Muchos
van a tener problemas por la nueva reforma… De acuerdo con Cristina Stiefken, industrias extractivas, aquellas que se
dedican a extraer los recursos del subsuelo y posteriormente a explotarlos,
tendrán problemas…
Estamos
hablando de empresas que explotan estos recursos: minerales, gases y petróleo...
Pero
también las entidades financieras, porque se mantiene la sobretasa de forma
permanente, las compañías de alimentos que comercializan bebidas azucaradas y
alimentos ultraprocesados y la economía digital…
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Reforma
Tributaria. De acuerdo con Cristina Stiefken, tributarista de Cuatrecasas
Colombia, la industria extractiva será uno de los sectores más afectados
Con la nueva reforma tributaria, la mayoría
de los ojos se dirigieron a la industria extractiva, que recibirá uno de los
golpes más duros. Sin embargo, Cristina Stiefken, tributarista de Cuatrecasas,
dijo que el sector de la economía digital también podría estar entre los
grandes perjudicados.
¿Cuáles serán los sectores más afectados por
la reforma?
Las empresas de la industria extractiva.
Pero también las entidades financieras, porque se mantiene la sobretasa de
forma permanente, las compañías de alimentos que comercializan bebidas
azucaradas y alimentos ultraprocesados y la economía digital.
¿Qué tan viable es gravar las plataformas
digitales?
Por supuesto es más difícil gravar a una
sociedad extranjera que a una nacional, pero es viable. Lo que es cierto es que
es un sector al que le están dando durísimo; hoy en día esos servicios
digitales, por regla general, están gravados con IVA de 19%; ahora no les
quitan el IVA y les están adicionando un impuesto sobre la renta.
Los cambios propuestos incluyen una
retención en la fuente de 20% y una regla similar a la de establecimiento
permanente digital, que básicamente dice que, aunque no haya una presencia
física en Colombia y no haya una persona desarrollando negocios de la compañía
en el país, se presume que hay una presencia significativa en ciertas
circunstancias, y en esas circunstancias podría existir la obligación de
declarar y pagar renta en Colombia , como si fuera una sucursal de sociedad
extranjera, es un régimen parecido. En esos casos, habrá que ver el gobierno
cómo espera que convivan la obligación de preparar un estudio de atribución, la
obligación o no de presentar una declaración de renta en Colombia, la tarifa de
renta aplicable, y la retefuente de 20%.
Va en línea con los estándares
internacionales?

Teniendo en cuenta que ahora hacemos parte
de la Ocde, el tema de seguir gravando los servicios digitales y la economía
digital con impuestos unilaterales colombianos va en contra de lo que ha venido
diciendo la organización en el pilar uno.
Ese pilar, al final, lo que dice es que se
deben establecer unas reglas unificadas entre los distintos países, para
permitir a la jurisdicción de mercado gravar una parte de las ganancias de
empresas multinacionales que operan en dicha jurisdicción aún sin una presencia
física, y que esto se haga de manera coordinada. Y sí, se va a gravar este
sector de la economía que venía siendo favorecido desde la perspectiva
tributaria, pero específicamente la Ocde ha dicho que no debería haber medidas
unilaterales, porque eso entorpece todo y genera unas luchas que, al final,
afectan la economía a nivel mundial.
¿Eso nos vuelve menos competitivos a nivel
internacional?
Claro, ese es otro tema complicado, no
solamente en temas de competitividad, sino también en lo que tiene que ver con
la modernidad de nuestro sistema tributario, porque con esa reforma, en muchos
aspectos, como el impuesto al patrimonio, estamos retrocediendo.
Desincentivo a la generación de empresa
Uno de los puntos más llamativos y
preocupantes del proyecto de reforma tributaria presentado por el gobierno
entrante es la altísima tributación agregada para las sociedades y sus socios,
así como las consecuencias que esto puede tener en la economía colombiana.
Hoy en día, las sociedades pagan un impuesto
de renta de 35% -el más alto de todos los países miembros de la Ocde-. Los accionistas,
por su parte, actualmente pagan un impuesto a los dividendos de 10%, con lo
cual la tributación agregada sociedad/socio es de 41,5%.
La reforma propuesta no cambiaría la tarifa
aplicable a las sociedades, pero aumentaría dramáticamente la tarifa aplicable
a los socios, así:
(i) Para las personas naturales que sean
residentes fiscales colombianas, los dividendos podrían estar gravados hasta
39%. Esto implicaría que la tarifa agregada entre la sociedad y el socio sería
de hasta 60,35% (un aumento de hasta 18,85 puntos porcentuales frente a la
tarifa agregada actual).
A esto hay que adicionarle que el nuevo
impuesto al patrimonio gravaría indirectamente las utilidades retenidas, toda
vez que incluye nuevas reglas para determinar el valor por el cual se deben
declarar las acciones en sociedades. Así, las utilidades de una actividad
empresarial estarían sujetas a un triple gravamen: el impuesto sobre la renta
de la sociedad, el impuesto a los dividendos y el impuesto al patrimonio de los
socios.
(ii) En el caso de los socios que sean no
residentes (individuos y sociedades), a falta de un convenio para evitar la
doble imposición, la tarifa aplicable sería de 20%, con lo cual la tarifa
agregada sociedad/socio sería de 48% (un aumento de 6,5 puntos porcentuales).
De lo anterior no solo llaman la atención
las altísimas tarifas agregadas, sino también la diferencia tan abismal en el
trato entre residentes y no residentes.
En economías desarrolladas la tendencia es
(i) aumentar la tributación de los individuos, para lograr una mejor
redistribución de la riqueza y (ii) disminuir la tributación de las sociedades,
para mantener el dinamismo de la economía. La reforma propuesta, además de
incrementar sustancialmente la tributación de individuos, no solo no disminuye
la altísima tributación a la que ya están sometidas las sociedades, sino que
incluso la aumenta (vía eliminación y limitación de descuentos tributarios
-como el del ICA-, deducciones y rentas exentas).
Con esto, las normas propuestas implicarían
un desincentivo para la generación de empresa en nuestro país y, por supuesto,
un obstáculo para atraer y mantener la inversión extranjera.