Aunque la muerte de Alfredo Correa nos sigue doliendo, porque era un tipo tranquilo, estudioso, que no le hacía mal a nadie, sino al contrario... nos alegra mucho que se haga cierta justicia en Colombia con este fallo del Tribunal Administrativo del Atlántico...
Alfredo, aparecía como si hubiera sido un guerrillero y se decía que lo habían matado por eso... Pero la justicia llega. Alfredo debe estar más tranquilo ahora...
Una oración por él.
Un abrazo para toda su familia y una gran alegría por conocer esta noticia.
Dios lo tenga en su gloria...
Después de esta nota de El Heraldo, les entregaré una carta que Alfredo le envió al ex presidente Álvaro Uribe, cuando el Das lo detuvo, en 2004.
Alfredo, ya estaba presintiendo algo fatal...
LuisEmilioRadaC
El Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, o la entidad que les sustituya
deberá indemnizar económicamente a la viuda del profesor Alfredo Correa De
Andreis y a su hija por los perjuicios materiales y morales causados por su
fallecimiento.
Así lo decidió el Tribunal Administrativo del Atlántico, en
fallo de los magistrados Luis Eduardo Cerra Jiménez, Cristóbal Christiansen
Martelo y Óscar Wilches Donado.
Por los perjuicios materiales ocasionados
a Alba Lucia Glenn Díaz Granados, en calidad de esposa, y Melissa Cecilia Correa
Glenn, hija, en razón de la muerte violenta de su esposo y padre, el DAS o la
entidad que lo sustituya deberá pagar a cada una la suma de 222 millones 318 mil
117, 46 pesos, en la modalidad de lucro cesante consolidado, y la suma de 584
millones 843 mil 486,47 pesos, en la modalidad de lucro cesante futuro, a favor
de Glenn Díaz Granados y de 91 millones 319 mil 508,31 pesos a la hija de
Correa, por lo mismo.
Igualmente, el fallo ordena el pago de 100 salarios
mínimos legales mensuales vigentes a la viuda e hija de Alfredo Rafael Correa De
Andreis, por perjuicios morales, es decir unos 35 millones 600 mil
pesos.
Además, en el resuelve ordenan realizar un acto solemne de
presentación de excusas públicas a sus familiares y a la sociedad que deberá
contener un reconocimiento expreso de responsabilidad por los hechos que dieron
origen a su fallecimiento y en el que deberá leerse el acápite de la sentencia
denominado “Hechos constitutivos de responsabilidad administrativa del
Departamento Administrativo de Seguridad, DAS por la muerte de Alfredo Rafael
Francisco Correa De Andreis” ante los medios de comunicación nacional.
Este fallo, también, quiere rendirle el homenaje que se merece al
profesor universitario y sociólogo , por lo que ordenan colocar placas en su
memoria en la sede principal del DAS en Bogotá, Barranquilla y Cartagena, para
que tanto servidores públicos de la entidad, como todos los colombianos
recuerden los sucesos que originaron su muerte. Las placas contendrán la
siguiente inscripción: "En memoria de Alfredo Rafael Francisco Correa De
Andreis, asesinado en Barranquilla el 17 de septiembre de 2004. Hechos como los
que originaron su muerte jamás deben repetirse".

Carta
Premonitoria de Alfredo Correa de Andreis (q.e.p.d) a Uribe Vélez
En 2004, Alfredo Correa de Andreis fue detenido por agentes del DAS. Sus abogados demostraron que
se había fraguado un montaje en su contra. El sociólogo Correa de Andreis le
suplicó en una misiva al presidente Álvaro Uribe que lo protegiera de los
abusos del DAS. Tres meses después fue asesinado, crimen por el que acaba de
ser condenado Jorge Noguera, entonces director de esa entidad. La carta fue
revelada por Kien&Ke.
Presidente. Soy Alfredo Correa de Andreis (…) Hace
más de veintitrés años me dedico exclusivamente a la docencia e investigación
universitarias. Mis dos recintos académicos han sido las Universidades del
Norte de Barranquilla y Simón Bolívar también de Barranquilla (…). Usted me
conoce físicamente y acudo a su buena memoria al señalarle saludos de mano en
una ocasión en el Centro de Convenciones de Santa Marta, tal vez también en la
propia Universidad del Norte, sin embargo de esta segunda oportunidad no tengo
certeza. Usted se dirigió a mí al momento del saludo diciéndome “profesor,
cómo está”. No sé si esto tenga algo de importancia, pero según se comenta
usted cuenta con una excelente memoria.
Soy casado formalmente mediante matrimonio civil
hace ya quince años con Alba Lucía Glenn Díaz Granados y tenemos una hija, mi
adorada Melissa Correa Glenn, con trece años de edad. Mi familia es ampliamente
conocida en el Magdalena y específicamente en Ciénaga y Santa Marta, igualmente
en la ciudad de Barranquilla y en otras capitales de los departamentos
costeños. Nuestra familia se distingue por sus calidades humanas, por la
decencia, las prácticas sociales éticas transparentes, orientada por la
dignidad humana, actuaciones todas públicas. Las gentes de estas ciudades así
lo reconocen. Podría extenderme en estos apartes, pero prefiero la brevedad
antes que fatigarlo con la lectura.
El asunto concreto es que me han detenido bajo la
sindicación de rebelión. El jueves 17 de junio de 2004, hace cuatro días, en mi
apartamento (…) un grupo de agentes del DAS de Bolívar y con apoyo del DAS
Atlántico-Barranquilla, me detienen mediante orden de captura por el delito de
rebelión y emitida por el Fiscal 33 de Cartagena Demóstenes Camargo.
La impresión, la sorpresa, el impacto sobre mi hija
Melissa, mi esposa Alba, la mía misma y las consecuencias sobre nuestra
dignidad, nuestra condición humana, es un reflejo claro de una vida asistida
por la rectitud, la decencia, la transparencia de nuestros actos, somos,
respetado Presidente, ciudadanos de bien, mis actos todos son públicos, le
anexo mi hoja de vida, advierta mis tiempos de ocupación al servicio de la
docencia y la investigación y perdone, derive conclusiones. Soy un libro
abierto, le pido su intervención directa en este atropello del que mi persona y
toda mi familia somos víctimas (…).
No debo extenderme más. Señor Presidente, lo que
estoy experimentando, el sufrimiento, la humillación, el sometimiento propio y
de mi unidad familiar a este tipo de injusticia, a esta privación de la
libertad, a una angustia que se dilata en indagatorias. Quedé perplejo, se me
liquidó por completo mi capacidad de asombro frente a unos testimonios en mi
contra que no solo riñen con la verdad, sino que parece obra demencial, fuera
de toda lógica y razón humana. Señor Presidente, en su condición de Jefe de
Estado le pido que intervenga para que afirme mi derecho a la libertad.
Esto es una pesadilla, incomparable como violación
de todos mis derechos ciudadanos. Confío en que usted no solamente leerá esta
carta sino que en perspectiva humana, orientará rumbos justos para que nadie
más en este país sufra y de qué manera, como mi adorada y ejemplar familia.
Con sentimientos de un ciudadano que sufre los
errores de otros, y en espera de una pronta y urgente justicia.
Alfredo Correa de Andreis.