Hace unas cuantas semanas, uno de los
arrogantes funcionarios del gobierno argentino le decía a miembros del Fondo
Monetario Internacional, “no necesitamos de la entidad para salir adelante.
La segunda semana de junio, el FMI y el
presidente argentino firmaron un crédito para apoyar a Argentina.
Es más, de los US$50.000 millones, el Fondo
señaló que el país podría usar de una, US$15.000 millones…
Es que la situación de los ciudadanos de esa
nación están en problemas. Se informa que están intercambiando arroz, harina y
azúcar entre ellos mismos en lo que han denominado los “clubes de trueque”.
El trabajo escasea, la crisis se ahondó, la
tristeza llegó a los hogares argentinos y aunque haya arrogancia, también hay desolación.
¿Por qué permiten que se presenten esas
situaciones?
Argentina, es rica, pero ha estado en peores
condiciones en otras oportunidades…
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Reuters
Como en un mercado medieval, los miembros de
la feria improvisada junto a las vías en San Miguel, en los suburbios de Buenos
Aires, buscan a los gritos a otros socios para canjear comida por ropa y otros
bienes básicos.
Arroz, harina y azúcar son algunos de los
productos que cada vez más argentinos intercambian en los “clubes de trueque”
-en los que no se requiere dinero para las transacciones-, empujados por una
pobreza que, según expertos, podría crecer varios puntos este año por una alta
inflación y una economía estancada.
La tendencia de los clubes de intercambio,
que habían vivido un auge durante la grave crisis económica de 2002 para luego
decaer, ha resurgido en los últimos meses en los alrededores de la capital
argentina, donde se encuentran algunos de los núcleos de pobreza más
importantes del país.
Su crecimiento es tal que en los clubes
actualmente se intercambian desde muebles y disfraces hasta servicios de
peluquería, depilación y de cuidado de personas.
“Vine para ayudar primero a mi marido porque
(…) se quedó sin trabajo. Hacía alfajores o, si tenía ropa de los chicos que no
usaban, la traía y la cambiaba. Eso me ayudó a poder llevar la leche para los
chicos, el azúcar, lo que es más necesario”, dijo el ama de casa Cecilia Gómez
en el mercado de San Miguel.
Tras registrar una mejoría en 2017, la
economía argentina cerraría el 2018 con un crecimiento mínimo y una inflación
cercana al 30%, en medio de una crisis financiera y una devaluación de la
moneda local del 33% en lo que va del año.
Los principales productos de exportación de
Argentina son alimentos como maíz, soja, trigo y carne, y la caída del peso
frente al dólar suele disparar los precios de los productos que más necesitan
los pobres.
“Hay veces que no damos abasto. Hay muchas
caras nuevas. Ellas no tienen trabajo o el marido se quedó sin trabajo, o
trabajan quizá los dos y no llegan con el sueldo”, explicó Jesica Galera,
creadora del grupo de Facebook Cambio x Mercadería, que tiene casi 30.000
miembros que canjean online los productos que luego entregan personalmente en
San Miguel.
El club comenzó a funcionar en abril de 2016
y actualmente recibe entre 50 y 60 nuevos miembros por día, en el contexto de
una caída del consumo en supermercados del 2,1% en el cuarto mes de este año y
de un alza del desempleo al 9,1% de la población en el primer trimestre del
año, frente al 7,2% del período previo.
Ninguna de las mediciones tiene en cuenta las
turbulencias financieras de mayo, que llevaron al Gobierno a pedir ayuda al Fondo
Monetario Internacional. Gran parte de la devaluación se traducirá en más
inflación en los próximos meses.
La Red Global de Trueque, que reúne a los
primeros pero no a muchos de los nuevos clubes del país, congrega a cerca de
200 grupos y la cifra está creciendo este año. “Esperamos que más gente se
acerque por los índices de pobreza”, señaló Rubén Ravera, uno de los fundadores
del organismo en 1995.
Como consecuencia de la caída de la demanda,
fábricas y sindicatos textiles y del calzado advirtieron recientemente que
miles de puestos de trabajo de la industria se ven amenazados.
“Hay 20% de trabajadores de Argentina que
viven de ocupaciones informales; son asalariados a veces, vendedores
ambulantes, prestan servicios personales. Cuando hay una crisis (…) estos
sectores empiezan a sufrir”, dijo Agustín Salvia, investigador de la
Universidad Católica Argentina (UCA).
“El trueque es un mecanismo de compensación
de esa falta de trabajo y de oportunidades que brinda el mercado informal en
contextos recesivos”, añadió.

Aumento de pobreza
El presidente liberal Mauricio Macri llegó a
la presidencia a fin de 2015 con la promesa de acabar con la pobreza, luego de
12 años de gobiernos de centroizquierda que no lograron reducirla
significativamente.
En el segundo semestre del 2017, la pobreza
había caído al 25,7% de la población -según datos oficiales-, pero se
espera un incremento para las próximas mediciones.
“Los salarios van a estar por debajo de la
inflación. Es un sendero que nos lleva a un aumento seguro de la pobreza. De
hecho, está ocurriendo eso ahora. Es de esperar que al menos haya 2 o 3 puntos
de aumento de la pobreza. Y que sea pueda agravar en un contexto más recesivo”,
dijo Salvia.
Según la medición de la UCA, la pobreza
alcanzaría a más de 30% de los argentinos este año.

Un portavoz del Ministerio de Desarrollo
Social dijo que el Gobierno no tiene “mucho para decir al respecto”.
En respuesta a la retracción del mercado
doméstico, los clubes de trueque mantienen su crecimiento.
“No hay dinero que alcance. Antes teníamos
100 solicitudes (para asociarse) por día, ahora hay muchas más”, afirmó Silvia
Aranda, administradora de un club de trueque con más de 46.000 miembros en la
localidad de Merlo.
La situación puede volverse incómoda para
Macri, que hasta hace unos meses parecía tener asegurada su reelección el año
próximo.
Según una encuesta de la
consultora Rouvier y Asociados, la imagen positiva de Macri cayó al 37,4%
en junio desde el 52,8% de fines del año pasado.