- Grupo Independiente de preparación y respuesta frente a las pandemias para la OMS entregó informe
- Países pobres necesitan solidaridad y apoyo para que la vacunación llegue a toda la población
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Ellen Johnson Sirleaf, expresidente de Liberia |
Así lo asegura un informe divulgado por el Grupo
Independiente de preparación y respuesta frente a las pandemias para el Consejo
Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que presiden Ellen
Johnson Sirleaf, economista expresidente de Liberia y Helen Clark, ex primera
ministra de Nueva Zelandia.
Este Grupo evalúa la situación mundial para determinar
qué ha salido mal, qué enseñanzas quedan del manejo de la pandemia y qué se
puede hacer mejor en el futuro, porque las inequidades sanitarias entre los
países quedaron expuestas al máximo y la amenaza de otras pandemias es bastante
alta.
Además del estancamiento, y hasta retroceso, para
alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), ocasionado por el Coronavirus,
el informe señala que ha faltado capacidad colectiva para “unirnos
solidariamente y crear una red protectora de seguridad al servicio de la
humanidad”.
La cruda realidad de las vacunas
La llegada de las vacunas, trajo esperanza al mundo
entero, pero la gente no terminaba de celebrar el trabajo de los científicos,
cuando apareció el gran problema de distribución y administración del
medicamento… porque algunos países garantizan el acceso a la vacuna para toda
su población, pero muchos otros, solo alcanzan a vacunar al 20%.
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Helen Clark, ex primera ministra de Nueva Zelandia |
El reporte del Grupo Independiente de preparación y
respuesta frente a las pandemias para el Consejo Ejecutivo de la OMS dice
que “solo la aplicación de principios de universalidad y equidad podrá hacer
que el mundo salga unido de esta crisis”.
Cómo responder a futuras pandemias
El informe del Grupo dice que sí es posible tomar medidas
más decisivas y eficaces, de manera inmediata para salvar vidas y reducir los
daños causados a nivel mundial, pero para ello es necesario hacer cambios de
gran alcance de cara al futuro.
Recomiendan aplicar de modo integral las medidas de salud
pública que frenarían la pandemia: Detección temprana de casos, rastreo y aislamiento
de contactos, distanciamiento físico, imposición de limitaciones a los viajes y
a las reuniones de personas y el uso de tapabocas.
Aclaran que esas medidas son necesarias aunque se aplique la vacuna, pues reducirán los factores de riesgo.
El Grupo también hace énfasis en que los procedimientos y
protocolos que llevan a declarar una emergencia de salud pública de importancia
internacional deben incorporarse a la era digital, para reaccionar con la
celeridad necesaria y afrontar el riesgo de una epidemia en días y no en
semanas: “Se requiere un sistema de información distribuida, alimentado por
personal de laboratorios y dispensarios locales y apoyado por herramientas de
obtención instantánea de datos y de adopción de decisiones”.
La experiencia de esta crisis, que ha tenido graves repercusiones sanitarias, sociales y económicas, demuestra la rapidez con la que un virus puede arruinar décadas de progreso y de inversiones de futuro. Ante esa realidad, el Grupo considera que sería inconcebible que la comunidad internacional volviera a fallar y desoyera una vez más los llamamientos que la instan a preparar contra la amenaza pandémica.