jueves, 10 de septiembre de 2020

1.400 elefantes blancos le costaron al país $25 billones. Tras hallazgos de la Contraloría, Antioquia figura como la segunda región con más obras embolatadas.

Existen los elefantes.

Siempre han sido fuertes y peligrosos.

Generalmente, hacen daño. 

Esos son los animales…

Sin embargo, hay unos que parecen inofensivos, pero les han hecho mucho daño a los colombianos.

Son blancos, contrario a lo que nos dice el diccionario. Y esos blancos son peores que los grises.

Es más, los grises aman a la gente. Los blancos no les interesa un carajo.

Ellos simplemente, buscan el pedazo más grande y jugoso para su beneficio.

De esos, debemos cuidarnos… aunque esos tienen muchos amigos que les acompañan en sus procesos delincuenciales.

¿Podríamos lograr que esa práctica desapareciera de nuestra sociedad?

¿Ustedes que piensan lectores del RADAR?

RADAR,luisemilioradaconrado

@radareconomico1


1.400 elefantes blancos le costaron al país $25 billones

Tras hallazgos de la Contraloría, Antioquia figura como la segunda región con más obras embolatadas.

Una terminal de transporte sin usuarios en La Guajira, una piscina en Bolívar, en una zona que no tiene ni acueducto, y un portal que estaba pensado para solucionar los problemas de movilidad en Floridablanca y que hoy no existe a pesar de que se le han invertido $9.849 millones.

Son apenas tres de las 1.400 obras catalogadas como elefantes blancos, inconclusas y proyectos críticos que reportó ayer la Contraloría General de la República tras una cruzada a lo largo del país y las cuales superan los 25 billones de pesos de inversión y representan una considerable afectación para las comunidades.

“Estamos hablando de obras de infraestructura desarrolladas con recursos públicos, conocidas como elefantes blancos pues sus gastos superan los beneficios, algunos de ellas que quedaron abandonadas, con o sin terminar, o en algunos casos que nunca fueron utilizadas para lo que fueron proyectadas”, explicó el Contralor Delegado para la Participación Ciudadana, Luis Carlos Pineda Téllez.

El funcionario calificó estas construcciones como las peores en una categorización de obras embolatadas que incluyen los proyectos críticos, como aquellos cuyo cronograma no cumple con los márgenes de ejecución.

En cuanto a las inconclusas hace referencia a obras que están en ejecución o fueron terminadas a pesar de carecer de componentes de infraestructura fundamentales, como redes eléctricas, alcantarillado y acueducto. Este informe nos sirve para conocer un poco más, de cómo pierde en Colombia. Ya les cuento más.

El informe deja mal parado a Antioquia, que, junto con Tolima, son los departamentos que más obras embolatadas presentan, con 92 y 96, respectivamente.

Le siguen Caldas (91), Boyacá (84), Bolívar (83), Meta (82), Valle del Cauca (81), Nariño (72), Cundinamarca (71) y Arauca (66).

Ya el pasado 3 de agosto la entidad había puesto la lupa sobre algunos elefantes blancos en Medellín y Antioquia, como el Hospital General del Norte cuyo predio para su construcción costó $650.000 millones y hoy se encuentra abandonado, invadido por habitantes de calle; el puente de Guaduas que pretendía conectar a los habitantes del barrio Granizal y Santo Domingo Savio que colapso en 2016; y la biblioteca España, la cual calificó como un “mamut” por los $10.000 millones adicionales que requiere su repotenciación.

Por sectores, las obras para educación (534), vivienda y territorio (201) y agua potable y saneamiento (139) fueron las más recurrentes.

La Contraloría se mostró satisfecha con estos resultados, fruto del diagnóstico que se viene elaborando hace más de un año y medio, con la participación de la Contraloría Delegada para la Participación Ciudadana, las Gerencias Departamentales y la Dirección de Información, Análisis y Reacción Inmediata (Diari).

Esta estrategia le ha permitido conocer la situación de estas obras que han o presentan problemas en su ejecución con un nivel de detalle tal que pueden conocer el tiempo real qué tantos metros se han construido de una vía y si el techo de un hospital sí está puesto.

Sin embargo, según expresó Luis Alberto Rodríguez, director del DNP, es necesaria la participación activa de la ciudadanía con sus denuncias, para seguir identificando más de estos elefantes blancos en el territorio nacional.

“Mientras más colombianos tengamos poniendo sus ojos y mostrándonos cómo están las obras financiadas con recursos públicos en sus cuadras y esquinas lograremos un control más efectivo. Hay evidencia empírica que apunta a que cuando hay mayor participación ciudadana, hay menor probabilidad de corrupción en el uso de los recursos”, dijo el funcionario.

Para ello, la Contraloría dispuso la aplicación Controlapp, con la cual los ciudadanos pueden enviar fotos de las obras cercanas que le inquietan, acceder a georreferenciación y ubicación de cada una de estas infraestructuras de las que le interesa saber su estado actual y hacer control social enviando solicitudes y llevando seguimiento al proceso de trámite de las mismas.