Bien seguimos con el tema de la Seguridad Energética.
Tema que el ingeniero
Ricardo Plata Cepeda inició en su columna del 5 de abril y que nosotros estamos
siguiendo tratando de entender lo que está pasando y que nuestros lectores
hagan lo mismo.
Es que estamos
hablando de crisis.
De incumplimientos
entre los gobiernos. Cosas que no deben pasar, pero que se presentan.
Sigamos a Plata…
RADAR,luisemilioradaconrado
®@radareconomico1
SEGURIDAD ENERGÉTICA II
En 1997 Argentina suscribió un acuerdo de largo plazo para suministrar gas a Chile, acompañado de cuantiosas inversiones, fincado en la mutua conveniencia económica y el buen momento de sus relaciones.
SEGURIDAD ENERGÉTICA II
Por Plata Ricardo Cepeda
El trato se cumplió inicialmente, pero ante incrementos en la demanda interna, subsidiada, Néstor Kirchner lo incumplió desde el año 2004 de manera creciente hasta promediar disminuciones de más del 50 % en 2006 con picos del 80%.
Ello ocasionó una
crisis energética en Chile de gran impacto en su economía, en momentos en que
los precios de los sustitutos, carbón y petróleo importados, se duplicaron. La
relación binacional fue una víctima más.
En 2007 Ecopetrol y PDVESA firmaron un contrato para intercambiar gas. Colombia entregaría 150 Millones de Pies Cúbicos Diarios (MPCD) entre 2008 y 2011; luego la misma cantidad sería devuelta por Venezuela. Pero sin que ésta hubiera siquiera construido el gasoducto de sus yacimientos a la frontera, al cumplirse esa fecha Ecopetrol aceptó duplicar la exportación, a 300 MPCD, y extenderla otros 3 años. Aún no hemos visto un pie cúbico de regreso, ni se supo si el que enviamos fue pagado. El país perdió así el equivalente a 1,3 años de reservas a la tasa de extracción actual. ¡Qué falta nos hacen a las térmicas e industrias localizadas en el Caribe!
Eso para no describir cómo Putin utiliza el gas ruso como arma para arrollar a Ucrania y cómo se apresta a aumentar su poder sobre Alemania al haberse ésta apresurado a apagar sus centrales nucleares a raíz del accidente de Fukushima; ni recordar la economía de guerra que forzó al régimen nazi a perfeccionar el costoso proceso para producir gasolina a partir del carbón, copiada luego por Suráfrica para sobrevivir a su aislamiento por el apartheid; ni tampoco las exigencias a las que la OPEP ha sometido al resto del mundo por medio siglo. Todo lo anterior para ponerle rostro a la expresión “independencia energética”, mencionada en la columna anterior como una de las escalas de valoración de la seguridad energética. No se trata de buscar la autarquía, sino de subrayar que ésa es una variable estratégica que solo podemos subestimar a nuestro propio riesgo.
Colombia está en el
puesto 29 en el ranking por países de la población mundial, el 0,66% de ésta,
pero está en el lugar 85 en PIB per cápita, por eso nuestra participación en el
consumo de energía mundial se reduce al 0,33%. Colombia es, además, uno de los
7 países con menor huella de carbono en su generación de energía eléctrica gracias
a la participación del 70% de energía hidráulica en su canasta de fuentes; o
sea que el porcentaje global de la huella de carbono de nuestra generación
eléctrica “tiende a cero”, dicen los matemáticos. Bienvenidas las energías
limpias no convencionales; pero tenemos carbón para un siglo a las minúsculas
tasas actuales de utilización y un gran potencial de reservas de gas de
esquisto y offshore. No podemos darnos el lujo de despreciarlas.
Nota luctuosa: Falleció Ancízar
Gutiérrez. Gran empresario, gran señor. Paz en su tumba.
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