viernes, 3 de enero de 2020

Perspectivas 2020. Por Jairo Parada

Insisto siempre que es bueno leer a Parada.

En esta columna, arranca con la parte familiar y de allí se va los escenarios mundiales, nacional, la recesión mundial si no mejoran las relaciones entre Estados Unidos y China.

Y hace recomendaciones sobre lo que sucederá con el Distrito de Barranquilla. La inseguridad… “Una ciudad que es la tercera en homicidios en el país, después de Cali y Medellín dista de ser la “capital de Vida”. Seguridad, movilidad, desarrollo social y medio ambiente son tareas a realizar, así como sanear las finanzas públicas…”

Revisemos… es nuestra propia vida y la de nuestras familias. 
Hay que estar atentos.

RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
Perspectivas 2020
Por Jairo Parada

Llegamos a este fin de año, en medio de nuestros logros, dificultades, fallecimientos y enfermedades que afectan amigos y parientes, los cuales forman parte del decurso de la vida. 

Pero ante los escenarios mundiales y nacional, poco importan nuestras historias personales. 

Los síntomas de la economía mundial son preocupantes y todos ellos vaticinan un lento crecimiento que se puede traducir en una recesión mundial. 
Una de las amenazas más serias es la disputa chino-norteamericana, traducida en una guerra de aranceles que apenas se calmó en una fase inicial, pero de la cual subsisten dudas en su desarrollo. En el fondo, es la lucha por el predominio tecnológico, político y militar de las superpotencias. 
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Nouriel Roubini, uno de los analistas más serios de estos escenarios, al predecir la crisis de 2008, señala que la desarticulación de la economía mundial del eje USA-China, generará fuertes trastornos. 

Los movimientos conservadores siguen triunfando en el mundo, en Europa y la Gran Bretaña, reafirmando los movimientos sociales que se refugian en el nacionalismo y la xenofobia.

El viejo proteccionismo ha vuelto con fuerza y la Unión Europea tiembla con estos fraccionamientos.
En un libro Zygmunt Bauman (La Globalización, 1999) el autor presentía estas tendencias, pues este proceso no produciría la felicidad para todos,  sino “segregación, separación y marginación social progresiva”. Los locales en el mundo globalizado pierden la partida, y el concepto de “glocalización” se ha venido al traste. Los poderosos del capital financiero pueden ser globales. Los pobres y clases medias empobrecidas quedan reducidas al localismo. Las nociones de tiempo y espacio cambian y lo urbano se trastorna según esta perspectiva. 
De acuerdo a Roubini, Trump ha carecido de un manejo estratégico de la disputa con China y ha cazado conflictos con la multilateralidad mundial. Lo grave es que puede ser reelegido si los demócratas no dan con un buen candidato. 

En nuestro país nos consolamos con un crecimiento del 3,2%, el cual seguirá siendo el mismo en 2020, en medio de un creciente desempleo que no afloja, con una informalidad agobiante. Pensar que somos la maravilla de América Latina no nos salvará de dificultades.

El sector exportador no despega y el crecimiento se sigue afincando en sectores terciarios y financieros.

La movilización social seguirá ante un gobierno autista.

El salario mínimo se ha podido incrementar a un 6.5% o 7%, pero por lo menos el gobierno se alejó de las propuestas gremiales en algo.

Hay que desconectar muchos precios del salario mínimo pues eso le hace daño a la economía y al consumo de los hogares. 

La región Caribe crece modestamente, afectada por el resurgimiento del paramilitarismo y los grupos delincuenciales quienes le han dado un golpe mortal al turismo en el Magdalena con el asesinato de los dos ambientalistas. 

En ese escenario, Barranquilla tiene que desarrollar una estrategia de desarrollo social que disminuya la desigualdad, que no piense solo en “embellecer la ciudad”, que impulse la cultura ciudadana cuya ausencia llena de basuras los nuevos hitos de atracción de la ciudad. 

Una ciudad que es la tercera en homicidios en el país, después de Cali y Medellín dista de ser la “capital de Vida”.

Seguridad, movilidad, desarrollo social y medio ambiente son tareas a realizar, así como sanear las finanzas públicas

Prudencia y éxitos en 2020. 


Salario mínimo 2020 en Colombia: $877.803. Auxilio de transporte: $5.822 y pasará a $102.854. Total: $980.657


Así quedaron las cosas para 2020 en cuanto al Salario mínimo de los colombianos: $877.803. Auxilio de transporte: $5.822 y pasará a $102.854. Total: $980.657.

Las centrales obreras le apostaron a un poco más y el gobierno Duque decidió hacerlo por decreto.

RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
El gobierno colombiano definió que el salario mínimo en Colombia para 2020 será de $980.657, es decir 6% más que en 2019, un aumento de $49.687. Es decir $877.803. Y el auxilio de transporte tuvo un alza de $5.822 y pasará a $102.854.

Repito, un total de $980.657.
El presidente Iván Duque firmó la resolución luego de que no se lograra un acuerdo en la mesa de concertación entre el Gobierno y las centrales obreras, que pedían un alza integrada de un millón de pesos, incluyendo el auxilio de transporte.


NUEVE CONSEJOS NAVIDEÑOS Y FIN DE AÑO, que DEBEMOS MANTENER VIGENTES en CUALQUIER ÉPOCA


Tengamos esto en cuenta:

RADAR,luisemilioradaconrado
@radareconomico1
NUEVE  CONSEJOS NAVIDEÑOS Y FIN DE AÑO, que DEBEMOS MANTENER VIGENTES en CUALQUIER ÉPOCA

Por Frei Betto, Teólogo brasileño

Yo diría que militantes de izquierda, somos todos aquellos que sin llamarnos izquierdistas creemos en el proyecto de un mundo mejor, de solidaridad con los oprimidos, y de lucha por la imposición de la justicia social.

1. Mantenga viva la indignación.

Verifique periódicamente si usted es de Izquierda. Adopte el criterio de Norberto Bobbio: para la derecha la desigualdad social es tan natural como la diferencia entre el día y la noche. La Izquierda, en cambio, la considera una aberración que debe ser erradicada.

Atención: Usted puede estar contaminado por el virus socialdemócrata cuyos principales síntomas son usar métodos de derecha para obtener conquistas de Izquierda y, en caso de conflicto, agraviar a los pequeños para no quedar mal con los grandes.
2. La cabeza piensa donde pisan los pies.

No se puede ser de Izquierda sin "ensuciarse" los zapatos donde el pueblo vive, sufre, se alegra y celebra sus creencias y sus victorias. Teoría sin práctica es hacerle el juego a la derecha.

3. No se avergüence de creer en el socialismo.

El escándalo de la Inquisición no hizo que los cristianos abandonaran los valores y propuestas del Evangelio. Igualmente, el fracaso del socialismo en Europa del Este no debe inducir a descartar el socialismo del horizonte de la historia humana.

El capitalismo, vigente hace 200 años, ha sido un fracaso para la mayoría de la población del mundo. Hoy día somos 6 mil millones de habitantes. Según el Banco Mundial, 2 mil 800 millones sobreviven con menos de 2 dólares al día; y 1 mil 200 millones con menos de 1 dólar diario. La globalización de la miseria no es todavía mayor gracias al socialismo chino que -a pesar de sus errores- asegura alimentación, salud y educación a 1 mil 200 millones de personas.
4. Sea crítico sin perder la autocrítica.

Muchos militantes de Izquierda cambian de lado cuando pierden la perspectiva. Desplazados del poder se vuelven amargos y acusan a sus compañeros(as) de errores y vacilaciones. Como dijo Jesús, ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. No se esfuerzan por mejorar las cosas. Se convierten en meros espectadores y jueces y, al poco tiempo, son cooptados por el sistema.

Autocrítica es no solamente admitir los propios errores. Es aceptar la crítica de los(as) compañeros(as).

5. Conozca la diferencia entre militante y "militonto".

"Militonto" es aquél que se jacta de estar en todo, de participar en todos los eventos y movimientos, de actuar en todos los frentes. Su lenguaje está repleto de lugares comunes y consignas y los efectos de su accionar son superficiales.

El militante profundiza sus vínculos con el pueblo, estudia, piensa, medita, se califica en una determinada forma y área de actuación o actividad, valoriza los vínculos orgánicos y los proyectos comunitarios.
6. Sea riguroso en la ética de la militancia.

La Izquierda actúa por principios. La derecha, por intereses. Un militante de Izquierda puede perder todo –la libertad, el empleo, la vida- menos la moral. Al desmoralizarse, desmoraliza la causa que defiende y encarna. Presta un inestimable servicio a la derecha.

Hay sinvergüenzas disfrazados de militantes de Izquierda. Se trata de sujetos que piensan, en primer lugar, en su ascenso al poder. En nombre de una causa colectiva, buscan primero su interés personal.

El verdadero militante -como Jesús, Gandhi, Che Guevara- es un servidor, dispuesto a dar la propia vida para que otros vivan. No se siente humillado por no estar en el poder, ni orgulloso de su posición. El no se confunde con la función que cumple.

7. Aliméntese con la tradición de Izquierda.

La oración es necesaria para cultivar la fe, el cariño para nutrir el amor de pareja, "volver a las fuentes" es necesario para mantener el ardor de la mística de la militancia. Conozca la historia de la Izquierda, lea (auto) biografías como "El diario del Che en Bolivia" o novelas como "La madre" de Gorki o "Viñas de la ira" de Steinbeck.

8. Prefiera el riesgo de errar con los pobres a tener la pretensión de acertar sin ellos.

Convivir con los pobres no es fácil. Primero, existe la tendencia a idealizarlos. Después se descubre que entre ellos existen los mismos vicios que hay en otras clases sociales. No son mejores ni peores que los demás seres humanos. La diferencia es que son pobres, o sea, personas privadas injusta e involuntariamente de los bienes esenciales para una vida digna. Por eso estamos del lado de ellos. Por una cuestión de justicia. Un militante de Izquierda jamás transa los derechos de los pobres y sabe aprender de ellos.

9. Defienda siempre al oprimido aunque aparentemente no tenga la razón.

Son tantos los sufrimientos de los pobres del mundo que no se puede esperar de ellos actitudes que no siempre aparecen en la vida de los que tuvieron una educación refinada.