Es bueno este análisis de Jairo Parada.
Nos pone a pensar en el clientelismo, la
ética y el papel de los gremios económicos.
¿Cómo le ha ido a Colombia con eso?
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
¿Hacia un gobierno corporativista?
Por Jairo Parada
En el manejo del Estado en Colombia han
existido varias instituciones poderosas que definen las posibilidades de las
políticas públicas. La primera de ellas es el clientelismo,
institución poderosa e invisible pero real, que distribuye puestos y contratos,
afectando la calidad de la gestión pública, a cambio de votos en los procesos
electorales. No permite el desarrollo de la carrera administrativa y
promueve la tercerización laboral en lo público. Esclaviza al ciudadano que
debe votar por dicho candidato si no quiere perder su puesto. Se utiliza
también en el sector privado.
La segunda es la ética
patrimonialista en el manejo del Estado. El Estado se divide en “zonas”
que pasan a control de algún parlamentario, diputado o concejal. Este considera
que dicha entidad estatal es “suya” con derecho a poner y quitar
empleados y definir contratos. De esta forma las políticas públicas quedan
mediatizadas, pues los más capaces nunca llegan a los cargos públicos. Cada
funcionario “es” de algún político, como si fuera su dueño. Limita también la
libertad de los empleados del Estado.

La tercera es el corporativismo.
En el terreno de la política y el manejo del Estado, generalmente los “gremios”
empresariales pasan a controlar altos cargos, a través de sus “técnicos”,
personas muy calificadas, con una larga carrera en sus entrañas. El gobierno de Duque parece ensayar este camino con su
reciente gabinete. Muchos de esos nombramientos parecen acertados y no se
podrían cuestionar, hasta a cada región le da su ministerio para que no se
quejen. Pero generalmente son personas que vienen de trabajar con los
gremios empresariales por años. Eso no sería problema, siempre que se entienda
que el manejo de lo público es muy diferente a defender los intereses de los
empresarios, más interesados en sus tasas de ganancia y el volumen de sus
ventas. Para eso son los gremios, para defender los intereses de sus asociados.
¿Podrán quitarse ese ropaje al llegar a los
ministerios y pensar en la necesidad que este país mejore en términos de
igualdad y distribución del ingreso? El punto clave aquí es entender que el
Estado es un ente complejo que debe responder no solo a los intereses de los
empresarios sino más bien a los intereses generales de la sociedad. Se
necesita tener una visión de país y para ello no basta lo gremial. Si el
gobierno solo busca “mejorar” un poco el statu quo, muy pronto se
desgastará. Si cree en las teorías del “goteo”, donde basta fomentar la
confianza inversionista para que ocurra el crecimiento de la inversión privada,
me temo que el camino estará lleno de buenas intenciones pero nos llevará al
estancamiento. Solo oír hablar de austeridad fiscal, adelgazamiento del Estado
y bajar los impuestos a los empresarios, no parece ser una agenda de
desarrollo.
Para ello basta examinar las propuestas del Consejo Gremial
Nacional (52 páginas), donde hacen propuestas en todos los campos que
claramente los benefician, pero nada dicen de la equidad, de la propiedad de la
tierra, de combinar rebajas a sus impuestos con alzas de los mismos a las
personas ricas. En síntesis, el corporativismo nos puede llevar a una nueva
frustración nacional sin una visión de país.