lunes, 2 de noviembre de 2020

¿ABDICÓ TRUMP? Por Ricardo Plata Cepeda

RICARDO PLATA CEPEDA es uno de los analistas que me complace leer.

A los Plata CEPEDA la vida le entregó un excelente padre y lo han entendido desde pelaos.

Les regaló un tremendo cerebro.

A todos les puso la R en el arranque y no lo han defraudado.

Bien por el viejo.

Bien por sus producciones, mi querido Ricardo.

Vamos a leerlo.

Tema: Trump, un hombre polémico que está en una etapa crucial de su vida.

Sigue o se va…

Tiene, eso sí, una tremenda compañera… 

RADAR,luisemilioradaconrado

@radareconomico1

¿ABDICÓ TRUMP?

En 1989 con el colapso de la cortina de hierro y de la Unión Soviética, el trasfondo geopolítico cambió. Y pronto volvió a cambiar, pues el espejismo de un mundo unipolar duró poco, remplazado por un renovado menú de desafíos.

 

La segunda guerra mundial finalizó en 1945. Truman era el nuevo presidente de los Estados Unidos. En su gobierno se concibió un nuevo orden internacional sobre la política de la contención, partiendo de que, una vez derrotado el nacional socialismo, el nuevo enemigo de la libertad y la democracia era el comunismo y la mejor manera de enfrentarlo era conteniendo su expansión territorial. A Truman, demócrata, lo sucedió Eisenhower, republicano, y, alternándose durante 70 años, todos los presidentes de Estados Unidos lideraron, con matices, la construcción de una institucionalidad global, que incluyó el plan Marshal para Europa, las Naciones Unidas, El Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el BID, la OMC, la FAO, el G-7, la OTAN y numerosos acuerdos y entidades multilaterales.

En 1989 con el colapso de la cortina de hierro y de la Unión Soviética, el trasfondo geopolítico cambió. Y pronto volvió a cambiar, pues el espejismo de un mundo unipolar duró poco, remplazado por un renovado menú de desafíos: el radicalismo islámico y el narcotráfico aparejados de sus violencias demenciales, la proliferación nuclear, el calentamiento global con su cambio climático, la cleptocracia rusa en manos de un ex agente de la KGB con nostalgia de superpotencia, la asertividad china con su progreso capitalista y su autoritarismo comunista y la compleja gobernanza de instituciones donde un voto de Granada es igual al de Brasil. Sin embargo, todos ellos siguen demandando acciones colectivas, coordinadas, negociadas y, claro, un liderazgo. En esos 70 años de Pax Americana se multiplicó por 5 tanto el ingreso per cápita del mundo como el número de países con sistemas democráticos y las conflagraciones entre países se redujeron a mínimos históricos.

Entra en escena Trump, retira a Estados Unidos de la Alianza Trans Pacífica, dejándole la mesa servida a Xi, deslegitima el tratado nuclear con Irán, que encontró la excusa para incumplirlo, se retira solitario del Acuerdo Climático de París, lo hace también o amenaza con hacerlo con la propia OTAN, la Unesco, el tratado de cielos abiertos, la OMC, la OMS, el pacto de migraciones, le tira el teléfono al primer ministro australiano, ofende a Dinamarca pretendiendo comprar Groenlandia con un tweet, se burla de Trudeau, insulta a los mejicanos; ordena retirar 9.000 efectivos de Alemania por antipatía con la Merkel, para sorna de Putin; deja a Corea y Japón sin simulacros militares por ahorrar, y Kim ahí. Así, sin nada a cambio y posiblemente sin remedio, fue echando por la borda un liderazgo que muy bien le había servido al mundo.

En aquel mismo 1945 Karl Popper había publicado su obra maestra “La sociedad abierta y sus enemigos”, destacando entre éstos a los totalitarismos, de izquierda o derecha, religiosos o patrióticos, y a los impacientes que optan por la destrucción de lo existente antes de atender la dispendiosa tarea de mejorarlo. Bienvenidos al nuevo desorden mundial.

rsilver2@aol.com

CORRUPCIÓN PERVERSA Editorial. Por Erika Fontalvo

Los malos andan sueltos.

Siempre con la anuencia de funcionarios tontos que con poco dinero se van llenando los bolsillos aprovechando las necesidades de ciudadanos que también se prestan a realizar actos ilegales.

Es una cadena ilegal que no han podido destruir las autoridades.

El editorial de El Heraldo lo resalta y recuerda que el diario ha reiterado el hecho en varias oportunidades.

Soledad.

Siempre Soledad.

No han podido volverse serios.

Tantas cosas buenas que se pueden inventar, pero ellos insisten en vivir al margen de la ley. 

RADAR,luisemilioradaconrado

@radareconomico1

CORRUPCIÓN PERVERSA

Editorial 

Sin contemplaciones, el registrador nacional, Alexander Vega, declaró insubsistentes a los registradores especiales de Soledad y ordenó el cierre de la sede por, al menos, dos meses, por la legalización irregular de migrantes.

Luego de adelantar una inspección judicial a la sede de la Registraduría, en Soledad, y recopilar pruebas sobre irregularidades en la expedición de registros civiles y cédulas para nacionalizar de manera fraudulenta a ciudadanos venezolanos en Barranquilla y Atlántico, en tiempo récord y mediante el pago de una tarifa acordada, la Registraduría Nacional del Estado Civil y la Fiscalía General de la Nación asumen el desafío enorme de desenmascarar, cuanto antes, a la red corrupta e ilegal que, de manera sistemática, comete estos delitos desde hace tiempo, según ha divulgado EL HERALDO en reiteradas oportunidades.

No es la primera vez que los organismos de control y autoridades electorales intentan actuar frente al accionar de estos delincuentes que, a pesar de capturas o golpes anteriores, no desisten de extender sus tentáculos a entidades como Migración Colombia y la Registraduría buscando corromper a funcionarios públicos para ponerlos a su servicio. Un ‘negocio redondo’, alimentado por tramitadores e intermediarios, toda una cadena de inescrupulosos lucrándose de la desesperación de migrantes urgidos de regularizar su situación en Colombia para conseguir un trabajo bien remunerado que les permita enviar dinero a su país. Adquirir la nacionalidad les ayudará a acceder, por ejemplo, a créditos bancarios, facilitando su inserción laboral, cuando se trata de un negocio por cuenta propia.

Las denuncias sobre ‘legalizacion’ de migrantes venezolanos en sedes de la Registraduría de Barranquilla son constantes. Se revelan cada cierto tiempo, desde hace al menos cinco años, coincidiendo con la diáspora procedente del vecino país. Nacionalizarlos según sus apellidos, ubicándoles ‘un progenitor colombiano’ en los archivos de la Registraduría de Soledad, como destapó EL HERALDO, redefine la modalidad de la irregularidad, pero es más de lo mismo. Vergonzosa ilegalidad que se resiste a ser erradicada y bien refleja el perverso alcance de la corrupción enquistada en lo público.

Sin contemplaciones, el registrador nacional, Alexander Vega, declaró insubsistentes a los registradores especiales de Soledad y ordenó el cierre de la sede por, al menos, dos meses. Sus actuaciones son investigadas para determinar responsabilidades disciplinarias y penales por una presunta comisión de delitos contra la fe pública. No se descarta complicidad de funcionarios de más dependencias de la Registraduría en el resto del Atlántico y las pesquisas se extienden a otras zonas del país, La Guajira, Arauca y Norte de Santander, donde se estarían cometiendo más irregularidades.

Además, los registros civiles y cédulas expedidos en Soledad serán revisados uno por uno. Se requiere conocer el fondo de esta podredumbre para abordarla como debe ser: un cáncer que debe ser extirpado, cueste lo que cueste. No más pañitos de agua tibia, frente a un entramado de corrupción descomunal, al que se debe enfrentar como un asunto de seguridad nacional. No en vano, Fiscalía y Registraduría tratan de establecer si esta sucesión de nacionalizaciones irregulares de migrantes venezolanos, más allá de aspiraciones laborales de los interesados, pretendería alterar el censo electoral de cara a futuras votaciones. Gravísima hipótesis que merece ser aclarada lo antes posible porque su sola consideración es alarmante.

Colombia, sumida en una profunda crisis sanitaria, económica y social, no puede darse el lujo de abrir un nuevo frente de debilidad institucional. Urge una acción coordinada de todas las entidades del Estado, sin perder de vista que el objetivo a vencer no son los migrantes, sino los corruptos, no importa su origen.