Bueno,
deben regañar a los funcionarios del gobierno. Y de los otros gobiernos, porque
no han tenido la visión de utilizar nuestros recursos hídricos como debe ser.
Mucha teoría y mucha “paja”, pero al final, seguiremos perdiendo dinero y
maltratando a los más débiles.
Los
más pobres son los que más sufren, por la incapacidad profesional de quienes
llegan a los puestos de poder y no dejan huellas transcendentales para una
nación como Colombia.
Buitrago
tiene mucha razón…
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Sequía en el Atlántico, una vergüenza.
Por: Ricardo Buitrago C.
Escogió el presidente Santos
el sitio más vergonzoso para referirse a una posible declaratoria de emergencia
social en el país para afrontar el fenómeno del niño. Lo hizo en el
Departamento del Atlántico una de las zonas, no del país sino del mundo, de mayor
disponibilidad de agua por habitante pero que, no obstante ello, padece una
alarmante sequía que tiene en jaque a la ganadería y al sector agropecuario.
¿O es que se les olvidó al Presidente, al Gobernador, y a la Alcaldesa de Barranquilla, en donde está
ubicado el Departamento del Atlántico? Se los recuerdo: a orillas del Río
Magdalena, con un caudal promedio de 7.200 metros cúbicos de agua por segundo y
como si eso fuera poco tiene el departamento en el sur 450 m3/seg que le
proporciona el Canal del Dique.
No hay razón, salvo la
desidia gubernamental en el ámbito local y nacional, para que un departamento
con apenas 3.319 km² de extensión no aproveche la impresionante riqueza hídrica
de la que está provisto para irrigar adecuadamente y con holgura la totalidad
de su área incluyendo los centros urbanos.
Para magnificar esa cantidad
de agua disponible no hay sino que mirar, de manera retrospectiva, la situación
de hace cuatro años cuando estaba el Atlántico padeciendo por la inundación de
una parte importante de su territorio a causa del rompimiento de un terraplén
de contención del Canal del Dique por el que ingresaron en un corto periodo de
tiempo, de acuerdo a estimativo consignado en el documento de trabajo sobre Economía
Regional “Después de la inundación” del Banco de la República, 2.200 millones
de m3 de agua. Mientras, cita el referido documento, el volumen total de los
lagos y lagunas grandes de Colombia es de 4,279 millones de m3 de agua. ¿Hicieron
cuentas sobre esa asombrosa disponibilidad
de agua?
Esos
subsidios e inversiones
compensatorias sobre las perdidas, anunciados por el gobierno, para el
caso del Departamento del Atlántico, mas que paliativos son una ofensa
que nos recuerda
la desidia, el abandono, y el desinterés en aprovechar de manera técnica
y
controlada la introducción a nuestras tierras de volúmenes de agua que
natura
en diferentes tiempos del reciente pasado nos ha hecho de manera
incontrolada.


No hemos querido entender que
esa agua que por excesos, o defectos, producto del mal manejo tantos problemas
nos ha causado, es para el Departamento del Atlántico la mayor carta de
presentación.
Naciones Unidas, para
identificar regiones con capacidad de desarrollo, considera adecuado un índice
de disponibilidad anual de agua per cápita, mínimo de 2000 m3.
Barranquílla
tiene la bicoca de 192.633m3/año de oferta por habitante y el Atlántico otra
cifra abrumadora. Parangones envidiables ¡en el mundo! Europa ofrece apenas
4.200 y Bogotá, con terca concentración industrial y habitacional, tan solo
160. ¿Seguiremos, perdónenme la expresión, pendejeando?


No podemos seguir en lo
mismo. Con mayor o menor intensidad, y de tiempo en tiempo, por inundaciones o
sequias, la situación se repite y se repite. Como el reloj biológico no se
detiene año tras año llegan los inviernos o los veranos, ahora con apodos de “niño”
o “niña” y por exceso o carencia del agua que cae del cielo tenemos repetitivas
tragedias que pudieran evitarse si, con las naturales y necesarias inversiones,
administramos adecuadamente ese precioso recurso que Dios nos puso al lado. Esa
es la petición que deberíamos hacerle al gobierno Central.
Publicado 1 hour ago por Ricardo Buitrago Consuegra