El presidente de Colombia, Iván Duque Márquez,
tiene un excelente programa.
En Colombia hay mucha expectativa para que su
labor sea fructífera y pueda cumplir con sus promesas.
Revisando su discurso de 14 páginas, nos
damos cuenta que tiene tarea bien grande:
*Así como valoramos la legalidad,
ha llegado el momento de hacer del emprendimiento la base de nuestro progreso
económico y social.
*Colombia debe ser un país donde
micro, pequeñas, medianas y grandes empresas progresen de manera sostenible
para generar empleos de calidad.
*Implementaré todas las reformas
estructurales que se requieran para asegurar la sostenibilidad fiscal de la
Nación y nos propondremos consolidar un crecimiento potencial superior al 4 por
ciento del PIB.
*Todos los sectores productivos
del país deben sentirse seguros de que no habrá en mi gobierno ninguna
hostilidad que les impida crecer y hacer crecer a Colombia.
*Quiero que los jóvenes de
Colombia escuchen esto con atención: estamos comprometidos con el impulso a la
Economía Naranja para que nuestros actores, artistas, productores, músicos,
diseñadores, publicistas, joyeros, dramaturgos, fotógrafos y animadores
digitales conquisten mercados, mejoren sus ingresos, emprendan con éxito,
posicionen su talento y atraigan los ojos del mundo.
RADAR, luisemilioradaconrado
@radareconomico1
La apuesta del presidente de Colombia, Iván Duque Márquez es bien
grande -3-
Pacto por el
emprendimiento
Colombia
debe ser un país donde micro, pequeñas, medianas y grandes empresas progresen
de manera sostenible para generar empleos de calidad. Por eso pondremos en
marcha un programa de reactivación económica que nos permita, con
responsabilidad fiscal, tener un sistema tributario y de desarrollo productivo
orientado a la inversión, el ahorro, la formalización, la productividad y la competitividad
de nuestra economía.
Eliminando
gastos innecesarios, haciendo más eficiente la administración pública,
adoptando la facturación electrónica y mejores sistemas de fiscalización,
además de hacer más eficiente, progresivo y equitativo el sistema tributario,
lograremos cumplir la meta de aumentar el recaudo mientras bajamos impuestos a
los generadores de empleo y mejoraremos los ingresos de los trabajadores.
Implementaré
todas las reformas estructurales que se requieran para asegurar la sostenibilidad
fiscal de la Nación y nos propondremos consolidar un crecimiento potencial
superior al 4 por ciento del PIB.
Nuestra
economía debe fortalecerse todos los días. Vamos a eliminar trámites
innecesarios y hacer más expeditos los existentes, vamos a ponerle fin a
regulaciones absurdas que expanden el peregrinaje burocrático y crean
incentivos a la corrupción. Estamos comprometidos con la seguridad
jurídica y con que Colombia sea un país con las mejores condiciones
regionales para la creación de nuevos emprendimientos donde la tecnología, los
servicios, las empresas B, las industrias creativas, el turismo, la
agroindustria, entre otros, sean jalonadores del crecimiento.
Todos
los sectores productivos del país deben sentirse seguros de que no habrá en mi
gobierno ninguna hostilidad que les impida crecer y hacer crecer a Colombia.
En
nuestro gobierno diversificaremos nuestra producción y nuestras exportaciones
para que además de las manufacturas produzcamos mentefacturas y reducir la
dependencia en las materias primas, agregando valor y posicionando nuestras
marcas, diseños y sellos de calidad. Quiero que los jóvenes de Colombia
escuchen esto con atención: estamos comprometidos con el impulso a la Economía
Naranja para que nuestros actores, artistas, productores, músicos, diseñadores,
publicistas, joyeros, dramaturgos, fotógrafos y animadores digitales conquisten
mercados, mejoren sus ingresos, emprendan con éxito, posicionen su talento y
atraigan los ojos del mundo.
Nuestra visión del emprendimiento
está pensada para el desarrollo del campo, estimulando que los pequeños
productores se integren al desarrollo agro-industrial. Quiero un campo con
inversión dinámica, detonada por incentivos a la generación de empleo
permanente, un campo respaldado por una política de comercio exterior que abra
mercados y donde podamos aplicar instrumentos efectivos a las prácticas
depredadoras de muchos competidores. Un país que confía en sus campesinos, en
sus productores y les permite abrirse al mundo, no solo logra la seguridad alimentaria,
sino que convierte su campo en un motor de transformación social.
Colombianos tenemos que culminar
las obras de infraestructura necesarias para la competitividad, crear las
condiciones para una mayor inversión en conectividad, valorar el sector minero-energético
y facilitar un mejor uso de las regalías para las inversiones sociales,
compensando mejor a las regiones productoras en estricta responsabilidad social
y ambiental.
La Colombia del emprendimiento,
la Colombia del desarrollo empresarial, es la misma que debe mirar con afecto
al sector cooperativo y a todos los micro y pequeños emprendedores que reclaman
facilidades, buen trato y menos presiones por parte del Estado. Basta ya de un
Estado que mira al micro, pequeño y mediano empresario como una fuente de
recursos, hoy el Estado debe ver en ellos un aliado estratégico para la
generación de calidad de vida.
Una sociedad de emprendedores nos
permite ver más allá de lo evidente. Nos permite ser creadores y no simples
consumidores del ingenio de otros. Nos permite pensar en grande, tener
multinacionales nacidas en nuestro territorio. Nos permite aspirar a ser el
epicentro regional de robótica, inteligencia artificial, internet de las cosas,
biotecnología y análisis integrado de datos. Colombia debe entrar en este
camino, para ser un jugador decisivo en la cuarta revolución industrial. Quiero
esa Colombia para nuestros jóvenes y vamos a crear las condiciones para
lograrlo. Es cierto que nos tomará tiempo, pero ha llegado la hora de empezar.