Confiemos
en que La Silla Caribe tenga la fortaleza necesaria para mantenerse en la
región Caribe y que trabaje en favor de la comunidad y la sociedad colombiana.
Les deseo
éxito y estaremos atentos a su desarrollo.
RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
El aterrizaje de
La Silla Caribe
Por Horacio
Brieva
El campo de batalla de La Silla
Vacía es el periodismo digital. Y se ha propuesto, según Juanita León, su
directora, contar las intimidades del poder y la política, manteniendo la
independencia. Ha creado varias ‘sillas’, una de las cuales es La Silla Caribe,
a cargo de Laura Ardila y Tatiana Velásquez, dos jóvenes y bien formadas
periodistas de las nuevas generaciones. La Universidad Autónoma del Caribe es
la aliada del portal en la región.

Su lanzamiento fue hace unas
semanas en La Cueva, y una de mis inquietudes ese día fue hasta dónde podrá
llegar su crítica en una cultura como la nuestra, tan ‘amiguera’. Se me ocurrió
decirlo porque, hace unos años, un joven profesor alemán de Ética que vino a
Barranquilla me decía que una singularidad que había identificado entre
nosotros es que somos muy amigos y por eso evadimos decirnos la verdad.
Realidad a la que, creo, no ha escapado el periodismo, pues si un reportero o
columnista denuncia o cuestiona algo, lo más probable es que alguien se moleste
y acuda a un amigo del autor de la nota para que este se calme.
Así somos
culturalmente, y soy de los que pienso que los periodistas tenemos que hacer lo
contrario: empoderar la crítica. No el chantaje y el periodismo de fango de los
que habla Umberto Eco, que también se ejercen en nuestro medio y le restan
respetabilidad a nuestra profesión y calidad a la deliberación pública.
Sin embargo, Jairo Parada, esa
noche, dijo algo que hace justicia con el periodismo regional: destacó los muy
buenos e impactantes informes que EL HERALDO ha hecho sobre los robos de
tierras en la Ciénaga Grande, entre otros informes, y que han tenido el efecto
de mover a las autoridades. Los periodistas regionales, desde luego, tenemos
una deuda pendiente con la democracia: desenmascarar a los políticos que
manejan la maquinaria diabólica de la compra del voto y revelar las cantidades
de plata que gastan –descaradamente– para operarla. Lo cual también es difícil
si los órganos de control y la justicia no funcionan.
Nosotros necesitamos un
periodismo cada día mejor, porque, como dice Eco, es una garantía de
democracia, de libertad. Y el profesionalismo de las reporteras que están al
frente de La Silla Caribe nos permite creer que sus trabajos van a aportar
mucho a la calidad periodística.
Juanita escribió sobre las
dificultades en el comienzo de La Silla Caribe. No niego que esta sea una
región con peligros evidentes, pero a lo largo de mi ejercicio de columnista y
veedor ciudadano me he referido a temas que han pisado callos y jamás me han
amenazado ni agredido físicamente.
Juanita sostiene que “hacer
periodismo independiente en Bogotá es un lujo que no se pueden dar muchos
periodistas en las regiones”. Es una inexactitud que no podemos compartir. Juan
Gossaín, en la campaña presidencial pasada, decía que el periodismo estaba
entregado de pies y manos a Santos y Zuluaga, enviando un vergonzoso mensaje en
medio de esa polarización. Se refería, especialmente, al periodismo de Bogotá.
Allá la corrupción es de mayor tamaño y el periodismo no está por fuera de ese
contexto.
@HoracioBrieva