lunes, 1 de mayo de 2023

CECILIA TIENE RAZÓN. Por RICARDO PLATA CEPEDA

¿Lo estamos haciendo bien, cuando se habla de cuidar el planeta?

Buena pregunta.

¿Qué dice Ricardo Plata Cepeda esta vez?

@luisemilioradaconrado

@radareconomico1

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CECILIA TIENE RAZÓN

El asunto es que todas las fuentes renovables son intermitentes. Las hídricas oscilan con las estaciones y de manera drástica cada 5 o 7 años, la solar es tan variable como el día y la noche y la eólica varía en horas y minutos. Sólo la energía fósil da confiabilidad a la red, que ya depende en un 70% de la volatilidad hídrica. Si el mundo tuviera en promedio una huella de carbono per cápita 43% por encima de la de Colombia ya habría cumplido la ambiciosa meta de evitar el incremento de 1,5° C.

Por RICARDO PLATA CEPEDA 

El carbón mineral fue el primer combustible fósil de uso universal. En Gran Bretaña, como combustible de la revolución industrial, su uso superó al carbón de leña a mediados del siglo 17, en Estados Unidos y Francia a mediados del 19 y en Japón unos años después. Al despuntar el siglo 20 soplaron géiseres de petróleo y luego de gas. Por su disponibilidad, facilidad y precio los combustibles fósiles son el maná energético que ha sostenido durante tres siglos el mayor progreso material de la humanidad, al tiempo que la población saltaba de 600 a 7.000 millones. Gracias a ellos se abarató el transporte, el acero y el cemento, que permitieron darle albergue a esa explosión demográfica y los fertilizantes que hicieron posible alimentarla. En Colombia esas oportunidades surgieron en el último cuarto del siglo 20.

La generación per cápita de CO2 en Estados Unidos es 9 veces mayor que en Colombia, pero con 7 veces su población contamina 60 veces más. Y lleva cuatro veces más tiempo en esas. Podríamos estimar que ha contaminado 240 veces más. ¿Y vamos a creer que podemos salvar el día, sacrificando recursos naturales estratégicos para nuestra independencia energética y económica? Pero este no es el primer gobierno entreguista en términos ambientales. El de Santos se comprometió en París 2015 a reducir nuestros insignificantes consumos de combustibles fósiles en un 20% antes del 2030 y el de Duque a hacer proyectos de energía renovable costosa, sin contraprestaciones. ¿Será que aparecer como los niños aplicados del kínder mundial, a cambio de palmaditas en el hombro de los maestros contaminadores es suficiente? Y mientras tanto nos rajamos en la protección de la tala de nuestros bosques, especialmente para los cultivos de coca que dejamos quintuplicar entre 2015 y 2018.

El asunto es que todas las fuentes renovables son intermitentes. Las hídricas oscilan con las estaciones y de manera drástica cada 5 o 7 años, la solar es tan variable como el día y la noche y la eólica varía en horas y minutos. Sólo la energía fósil da confiabilidad a la red, que ya depende en un 70% de la volatilidad hídrica. Si el mundo tuviera en promedio una huella de carbono per cápita 43% por encima de la de Colombia ya habría cumplido la ambiciosa meta de evitar el incremento de 1,5° C. Tenía razón la exministra Cecilia López cuando dijo “me enfurece que los países en desarrollo adoptemos el discurso de los países ricos que nos están exigiendo exactamente lo que ellos no hicieron”, y la sigue teniendo. 

rsilver2@aol.com