Le han llegado muchas críticas al ministro de
hacienda de Colombia, Alberto Carrasquilla.
Debates en el Congreso.
Columnas, como ésta del economista Jairo
Parada.
¿Qué vendrá?
Vamos a estar atentos.
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
El Efecto Carrasquilla
Por Jairo Parada
El debate realizado por el senador Robledo al
ministro Carrasquilla puso al desnudo las posiciones prevalentes en las élites
de la sociedad colombiana y muchos de sus prominentes escribidores en los
medios nacionales. La coalición de gobierno lo respaldó, como se esperaba,
donde liberales, conservadores, uribistas, de la U y muchos Vargas Lleristas
llegaron a la conclusión que nada malo había hecho con sus bonos de agua.
Fue
evidente que la lógica de justificar un beneficio monetario por las habilidades
de quien explota su inteligencia no tiene ningún problema.
Hace unos días, un
alcalde del Área me preguntó que por qué los economistas no nos enriquecíamos
si sabíamos tanto. Le dije que esa tarea se la dejamos a los comerciantes y
empresarios, pues para ello no es que se necesite muchos conocimientos, y
sí mucha audacia y sentido del riesgo. Los economistas nos preocupamos más de
la racionalidad colectiva de agentes públicos y privados en la sociedad.
El ministro Carrasquilla fue cuestionado
porque utilizó su posición privilegiada para impulsar una reforma
constitucional y luego una ley, que se tradujo en su aprovechamiento personal
de una consultoría que afectó a 117 municipios pobres. Fiel a su ideología
neoliberal, no le vio nada de malo a hacerlo, con un sistema de emisión de
bonos “buitres” que el senador Lara demostró que no era la única salida en ese
tiempo, con una rentabilidad exagerada para sus propietarios e imposibles de
prepagar. Tan brillante economista debía saber qué pasaría en esos
municipios cuando muchos alcaldes encontrarían esa tronera para contratar mal
esos acueductos. Pero ese no era su problema. Asesoró a la compañía
inversionista, la cual operó desde Panamá, extrañamente, con un régimen fiscal
mas laxo y no desde Colombia. Él hizo todo “legalmente”, ¿pero acaso era
ético? Lo que pasa es que para los neoliberales lo ético es maximizar
ganancias, así se destruya la sociedad. Todo dentro de la ley lógicamente. Los
epígonos del gobierno pueden estar felices con su ministro, pero la opinión
pública colombiana ha cuestionado profundamente esta conducta. La
economía no se puede separar de la ética, así como el derecho.
Por ello,
el debate no fue “inane”, como dijo un parlamentario costeño que quiere imitar
muy mal al ex senador Gerlein, sin tener su brillantez mental. El debate reveló
que en aras de ganar dinero, la propensión pecuniaria de nuestra sociedad y sus
dirigentes no se detiene ante nada. El problema entonces no fue solo de
los alcaldes que malgastaron esos recursos. El problema vino de atrás, de
arriba, de un esquema montado para esquilmar a los pobres municipios.
Esa mentalidad de Carrasquilla se propagó al
uso vertiginoso de las vigencias futuras en nuestra ciudad. El bloque político
en el poder de la ciudad hace obras, pero nadie sabe a qué costo ni con qué
margen de ganancias se reparten los contratos. Se vive en una prosperidad al
debe, todos felices por la Barranquilla que ha cambiado, pero sin ver la deuda
de billones que nos espera hasta el 2034. El Alcalde Char festeja, con razón,
que acabara con la concesión leonina de Métodos y Sistemas. Los barranquilleros
se lo agradecemos. Pero ahora tenemos “nuevas concesiones” disfrazadas de
sociedades de economía mixtas que no le rinden cuentas a nadie. Eso sí, son
legales. Todo en orden.