogotá, la obra de infraestructura de mayor costo en la historia del país. En el mismo segmento está el Regiotram de Cundinamarca y la autopista Mar 2, una de las concesiones de cuarta generación, a la cual se le podrían sumar las del fracasado grupo Solarte.

De otro lado, aparece una fuerte presencia en telecomunicaciones, a través de nombres tan conocidos como Huawei –proveedor de celulares y redes para telefonía móvil–, ZTE, Hytera, TP Link, Vivo o Xiaomi. En energía se encuentra Hydro Global, que desarrolla una iniciativa hidroeléctrica en el Chocó, mientras que en minería Zijin Mining pagó 1.400 millones de dólares por una compañía que explota un yacimiento en Buriticá, en Antioquia.


A lo anterior hay que agregarle a CMIG International que se quedó con los activos de Old Mutual en el área financiera, a Didi en el transporte de personas o a marcas de vehículos como BYD –especialista en buses eléctricos–, al igual que JAC, Chery, Haima, Changan y DFSK. El cálculo es que el número de compañías supera con facilidad las setenta.

Aunque se corre el peligro de sumar peras y manzanas, puede decirse con un alto grado de certeza que hay cerca de 10.000 millones de dólares involucrados en operaciones de diverso tipo. No todo ese dinero ha llegado, pues en ciertos casos hay emprendimientos que tomarán años en madurar.

Según el Banco de la República, el flujo acumulado de la inversión directa de China en Colombia ascendió a 277 millones de dólares entre enero de 2000 y junio de 2020. Como proporción del total, esa cifra representa apenas un 0,14 por ciento, que es un guarismo bajo.
 

Quienes saben del asunto advierten que la explicación es que los registros identifican el país de donde viene el dinero y no donde se toma la decisión de girarlo, por lo cual en más de un caso aparece Panamá o algún paraíso fiscal, así su remitente sea una firma de capital de la República Popular.

No hay duda de que estamos en la mira. En opinión de Margaret Myers, directora del programa de Asia y América Latina en el Diálogo Interamericano en Washington, lo sucedido “refleja el trabajo de ciertas instituciones colombianas para hacer conexiones y también un importante proceso de aprendizaje de parte de las compañías chinas”.

Y es que después de varios años, en esta parte del mundo ha tenido lugar una adaptación hacia mecanismos más sofisticados. Eso lo evidencia “tomar parte en asociaciones público privadas (APP) con frecuencia creciente, en lugar de apoyarse en créditos atados, lo cual pasa por juntarse con empresas internacionales cuando hace sentido, como es el caso del metro de Bogotá”, añade Myers.

Para Lan Hu, el embajador en Bogotá, “el crecimiento de la inversión china en Colombia es el resultado de la creciente apertura y atracción de un país que goza de condiciones favorables como estabilidad política, desarrollo económico y un sistema legal sólido”. El enviado de Pekín asegura que lo que hacen las firmas de su país “no es una simple inversión de capital o contratación de obras, sino que a través de proyectos APP y otros traen tecnología y administración más avanzada, en aras de colaborar con el pueblo colombiano por un mayor desarrollo”.

En paralelo, se observa un estrechamiento de los vínculos comerciales. “El intercambio económico se volvió importante en los últimos diez años, pero sobre todo en los últimos cuatro las exportaciones colombianas a China han crecido 300 por ciento”, anota Guillermo Puyana, presidente de la Asociación Colombo China.

TENSIONES DE FONDO

Semejante evolución es un reflejo de cómo se ha movido el péndulo del poder económico hacia la zona del Asia Pacífico. Son varias las naciones de esa parte del mundo que han liderado los indicadores de crecimiento, pero no hay duda de que por su tamaño China está en una categoría aparte.

Basta recordar que genera un 17 por ciento del producto interno bruto global y que cuenta con casi 1.400 millones de consumidores, cuya calidad de vida ha cambiado sustancialmente en menos de cuatro décadas. Aparte de ser el mayor exportador de bienes, también es un enorme comprador de materias primas, con un gran impacto regional: adquiere el 78 por ciento de las ventas de soya de Brasil o el 41 por ciento del cobre que saca Chile, para solo citar un par de datos.

Como consecuencia, es uno de los dos principales destinos de las ventas externas de los países de América Latina, que se concentran en alimentos y minerales. Ese surgimiento tuvo lugar en lo corrido de este siglo y claramente ha sido de doble vía.

Los superávit acumulados y el mismo tamaño de sus empresas hacen lógico que la inversión china sea cada vez más relevante en el planeta. En muchos casos, los capitales se han enfocado en garantizar el abastecimiento de una nación deficitaria en bienes primarios. En otros hay la intención de impulsar transnacionales en los sectores más diversos.

Dicha evolución debería ser más acelerada ahora, por cuenta de la pandemia. Al tiempo que cerca del 90 por ciento de las economías en los cinco continentes entran en recesión, la china se encamina a cifras positivas en 2020, así estén por debajo del promedio observado desde comienzos de los años ochenta.


A lo anterior se agrega el despliegue de lo que varios analistas llaman la “diplomacia de la máscara”. Justo en el momento en que Estados Unidos parece estarse replegando y toma una actitud confrontacional, incluso con sus aliados más cercanos, Pekín logró dejar atrás el estigma de ser identificado con el covid-19. Para conseguirlo multiplicó sus donaciones de equipos de protección o ventiladores de uso médico, aparte de comprometerse a compartir las vacunas que está desarrollando.

En respuesta, Washington frunce el ceño y habla duro, pero no tiene mucho que mostrar más allá de una iniciativa para promover inversiones en las Américas, descrita como algo gaseosa. Lo anterior no desconoce que las tensiones están ocasionando cambios importantes que pueden convertirse en oportunidades para los países de este hemisferio.

De un lado, Estados Unidos recortó sus compras de productos chinos, pero esa disminución benefició a los exportadores latinoamericanos. Del otro, China también impuso barreras y eso la lleva a buscar otros proveedores.

Al mismo tiempo, es probable que algunas industrias decidan localizarse en estas latitudes, con el fin de disminuir el riesgo geopolítico y acceder al mercado estadounidense. Los menores costos laborales y la cercanía son argumentos que juegan en favor de la región.

Así las cosas, el mensaje es que a América Latina le conviene ser neutral en la confrontación de las superpotencias. Como afirma Margaret Myers: “Espero que las naciones del área no tengan que escoger entre agradar a Estados Unidos o agradar a China”.

Ello obliga mantener buenas relaciones con todos, no prestarse a los juegos de poder y defender los principios del regionalismo abierto. En caso de que Trump repita mandato y trate de volver realidad sus amenazas de desacoplarse de su antagonista al otro lado del océano Pacífico, habrá que mantener la cabeza fría y usar la diplomacia.

Volviendo a Colombia, lo que corresponde es diversificar mercados y buscar una mayor inserción en esa parte del mundo, pues nuestros pares regionales han avanzado más rápido. A este respecto, el ministro de Comercio, José Manuel Restrepo, subraya que “China, que hace diez años no aparecía todavía en los primeros diez destinos de las exportaciones colombianas, hoy ocupa el segundo puesto, con mucho más dinamismo que las del resto del mundo y menor dependencia de bienes minero energéticos”.


Café, aguacate, banano, pulpas de fruta, frutas secas y chocolates son renglones que muestran una muy buena dinámica. El desafío es ampliar ese abanico, y ojalá con artículos de mayor valor agregado y con el objetivo de equilibrar una balanza comercial que sigue siendo ampliamente deficitaria.

Por otra parte, es previsible que las inversiones sigan llegando y que eventualmente, una vez la pandemia quede atrás, los turistas. Nada de eso era así de claro hace cuatro décadas, cuando Bogotá y Pekín establecieron relaciones diplomáticas.

En ese lapso, las cosas han cambiado mucho, pero hay que reconocer que la historia apenas comienza. Y así al Tío Sam le moleste, todo apunta a que el dragón chino seguirá batiendo sus alas en esta parte de la cuenca del Pacífico.


RICARDO ÁVILA
Especial para EL TIEMPO
En Twitter: 
@ravilapinto