Esto que nos cuenta el editorialista
del diario La República, debería darles vergüenza a los políticos de este país.
Y también a los empresarios que no han hecho lo correcto para que Colombia sea
más desarrollada, con una excelente infraestructura.
Vergüenza les debe dar, porque la
historia se las cobrará. No el pueblo, porque es ignorante y vota por una
botella de ron y una tejas.
Pero repito, qué vergüenza sería para
mí, siendo político que las obras no se realizaran… nunca le quise apostar a
esa vaina.
¿Qué estará pensando Santos?
No había nacido yo (58 años), cuando La
República publicó esto “Habrá informe para la construcción del subway en la
Capital”.
¡Qué vaina con nosotros!
¿Vamos a dejar que este país se
destruya por el egoísmo de unos cuántos tontos?
Digo tontos, porque creen que el
dinero que tienen les podrá salvar… Eso para nada sirve… Nada nos podemos
llevar para el otro mundo, que esperemos que sea más bacano. Tan bonito es que
te recuerden con agrado…
RADAR,luisemilioradaconrado
Editorial de
La República
Santos
y sus dos históricos anhelos
Lunes, Septiembre 24, 2012
Van a cumplirse 59 años desde que apareció en la
primera página de este diario en su edición inaugural, el 1 de marzo de 1954,
una breve noticia que se titulaba: “Habrá informe para la construcción del
subway en la Capital”, en la que se contaba que “a mediados de la próxima
semana será entregado al Alcalde Bogotá el informe redactado por los técnicos
alemanes sobre la construcción de un ‘subway’ en la capital de la República.
Como se sabe por informaciones ya conocidas, el proyecto considera la
posibilidad de establecer la mencionada línea de transporte subterráneo desde
el Hospital de San Carlos situado al sur hasta bien al norte, posiblemente a terminar
en la autopista”.

Esto sucedió durante el breve mandato del general,
Gustavo Rojas Pinilla, y el alcalde de Bogotá, que había puesto el Dictador,
era el coronel Julio Cervantes. Luego vino el Frente Nacional y desde entonces
nadie desde el Gobierno Nacional ni desde la Alcaldía Mayor ha podido adelantar
el metro como un sistema masivo de transporte. Una situación similar y muy
contemporánea a la del metro es la búsqueda de la paz. Todos los gobiernos
desde hace más de medio siglo han buscado afanosamente a través de la guerra y
de los diálogos conquistar la esquiva reconciliación nacional, sin lograr
avanzar. Y el presidente Santos no es la excepción a la regla y ha emprendido
trabajo en esos dos frentes: poner a andar el metro para Bogotá y lograr acuerdos
de paz con la guerrilla.
El pasado viernes, el Presidente y el alcalde,
Gustavo Petro, acordaron nuevamente adelantar más estudios para establecer cómo
ejecutar esa obra. El Gobierno y la Administración Distrital ya tienen un
concepto del Banco Mundial que aclara cómo se va a ejecutar este proyecto. El
Distrito deberá tener las especificaciones técnicas de cómo realizar la obra en
menos de año y medio, pero no faltarán las demandas, los conceptos, los debates
en un Concejo sin relevancia, etc. Justamente todos esos obstáculos que le han
impedido a Bogotá tener un metro como sucede en casi todas las ciudades de más
de cinco millones de habitantes.
El Banco Mundial avala llevar la primera línea
del metro hasta la localidad de Suba. Al tiempo que el Alcalde anuncia que va a
empezar el contrato de ingeniería básica para mirar exactamente por dónde va a
pasar el Metro, “en el ramal que va del borde oriental hacia occidente, hacia
Kennedy y Bosa y se abre también el estudio de ingeniería básica del trazado que
nosotros tenemos que entregar del ramal que desde el norte irá hasta el sur”.
Tanto
el metro como la paz son dos tareas fenomenales para el desarrollo de Colombia
que tienen sus enemigos poderosos y ocultos a los que, en lugar de atacar, hay
que pasar por alto.