Se le voló la piedra y se equivocó.
Ella misma lo reconoce
RADAR:
-¿QUÉ responsabilidad tiene el presidente?
-¿Qué medidas debe tomar?
-¿Quién o quienes respaldaron a Hassan Nassar?
-¿Eso lo hizo el hombre solo?
-¿Qué harían los funcionarios colombianos si eso les
parece algo similar?
-Periodistas, ¿qué harían si les pasara algo parecido?
-¿Y el director y los directivos de Semana?
Son tantos interrogantes, que mejor lo dejo hasta ahí.
¿Qué haría yo?
¿Qué piensa de lo que escribió Ángela Patricia Janiot?
¿Qué pensarán las directivas del medio dónde escribe y
labora Ángela Patricia?
Vamos a presentar las dos versiones: Primero Ángela
Patricia Janiot, quien “regaña” a Vicky.
Y dos: La versión de Vicky Dávila…
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
VICKY DÁVILA | 2020/02/15 05:10
Me equivoqué
Por Vicky Dávila
Respuesta de Vicky:
RADAR
Quiero excusarme, incluso con Hassan Nassar, por haberme
salido de casillas esta semana, en medio de una entrevista.
Nunca debí perder el control, pero me dolieron mis hijos
y mi esposo, me dolió el honor que he cuidado durante 46 años de mi vida.
Creo que caí en una trampa que
premeditadamente me tendió el provocador consejero de comunicaciones del
gobierno. Yo tuve una reacción humana, inaceptable en mi papel de periodista.
Él decidió atacarme de manera muy baja con información privilegiada que
misteriosa y convenientemente le llegó a sus manos, en lugar de responder las
preguntas que le hice sobre la utilización del avión presidencial.
Hassan iba con un objetivo: atacarme con algo personal
para descalificar mis cuestionamientos.
Él me engañó, él no iba a cumplir su papel
de vocero, él iba listo a masacrarme. Hoy pienso que a Julio
Sánchez Cristo, o a Néstor Morales no les habría hecho lo mismo, solo por poner
cualquier ejemplo. A no ser que la nueva estrategia del Gobierno Duque sea
callar al periodista que se atreva a criticarlos con chantajes derivados de
asuntos personales, logrados con inteligencia muy rápida y verificaciones,
antes de cada entrevista. A cuántos les tendrán guardados de verdad. Grave y
peligroso.
Llamé a Hassan de buena fe para que el programa del
martes a las doce no saliera sin la versión de palacio. Me dijo que hablaría 24
horas después en la radio. Le expresé que esperar tanto no era buena idea. Se
negó. Pero luego, cuando armó el plan, me escribió que me daría “la
primicia”. Eso sí, me pidió que como vocero del Gobierno Duque no lo
pusiera a debatir con nadie. Ante un tema tan sensible, acepté. Ya al aire, lo
saludé amable, le permití hablar sin interrupciones más de seis minutos, pero
cuando le hice la primera pregunta, sacó su primer as bajo la manga, me habló
de la protección que les presta a mis hijos la UNP, por desgracia amenazados
como consecuencia del trabajo de su mamá. Gracias a Hassan ya todo el país lo
sabe, incluso los delincuentes. Yo contesté de manera transparente y seguí la
entrevista. Le insistí en por qué los invitados de la familia presidencial no
se fueron en un vuelo comercial y pagaron sus tiquetes. Nassar me sacó lo que
para él era mi más ‘grande pecado’: haber viajado en el avión presidencial en
el Gobierno Santos en una misión oficial por la canonización de la Madre Laura.
Todos los invitados iban con sus esposos y esposas, por protocolo. Yo además
fui a trasmitir el momento para La FM. No me fui a escondidas, no le pedí al
presidente que me invitara y mis jefes estuvieron enterados. Hubo más
periodistas en la ceremonia y varios de los más importantes empresarios de
Colombia. A nadie le queda duda de mi posición crítica frente a Juan Manuel
Santos. Yo no valgo un viaje en el avión presidencial. Pero Hassan me señaló.
Su mensaje era, cállese que usted no puede preguntar ni cuestionar al
presidente Duque porque usted ha viajado en el avión de los presidentes.
De ser así, la gran mayoría de directores de medios
estarían impedidos. Muchos, si no todos, han hecho este tipo de viajes. Pero él
esa lista no la sacó. Él quería ponerme a mí en entredicho. De los demás seguro
sintió miedo. Ojalá publique no solo ese viaje si no todos los de los últimos
20 o 30 años.
15 minutos después de estar al aire, Hassan me habló de
hipocresía y doble moral. Estallé y pasó lo que ustedes saben. Al final nunca
contestó lo que debió contestar como vocero del Gobierno. Cargo para el cual lo
considero no apto, al margen de la rabieta.
Este episodio, que repito, no debería haber ocurrido, ha
movido las fibras. Lo comprendo. Incluso, algunos colegas han pedido mi cabeza
o han calificado el hecho como la “muerte” del periodismo. ¿En serio?, ¿un
enojo que no justifico es lo peor que le ha pasado al periodismo de
Colombia?
Grave que algunos periodistas hayan decidido ser fichas a
sueldo de los carteles de la droga, los paras, las Farc o el ELN.
¿No será que todos los que comieron en la coca de los
millonarios contratos del Gobierno Santos para hablar en favor de la paz
fueron peores? Ni qué decir de todos los habilidosos
periodistas-negociantes que no han dejado de beneficiarse de todos y cada uno
de los gobiernos durante décadas y están ricos.
¿Lo que hice fue tan catastrófico como para que el
maestro Juan Gossaín, a quien admiro y quiero, sienta vergüenza de ser periodista?
Él durante décadas ha visto lo peor de muchos colegas. Estoy segura de que en
sus recuerdos tiene casos ejemplarizantes que de verdad nos sonrojan.
Jamás hago ni siquiera un retuit a las críticas que les
hacen a otros periodistas. No me sumo al linchamiento, ni pertenezco a la
sociedad del mutuo elogio.
Que este y el otro salen en los papeles de Panamá, que
alguno tiene a toda su familia colocada en cargos públicos, que aquel la
embarró al aire. No, no me aprovecho, porque detesto el canibalismo. Pero
siempre me quedo callada cuando me caen. Me sorprende por ejemplo la pila
Camila Zuluaga, quien llegó al espacio de Blu, al mediodía, a replicar el
modelo que yo implementé en La W y ahora está adolorida y sufriendo por el
periodismo que yo hago. Sería bueno que ella invierta esa energía en crear algo
propio y que conecte con la gente. Le iría mejor.
Por Néstor Morales, que es muy buen periodista, solo
siento angustia, debe ser muy difícil y agobiante ser el cuñado del presidente
y tener que defenderlo obligatoriamente todos los días.
Del Círculo de Periodistas de Bogotá acepto el llamado de
atención, pero respetuosamente los invito a que sean más activos y agudos
frente a los verdaderos problemas del gremio.
No he recibido emisoras de los gobiernos, como algunos
que disfrutan de jugosas rentas por tenerlas alquiladas. Ni ningún otro
beneficio económico. No utilizo mis relaciones con las fuentes como lo hacen
algunos del circulito bogotano para obtener beneficios y prebendas. Siempre he
vivido de mi sueldo. Hoy incluso tengo dos hermanos desempleados porque soy
incapaz de llamar al presidente o a sus ministros para que los empleen.
Lo que hice no lo vuelvo a hacer. Pero el país que me
conoce sabe que tengo carácter y que soy transparente. Aquí el periodismo está
más vivo que nunca y lleno de periodistas valientes y admirables. Los
colombianos esperan que todos los que desempeñamos este oficio estemos a la
altura y no hagamos trampa para sobresalir subiéndonos en el cadáver de los
otros colegas. Hay algunos que mueren por verme fuera de combate. Conozco sus intrigas.
No sé si el presidente Iván Duque autorizó a Hassan
Nassar a hacer lo que hizo. Me gustaría saberlo. ¿Estará la inteligencia del
Estado dispuesta a volverse la mano derecha del Gobierno y del provocador
Hassan que quiere ganar los debates nacionales atacando a los periodistas y no
respondiendo como debe ser, que es por lo que le pagamos como vocero? En todo
caso la polémica del avión murió como querían en el Gobierno. Yo quedé
avisada, como debería estar toda la prensa colombiana. Pero
con humildad acepto que me equivoqué, perdón.
Gracias a los que me han entendido y
apoyado.
RADAR:
Vicky Dávila: En 1994 la vallecaucana se trasladó a Bogotá para
trabajar en el Noticiero TV Hoy. Después pasaría a QAP
Noticias, donde realizaba informes de orden público y más adelante se
convertiría en corresponsal en Washington.
En 1998 se
vincula a RCN Televisión, presentando RCN al día y
en julio del mismo año, una vez convertido en canal privado, pasaría a formar
parte de Noticias RCN donde presenta el noticiero.
Contrajo matrimonio en 2000 con su colega de trabajo Juan Carlos Ruiz, con
quien tuvo a su hijo Simón. Meses después del nacimiento del niño, su esposo
falleció en una clínica por una complicación post-operatoria.
Dávila también trabajó en Radiosucesos RCN de RCN Radio y
desde 2007 hasta 2016 dirigió y
condujo el noticiero de la mañana en la emisora La FM.5
A comienzos de 2008 la Sociedad Interamericana de Prensa tuvo
conocimiento de amenazas de las FARC contra
periodistas de RCN Radio y Televisión,6
entre ellos Vicky Dávila. En ese mismo año contrajo segundas nupcias con José
Amiro Gnecco Martínez, hijo del exgobernador del Cesar, Lucas Gnecco Cerchar, con quien tuvo a su
segundo hijo Salomón. El 29 de octubre de 2013 le fue
entregado un Premio Simón Bolívar, a mejor entrevista en
radio.
El 31 de octubre de 2014, Julio Sánchez Cristo de W Radio Colombia reveló que Dávila
finalmente llegó a un acuerdo con el Canal
RCN para dar un paso al costado como presentadora de la sección La
Cosa Política en Noticias
RCN.7
Para agosto de 2015 se retira de Noticias
RCN para dedicarse únicamente a dirigir La F.M.