miércoles, 25 de marzo de 2020

PROMIGAS Y SUS EMPRESAS DISPONDRÁN UN APOYO POR $22 MIL MILLONES PARA COMBATIR LOS EFECTOS DEL COVID-19


Excelente noticia.

El sector empresarial, ¡presente!

Situaciones como estas, la comunidad requiere el apoyo de quienes han aprendido a hacer negocios. Y Promigas es una de las empresas más representativas de la región Caribe y de Colombia.

Este ejemplo de la compañía valdría la pena que fuera replicado.

El ejemplo está ahí…

Otro aplauso para Promigas, su presidente y su equipo de colaboradores.

RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
PROMIGAS Y SUS EMPRESAS DISPONDRÁN UN APOYO POR $22 MIL MILLONES PARA COMBATIR LOS EFECTOS DEL COVID-19

  • Los recursos se destinarán al sector salud para combatir los efectos del COVID-19 y a la ayuda humanitaria de la población más vulnerable.

Barranquilla, 25 de marzo de 2020. Promigas como empresa líder de la Región Caribe y del sector gas, invita al empresariado a unir esfuerzos para enfrentar de manera conjunta la emergencia sanitaria que nos agobia y los efectos de ésta sobre las poblaciones más vulnerables.

En la Asamblea celebrada el día de ayer, los accionistas, donde el mayoritario es Corficolombiana filial del Grupo Aval, aprobaron que Promigas y sus empresas vinculadas, a través de la Fundación Promigas, redireccionen y aporten recursos por un valor de $22 mil millones de pesos, para enfrentar la batalla contra la pandemia del COVID-19 en la Región Caribe, Valle del Cauca y Cauca, y los departamentos de Antioquia y Santander; así como en los territorios donde operan sus empresas en el Perú.

“Nuestra prioridad es el cuidado, salud y bienestar de nuestros colaboradores y de la comunidad en general. Por ello hemos decidido unir esfuerzos aportando recursos para apoyar la atención en salud y los efectos económicos y sociales en la Región Caribe y los territorios de influencia de nuestras operaciones. Para la sociedad en general es un desafío la emergencia por la que estamos atravesando y no somos ajenos a ella”, aseguró Eric Flesch, presidente de Promigas

Las empresas de Promigas que se unen a este esfuerzo son: Transmetano, Promioriente, Surtigas, Gases de Occidente, Compañía Energética de Occidente, Quavii y Gases del Norte del Perú. 

#PromigasNOPARAporColombia

PAOLA SALAZAR
GERENTE DE COMUNICACIONES CORPORATIVAS

PROMIGAS
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CELULAR +57 313 538 0398

En la lucha contra el coronavirus, la economía del comportamiento puede ser un arma poderosa


Insisto en que la ignorancia es atrevida.

Desconocemos tantas cosas, que nos atrevemos a decir estupideces en contra de nosotros mismos y nuestras familias.

Este artículo del BID, nos enseña que debemos ser cautos en medio de la crisis.
Pone varios ejemplos y espero que nos puedan servir para actuar responsablemente.

Los colegas de Caracol, registraron una información donde el alcalde de Chia, Cundinamarca, Colombia, Luis Carlos Segura, le dice a su pueblo: “Tenemos que ser conscientes”.

Es que los ciudadanos no quieren acatar el aislamiento preventivo que pidió el gobierno. “Tenemos que ser conscientes. El día que tengamos 3.000 muertos encima y que no podamos ni ir a velarlos ¿qué vamos a decir?...

Crisis, pero nosotros la agrandamos.

Y todo, por la miserable ignorancia…

RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1 
En la lucha contra el coronavirus, la economía del comportamiento puede ser un arma poderosa

Marzo 25, 2020 por Carlos Scartascini 

Con miles de muertes en todo el mundo, el coronavirus ha sembrado el pánico en casi todos los países y territorios donde ha golpeado. La gente le teme no solo a la infección y a la muerte, sino a las alteraciones de su vida cotidiana, sus rituales y sus tradiciones. Todo, desde generar un ingreso hasta tener una vida familiar normal o incluso proveer comida para la familia, se ha vuelto más difícil.

Y en algunos casos, la incertidumbre y los miedos pueden llevar al pánico.

Podemos verlo en los supermercados donde la gente compra grandes cantidades de papel higiénico, conservas y otros suministros básicos porque ven a las personas a su alrededor acaparando de igual forma. Podemos verlo en la premura por comprar máscaras, a pesar de que hay mejores maneras de protegernos y de que esas máscaras son muy necesarias para los trabajadores de la salud.

Nuestro problema para evaluar el riesgo

El problema es que, como lo demuestran las publicaciones que utilizan la economía del comportamiento, somos muy malos evaluando riesgos. En estos momentos de incertidumbre, necesitamos que nuestros gobiernos nos ofrezcan una mano firme, que nos ayuden con información precisa que limite el peligro tanto para nosotros mismos como para la sociedad, sin provocar el tipo de ansiedad que causa daño social y personal innecesario. Necesitamos implementar, tanto a nivel gubernamental como personal, algunas de las técnicas de la economía del comportamiento para que podamos comportarnos de manera más racional.

Este es un desafío enorme, en gran medida debido a nuestros prejuicios innatos. Tomemos, por ejemplo, el problema de lo que los economistas del comportamiento llaman “heurística de disponibilidad”, por la cual sobrestimamos la probabilidad de eventos que llaman más nuestra atención. Esto ocurre, por ejemplo, cuando las personas reaccionan con horror ante las noticias de un reciente ataque de tiburón a kilómetros de distancia, pero no se les ocurre pensar sobre los riesgos mucho mayores de conducir un automóvil, incluso hasta el punto de hacerlo en estado de embriaguez o sin cinturón de seguridad. 

O el problema del “descuento hiperbólico”, por el cual la gente prefiere una recompensa más pequeña ahora que una más grande después, lo que nos dificulta dejar pasar la oportunidad de divertirnos en un bar o restaurante ahora en aras de evitar el coronavirus en el futuro.

Considerando el impacto en los demás en la lucha contra el coronavirus

Aún peor es nuestra capacidad de tener en cuenta las repercusiones, o externalidades, sobre los demás. Por ejemplo, las personas del movimiento antivacunación, no consideran que al negarse a asumir el riesgo insignificante de ser vacunadas, también están poniendo en riesgo a otras personas.

Las personas que acaparan las máscaras no piensan en cómo esto podría perjudicar al sistema de salud y poner en riesgo a quienes están en primera línea en la lucha contra el coronavirus.

En el Grupo de economía del comportamiento del BID analizamos estos tipos de sesgos y proporcionamos soluciones a los gobiernos. En esta época de pandemia, creemos que la principal prioridad del gobierno es proporcionar información útil y clara, que permita lograr un equilibrio adecuado entre la conciencia y el pánico. Esto implica hacer que la población comprenda que la amenaza del coronavirus es inminente, virulenta e inexorable, aunque sin exagerar los riesgos. Significa ser proactivos al brindar mensajes claros que no inciten a las personas a saturar los hospitales y los sistemas de salud, a resignarse a la infección, o a dejar de tomarse en serio una epidemia la próxima vez que ataque.

Diseñar mensajes contundentes y con objetivos precisos es crucial para que las personas se protejan a sí mismas, protegiendo a su vez a quienes las rodean, asegurando que limiten el contacto directo con los demás (distanciamiento social) y reducir así la tasa de contagio. La radio y la televisión pueden transmitir eficazmente estos mensajes a las personas mayores o a aquellas con menos educación. Las redes sociales funcionan mejor para llegar a los jóvenes. Videos, infografías e incluso canciones son todas formas de llegar a diversos grupos.

Usar las lecciones de la economía del comportamiento para reducir los comportamientos peligrosos

También debería llevarse a cabo un esfuerzo por parte de las autoridades para fomentar el uso de las lecciones de la economía del comportamiento a fin de ayudar a las personas a hacer frente a los desafíos y al estrés del momento actual. Por ejemplo, ciertas técnicas como usar gafas de sol o enseñarnos a mantener una mano en el bolsillo al hablar por teléfono, pueden reducir nuestra costumbre de tocarnos la cara, y ser esenciales para reducir el contagio.

Cosas como instalar dispensadores de jabón de bajo costo en los hogares, mezclar juguetes con el jabón para los niños y promocionar campañas de higiene adecuadas pueden hacer que la gente se lave las manos más a menudo. 

Se nos puede alentar a practicar el distanciamiento social y a evitar el contacto social a través de campañas, con el apoyo de las redes sociales y relaciones y acuerdos entre amigos y familiares para supervisarse mutuamente. Después de todo, el poder de las redes y el peso de la información que obtenemos de nuestros pares es muy enorme.

Cualquiera que sea el enfoque en un momento y lugar determinados, la clave está en asegurar que las campañas se mantengan y se adapten a las circunstancias cambiantes. Eso significa que no hay que relajar los esfuerzos de comunicación y hay que ir modificándolos a medida que se filtran las buenas y las malas noticias sobre la enfermedad y las percepciones de la gente sobre los cambios de riesgo. De la misma manera que los anunciantes privados adaptan sus anuncios a las nuevas tendencias de moda y los políticos reforman sus anuncios políticos para adaptarlos al clima político; las autoridades y sus socios privados en la lucha contra las enfermedades deben estar siempre dispuestos a estar atentos a las creencias y percepciones y a modificar en consecuencia la información, el mensaje y la forma de comunicación.

Será una lucha larga. Pero por ahora, las mejores soluciones son las elementales de practicar el distanciamiento social, lavarse las manos repetidamente y evitar tocarse la cara. En esta larga y crucial batalla, los mejores remedios son los mensajes efectivos – y flexibles – junto con la vigilancia continua para ver lo que funciona y lo que no funciona.



Príncipe Carlos da positivo por coronavirus. Por Notimex

El coronavirus entra a los palacios reales.

Saludó al príncipe Carlos…

RADAR,luisemilioradaconrado

@radareconomico1
Príncipe Carlos da positivo por coronavirus | La Crónica de Hoy
Príncipe Carlos da positivo por coronavirus
Por Notimex

Hasta el momento se desconoce cómo fue que el príncipe Carlos contrajo el virus COVID-19, debido a la gran cantidad de compromisos que realizó en su función pública durante las últimas semanas.
  
El príncipe Carlos, de 71 años de edad, ha dado positivo por coronavirus (COVID-19), pero presenta síntomas leves y se mantiene con buena salud, confirmó este miércoles un portavoz de la Casa de Clarence.
En tanto, la prueba realizada a Camila, duquesa de Cornwall, de 72 años de edad, dio negativo, destacó la cadena británica BBC.