¿Será que podremos lograr que bajen los precios de los alimentos?
De verdad que los colombianos hemos soportado
bastante…
Leamos a Amylkar Acosta, que habla del tema en este escrito.
@radareconomico1
https://radareconomicointernacional.blogspot.com
LA INFLACIÓN GALOPANTE
Por Amylkar D. Acosta M
La pandemia del COVID 19 en 2020 y las medidas que tomaron los gobiernos
para su prevención primero, contención después y por último para su mitigación,
condujeron a la peor crisis económica a nivel mundial desde la gran depresión
desatada en 1929.
La economía global se hundió un -4.3%, siendo este su peor desempeño en
el siglo XXI, 2.5 veces peor que la recesión provocada por la crisis
hipotecaria en 2008.
Aunque el efecto rebote se tradujo en un crecimiento de la economía mundial del 6.1%, la reactivación se vio ralentizada por la afectación de las cadenas de suministro y la logística, que tuvo como epicentro los abarrotados puertos de China, con el consiguiente aumento de los fletes y de los precios de las materias primas, provocados por la crisis de los contenedores.
Cuando apenas brotaban los primeros retoños verdes de la recuperación de
la economía se produjo la invasión rusa a Ucrania y esta conflagración derivó
en una confrontación de los países que integran la Organización del Tratado del
Atlántico Norte (OTAN, por sus siglas en inglés) contra el Kremlin.
A raíz de las sanciones impuestas contra el expansionismo de Vladímir
Putin, entre las cuales se destaca el embargo de sus ventas de petróleo y gas a
la Unión europea, repercutieron en un alza desmesurada de sus precios, así como
los de su sucedáneo, el carbón.
Los altos precios de los energéticos, que alcanzaron niveles históricos,
afectaron la cadena alimentaria, tanto en sus fases de producción y
distribución, debido al encarecimiento de los insumos agrícolas de los cuales
Rusia y Ucrania han sido tradicionalmente la gran despensa. Y no era para
menos, habida cuenta que este sector absorbe el 30% de la demanda total de
energía en el mundo. Ello explica en gran medida la escalada alcista de los
precios y la incontenible inflación global.
El año 2022 estuvo marcado por una inflación galopante a nivel mundial alcanzando niveles no vistos en los últimos 40 años. En los EEUU alcanzó en diciembre pasado el 7% interanual, cifra esta récord desde 1982. Entre tanto en la Zona Euro se registró una inflación del 5.1% en enero de este año, la más alta desde que se llevan estadísticas armonizadas (1997).
EL IPC Y LA TASA DE INTERVENCIÓN AL ALZA
Como es apenas obvio, Colombia no se podía sustraer de esta
megatendencia, dados los vasos comunicantes de su economía con la economía
global, de la que no se puede desacoplar. Manes de la globalización.
De ello se sigue que la inflación en Colombia tiene un gran componente importado, vía precios de los insumos y materias primas y de contera la devaluación del peso frente al dólar la atiza. El Banco de la República, al igual que los demás bancos centrales del mundo, ha venido elevando la tasa de interés de intervención, desde el 3.75% en marzo de 2020 hasta el 13% en marzo de este año, sin lograr contener la espiral inflacionaria, pero encareciendo el crédito y la financiación de las empresas, lo cual aúpa aún más el aumento del índice de precios al consumidor (IPC), que se pretende frenar. Esta medida, contraccionista por excelencia, le pone el freno de mano al crecimiento de la economía, al punto que llegó a temerse por una recesión este año.
El año anterior el IPC registró un incremento del 13.12%, la cifra más
alta en 21 años, superior en 7.50 puntos porcentuales que la que se reportó por
parte del DANE para el 2021, que fue del orden de 5.62%. Ello, entre otras
razones, llevó a la unanimidad entre las centrales obreras, gremios de la
producción y el Gobierno Nacional, que integran la Mesa de Concertación
Salarial, al momento de acordar el reajuste del 16% del salario mínimo para
El mayor impacto de la inflación ha sido en los alimentos y en los
servicios públicos, especialmente en el servicio de energía, lo cual se explica
por las razones anteriormente expuestas. Llama poderosamente la atención que
las tarifas de los servicios públicos han aumentado por encima de la inflación
total. Uno de los factores que lo explican es el rezago tarifario que venían arrastrando
las empresas de servicios públicos debido a las medidas de emergencia durante
la pandemia que tomó el gobierno nacional, en virtud de las cuales se
congelaron o difirieron las alzas, represándolas, haciéndolas ahora efectivas.
También han influido el incremento en los costos operativos de las empresas y,
como ya quedó dicho, el financiamiento de sus inversiones también se encareció,
trasladándose por parte de las empresas estos mayores costos en los que
incurren a sus usuarios vía tarifas.
Varios componentes de la tarifa de energía (CU = G + T + D + C + PR + R)
han contribuido a ello, en el caso particular de la región del Caribe el que
más ha influido han sido las PR (pérdidas reconocidas), porque además de las pérdidas
técnicas (8%, aproximadamente) también se vienen reconociendo las no
técnicas (> 20%) que es como se llaman eufemísticamente el robo de la
energía y el fraude en la medición del consumo.
Se auguraba que marzo de este año iba a ser el punto de inflexión a
partir del cual la inflación iba a empezar a ceder, pero desafortunadamente no
fue así, se resiste a ceder. Los resultados han sido desalentadores: en el mes
de marzo el IPC subió 1.05%, superior al 1.0% en marzo de 2022. La tasa
interanual del IPC en marzo de este año se situó en el 13.34%, el más alto
desde 1999 cuando se registró el 13.51%, que contrasta con el 8.53% a marzo
de 2022, 4.81 puntos porcentuales por encima de este y el acumulado en
el I trimestre es de 4.56% contra el 4.36% en el I trimestre de 2022.
SE AMORTIGUA LA CARESTÍA DE LOS ALIMENTOS
Por fortuna, aunque los alimentos y los servicios públicos siguen siendo los que más han jalonado la inflación en los últimos 12 meses, como lo advierte la Directora del DANE Piedad Urdinola en cuanto a los alimentos y bebidas no alcohólicas que “desde enero de 2021 se venía con un crecimiento constante en la inflación, en marzo se registró un cambio detendencia” y empezó a ceder terreno, amortiguándose su carestía. Ello es tanto más importante en la medida que el incremento del costo de la canasta familiar afecta especialmente a los más vulnerables, pues, debido a sus bajos ingresos y su menguado poder adquisitivo, son quienes gastan un mayor porcentaje de sus ingresos en dichos renglones para su congrua subsistencia.
Por su parte el Ministro de Hacienda José Antonio Ocampo, después de
celebrar que la tendencia alcista de inflación de alimentos esté revirtiéndose
exhortó a los empresarios a través de su cuenta de Twitter para que “ayuden a
moderar la inflación de productos industriales y de servicios”. Este llamado es
muy pertinente, tanto más si se tiene en cuenta que mientras los precios de los
rubros de alimentos y bebidas no alcohólicas subieron el 0.91% en marzo, por
debajo de la variación mensual del IPC, el servicio de electricidad, en cambio,
subió 1.62%, por encima del mismo. No obstante, el primero sigue punteando el
IPC con una tasa interanual del 21.81% seguido de cerca por el segundo
con el 19.77%.
La respuesta de los gremios no se hizo esperar, mientras el Presidente
de la ANDI Bruce Mac Master manifestó que en “situaciones extraordinarias como
los incrementos registrados en la inflación requieren de esfuerzos de todos. Hemos acordado trabajar conjuntamente para
buscar soluciones”, el Presidente de la SAC Jorge Enrique Bedoya terció
para decir que “la razón de ser de los productores de alimentos son nuestros
consumidores. Desde la SAC estamos listos para trabajar conjuntamente en el
diseño de medidas sobre los factores que afectan los costos de producir
alimentos en Colombia y que afectan la inflación”. ¡Llegó la hora de la
concertación!
Santa Marta, abril 5 de 2023
www.amylkaracosta.net