Qué bueno que el embajador de Colombia en
Washington este preocupado por sus compatriotas.
Esperemos que puedan ayudar.
El embajador en Washington, Luis Gilberto Murillo,
explicó el nuevo relacionamiento que se busca con ese país.
®luisemilioradaconrado
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“Nos preocupan los colombianos en EE.UU.”:
embajador en Washington, Luis Gilberto Murillo
La relación entre Colombia y Estados Unidos
sigue siendo una prioridad para el presidente Gustavo Petro, pese a que en su
carrera política ha sido un duro crítico de varias de las políticas de ese
país. En especial las que ha implementado en territorio colombiano.
Pero, así mismo, es consciente de que sin
el respaldo explícito de Washington sus cuatro años de mandato pueden ser muy
tortuosos.
En ese contexto, el embajador ante la Casa
Blanca, Luis Gilberto Murillo, explicó la nueva ruta del Gobierno en ese
diálogo diplomático.
Se plantean cambios profundos.
¿Cuáles son sus objetivos en la relación
con Estados Unidos?
“Hay una relación muy profunda, compleja
con muchos temas y hay ya un nivel y un ritmo de trabajo muy importante. Los
últimos 20 años se ha dado un proceso de acercamiento entre Colombia y Estados
Unidos, compartimos valores, pero también muchos objetivos: la seguridad, la
prosperidad, la paz. Hay una relación de los pueblos muy estrecha. En ese
contexto, y en este nuevo momento del país, el presidente Petro me ha dado
instrucciones, conjuntamente con el señor canciller, Álvaro Leyva, de focalizar
la relación con los Estados Unidos en tres líneas principales. La primera debe
ser la respuesta a la crisis climática, la conservación de la biodiversidad y
los ecosistemas estratégicos que están asociados a eso. Además, en todo lo
relacionado con transición energética y socioecológica, hay varios frentes. Se
debe avanzar en la generación de energía de fuentes renovables no
convencionales”.

El Presidente pidió 1.000
millones de dólares para cuidar la Amazonía. ¿Estados Unidos les da vía libre?
“En lo que tiene que ver con poder generar
una especie de canje de deuda por acción climática, el presidente ha planteado
la creación de un fondo multilateral que lleve a que se pueda financiar a las
comunidades y compensarlas por servicios ambientales, por restauración de
ecosistemas estratégicos y por protección de la biodiversidad, sobre todo con
énfasis en la Amazonia y en el Chocó. Pero la segunda dimensión de prioridades
tiene que ver con la paz y con la implementación del acuerdo de paz que se
firmó con las antiguas Farc. Hay que recuperar el tiempo perdido y, en eso, una
señal importante es el padrinazgo de Estados Unidos del capítulo étnico y todo
el apoyo que ha brindado y seguirá dando a los municipios PDET”.
¿Apoyan la reanudación del
diálogo con el ELN y el acogimiento de narcobandas?
“Pues el segundo objetivo en las relaciones
bilaterales tiene que ver con las negociaciones de paz con el ELN que acaban de
reanudarse, pero hay un tercer asunto que hay que trabajarlo más y es el que
está asociado al acogimiento de bandas y redes criminales. De ahí se desprenden
unas modificaciones o ajustes que se tendrían que hacer a la política de
cooperación judicial, militar, policial y de inteligencia”.

Habló de tres líneas
prioritarias, ¿cuál es la tercera?
“Son los temas de migración e inclusión en
un solo bloque. El presidente ha planteado una política migratoria que
garantice los derechos de la población venezolana, pero también a otras
poblaciones que están llegando al país, la lista es mucho más larga y eso ha
impactado muchas regiones. Hay que responder no solo con la perspectiva
humanitaria, sino de derechos. Esa política se va a expandir”.
Ahí hubo un traspié. Washington
aún no acepta que haya en su territorio un estatuto para colombianos...
“Es importante decir que hemos llevado la
relación a un buen momento, pocas veces antes se había tenido tanta interacción
al más alto nivel entre Colombia y Estados Unidos. Después de un trabajo de
ambientación, la primera visita que se hizo fue cuando el presidente era
electo, cosa que no hace Estados Unidos normalmente. Y vinieron visitas de más
alto nivel; por ejemplo, el asesor de Kamala Harris para asuntos de seguridad.
Han sido varías ya. Y finalmente la del secretario Antony Blinken, que cierra
un capítulo y abre uno nuevo de más detalles. En todas estas reuniones hemos
planeado que se requiere un alivio para la población colombiana en los Estados
Unidos, y no como algo de reciprocidad por lo que se está haciendo por los
venezolanos, sino por un tema de derechos. Nos preocupa la situación de los
colombianos en Estados Unidos”.

Pero la Casa Blanca parece que
a eso no le jala...
“En eso hay varios caminos, uno es el del
estatuto de protección temporal, que tiene una ruta compleja en los Estados
Unidos. Pero hay uno más sencillo, que es el de la salida forzosa diferida, que
permite que la persona se quede en Estados Unidos mientras se normaliza su
situación. Después puede decidir si regresar a su país o si encuentra la ruta
para integrarse a esa sociedad. El secretario Blinken no cerró las puertas, ya
tenemos el mensaje de la Casa Blanca para recibir la propuesta de Colombia y
empezar a discutirla. Ese es el argumento que llevamos a Estados Unidos y vamos
a seguir insistiendo en la defensa de nuestra población”.
¿El cambio en el sistema de
extradiciones tiene aceptación en Washington?
“El presidente ha planteado un mecanismo de
extradición diferenciada. El actual ha funcionado bien y el presidente Petro ha
venido aplicando la cooperación judicial. Lo que estamos haciendo es una
propuesta que, cuando se discuta más con Estados Unidos y haya acuerdos, se
empezará a implementar. Pero él ya ha venido extraditando a mucha gente y tomó
algunas decisiones difíciles desde lo político. Lo que dijo el secretario
Blinken es que seguirán en el marco de la cooperación que tenemos de
extradición”.
¿Qué es lo que quiere cambiar
Colombia frente a la política antidrogas?
“En Colombia, desde hace rato, hay críticas
a la manera en la que se ha aplicado la mal llamada lucha contra las drogas,
porque ha sido inefectiva. El país es el que más ha aportado en esto, el
sacrificio colombiano ha sido enorme. Los países de alta demanda también
deberían reunirse y definir su estrategia. En el contexto colombiano, y en lo
que tiene que ver con la oferta, debemos tener un abordaje más holístico. Una
es más de diálogo, de descriminalizar, tiene que ser con la modificación de
algunos convenios y que dé más posibilidad a los países de innovar para
combatir ese fenómeno”.

Pero, embajador, ¿qué es lo que
quieren cambiar?
“Hay que hacer modificaciones en algunos
aspectos como la erradicación, hay que atacar los eslabones fuertes de la
cadena y no los más débiles, como siempre ha sido con los campesinos, los
afrodescendientes. Hay que sustituir ingresos. Se requiere más interdicción,
sobre todo dentro del territorio nacional, y poner la inteligencia orientada al
tema de esa interdicción. También está todo lo de lavado de activos. Ojo, esto
es un proceso en discusión, hay propuestas, se está discutiendo dentro del
Gobierno, pero también lo estamos dialogando y conversando con Estados Unidos.
Hemos avanzado en el acuerdo político, ahora vamos a lo técnico y de expertos”.
En el Congreso, hace poco,
usted dijo: “Colombia metió a Cuba en esto, en semejante lío en el que está por
una solicitud de nuestro país”. Lo hizo por el ingreso de la isla a la lista de
países que promueven el terrorismo. ¿Está lanzando culpas?
“Los países son soberanos. Aunque estoy en
uno de estos cargos diplomáticos, yo creo que la diplomacia a nivel mundial
tiene que cambiar, hay que decir las cosas como son. Se dice, y hay rumores, de
que hubo mucho cabildeo del Estado colombiano y su representante en ese momento
(la administración era la de Iván Duque) para que a Cuba la incluyeran dentro
de la lista de patrocinadores del terrorismo, lo cual no es así. Ahí se originó
el lío en el que está Cuba hoy. Eso hay que reconocerlo muy abiertamente, y sí
creo que hay una responsabilidad de Colombia en el contexto de la
multilateralidad. No le veo misterio, en la diplomacia hay mucho misterio”