El FMI está viendo muy bien a Colombia.
A
Colombia y a su economía.
El
Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó sus proyecciones económicas al alza
para el país, mientras que para el mundo empeoraron. Según el organismo, la economía
colombiana cerrará con un crecimiento de 6,3% al cierre de este, mientras que
durante 2023 repuntaría 3,5%.
A nivel
global, las proyecciones destacan un crecimiento de 3,2% del PIB en 2022 y de
2,9% en 2023.
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Fondo Monetario elevó proyección de PIB para Colombia a 6,3%
Se trata de una escalada de 0,5
puntos porcentuales, desde el 5,8% proyectado anteriormente.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó sus proyecciones económicas al alza para Colombia, mientras que para el mundo empeoraron. Según el organismo, la economía colombiana cerrará con un crecimiento de 6,3% al cierre de este, mientras que durante 2023 repuntaría 3,5%. A nivel global, las proyecciones destacan un crecimiento de 3,2% del PIB en 2022 y de 2,9% en 2023.
Frente a América Latina y el Caribe, la entidad considera que se va a registrar una dinámica mayor a la prevista, alcanzo una expansión de 3% este año y 2% el próximo, esto pese a que concluyó 2021 con un crecimiento de 6,9%. Dicho comportamiento estaría explicado por la buena dinámica de los países más desarrollados de la región.
Mientras que las condiciones
financieras mundiales se endurecen y los precios de las materias primas están
revirtiendo su tendencia alcista, la reapertura del turismo y las condiciones
financieras externas aún favorables respaldaron una sólida expansión en la
primera mitad del año, lo que permitió que los servicios alcanzaran los niveles
prepandemia.
El crecimiento interanual alcanzó 2,8% en el primer trimestre, en comparación con un promedio de 1,7% en los años anteriores a la pandemia, por lo que los indicadores de alta frecuencia apuntan a un impulso continuo en el segundo trimestre.
Sin embargo, según el organismo, la región enfrenta desafíos significativos, que incluyen condiciones financieras globales más estrictas, menor crecimiento global, inflación persistente y crecientes tensiones sociales en medio de una creciente inseguridad alimentaria y energética. Estos factores contribuyen a una rebaja del crecimiento a 2,0% en 2023, 0,5 puntos porcentuales menos que lo previsto en abril.
A nivel global se espera que la serie de aumentos de las tasas de interés que los bancos centrales han desencadenado para contener la inflación permanezcan en 2023, y se estima que el crecimiento de la producción mundial se desacelere a 2,9%, señaló el fondo.
Si bien el prestamista de crisis
todavía pronostica un crecimiento positivo, eso hará poco para sofocar la
creciente preocupación de una expansión en retroceso o incluso una recesión
total en las principales economías, ya que los aumentos acelerados de precios
reducen los ingresos, los ahorros y las ganancias.
Según Alejandro Reyes, economista
jefe de Bbva Research, este año, las economías están dinamizadas por los
efectos de rebote después de la pandemia. “La apertura ha sido gradual y
todavía hay sectores que se están normalizando. Colombia es una de las economías
que mejor se ha comportado, seguida por Chile y Brasil un poco menos”, agregó.
“La perspectiva se ha oscurecido significativamente desde abril. El mundo pronto podría estar al borde de una recesión mundial, solo dos años después de la última”, dijo Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe del FMI, en un blog que acompaña a la publicación de la actualización.
Los precios al consumidor han subido consistentemente más rápido de lo esperado, y el fondo ve que la inflación se acelera aún más este año debido a que los costos más altos de los alimentos y la energía se combinan con los persistentes desequilibrios entre la oferta y la demanda. Ahora proyecta que el indicador global de precios al consumidor aumente 8,3% este año, lo que sería el mayor salto desde 1996.
Los riesgos que el fondo describió
en la edición de abril de World Economic Outlook se están materializando, dijo
el fondo. Dichos peligros incluyen un empeoramiento de la guerra en Ucrania,
una escalada de las sanciones a Rusia, una desaceleración más aguda de lo
previsto en China, nuevos brotes de covid-19 y una ola de inflación que está
obligando a los bancos centrales a subir las tasas de interés.
Los riesgos para la perspectiva revisada están abrumadoramente inclinados a la baja, dijo. Entre la plétora de preocupaciones está la posibilidad de una parada repentina de las importaciones europeas de gas desde Rusia debido a la guerra, una inflación más persistente y una mayor escalada de una crisis inmobiliaria en China.
“Cuando se habla de recesión y sus efectos, sigue siendo muy difícil determinar en qué momento va a llegar, especialmente porque son muchos los factores que van a jugar como el empleo, la productividad y la demanda de productos de la región”, agregó Reyes.