Me gustan esos análisis de Ricardo Plata Cepeda. Nos ponen a pensar, a revisar estadísticas. A volar e introducirnos en el espacio. A salir de Barranquilla , el Atlántico, la región Caribe, Colombia y el mundo.
Bien... Vamos a releer este escrito.
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
El Covid habla español
Por Ricardo Plata Cepeda
La misión de la OMS en China declarara que se había demostrado la transmisión entre humanos en Wuhan, el Worldometer COVID-19 muestra 22.627.000 personas contagiadas y 792.000 fallecidas en 215 países y territorios. Sacando a India de la lista de los 10 países con más contagios, los 9 restantes son en orden descendente: Estados Unidos, Brasil, Rusia, Suráfrica, Perú, México, Colombia, Chile y España. El total de contagios en estos 9 países es de 13 millones y el de fallecidos 457.000, que son el 58% de los contagiados y de los fallecidos en el mundo. La población total de esos mismos 9 es de 1.028 millones, el 13% de la población mundial; es decir, esos países cargan con 4,5 veces más contagiados y fallecidos que lo que indica su participación demográfica.
Ahí no paran las sorpresas, 6 de esos 9 países están en el hemisferio occidental, nuestro gran continente americano. En 4 de ellos el idioma oficial es el español, otro, los Estados Unidos, tiene un 19% de población hispano parlante, lo que lo hace el segundo país del mundo de habla hispana después de México, España no está en este hemisferio, pero tiene la lengua madre que se habla en esos otros cinco. Si sumamos, un tercio de los 1.028 millones del grupo de 9 habla español y una quinta parte adicional habla portugués. ¿Habrán incidido los dos lenguajes ibéricos, tan semejantes, para hacernos más propensos a acercarnos, a abrazarnos, a contagiarnos de amor y de virus, de vida y de muerte? ¿Será solo coincidencia que entre los gobiernos que más erráticamente han manejado la pandemia encontremos los tres países de mayor población del “nuevo mundo”? En efecto, Estados Unidos, Brasil y México acumulan el 43% de los contagiados y el 44% de los fallecidos en el mundo, cinco veces su participación en la población mundial.
Sin embargo, al fin y al cabo, los gobiernos del hemisferio terminaron como los del resto del mundo, clausurando por tiempo indefinido gran parte de la oferta de bienes y servicios y encerrando en sus casas a los que demandaban el resto de los productos que quedaban disponibles. No estamos entonces ante una crisis del capitalismo, sino ante un coma económico inducido, por razones válidas, pero que ha derivado en un descalabro económico y social que presagia nubarrones políticos.
Son los gobiernos, no solo por haberlo causado, sino sobre todo por tener la capacidad de endeudarse en muy grandes sumas y a muy largo plazo, los llamados a restaurar la economía y proveer salvavidas que permitan mantener a flote e incluso resucitar a miles de empresas, hoy en las UCI financieras.
Los altos
impactos de contagios y muertes de la pandemia en el hemisferio en nada
mitigaron los de la recesión y el desempleo. EEUU y el BID tienen una gran
oportunidad de liderar el formidable reto colectivo de la reactivación y la
recuperación hemisférica.
rsilver2@aol.com
