Hidroituango...
Esa palabra se volvió famosa en Colombia.
Hidroituango es uno de los proyectos más ambiciosos que ha adelantado nuestro país y que ha conllevado que la ingeniería, la inteligencia y la sagacidad se hayan puesto a prueba para evitar nuevos inconvenientes.
Parte de esa historia nos la narra Kevin Bohórquez del diario La República.
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ENERGÍA
EPM contrató una firma internacional para determinar el estado de la casa de máquinas. Dicen que primeras dos unidades entrarán a funcionar en 2021.
Kevin Steven Bohórquez Guevara - kbohoquez@larepublica.com.co
Fue exactamente el 28 de abril de 2018 cuando un derrumbe en los túneles de desviación de Hidroituango marcó el inicio de una de las contingencias más importantes que ha enfrentado el sistema energético del país. La que es considerada como la central hidroeléctrica más grande de Colombia, porque prevé aportar 17% de la energía nacional, frenó su construcción y generó una situación de incertidumbre: no solo para las comunidades aguas abajo de la presa, sino, además, para Empresas Públicas de Medellín (EPM), que hoy estima unos sobrecostos por casi $3 billones.
El impacto económico a un año de iniciar la crisis se ve reflejado en las etapas por las que ha atravesado el proyecto. Desde cuando se decidió inundar la casa de máquinas para disminuir los riesgos de desastres (el 10 de mayo de 2018), hasta cuando se cerró la última compuerta del proyecto (el 5 de febrero de 2019). Toda esta serie de eventos han generado que EPM tenga que ampliar su margen de inversión inicial de $11,4 billones a un poco más de $14 billones.
A esto se suman las obligaciones ambientales, sociales y financieras, que, en términos generales, se resumen en los $103.000 millones que se han dispuesto para atender a las comunidades y el medio ambientes, las pérdidas por US$110 millones de equipos de la casa de máquinas ($349.000 millones), y los casi $1,9 billones que se han invertido para el desarrollo de los municipios cercanos al proyecto.
“En este primer año de la contingencia hemos avanzado en muchos aspectos sociales, ambientales y técnicos (…) Este es el primer año de quizás tres años más que nos tocará continuar trabajando”, explicó Jorge Londoño de la Cuesta, gerente general de EPM, quien mantiene la promesa de que la hidroeléctrica entrará en 2021 con la unidad 1 y 2 del proyecto.
Para mediados del año, EPM espera tener los resultados de un estudio para iniciar las labores en la casa de máquinas, la cota 435 en la presa para reducir el riesgo y el inicio de trabajos en el túnel derecho de desviación. Por ahora, el proyecto tiene un avance de 70% e, incluso, ya se comprometió con 1,8% de la energía que se subastó en febrero.
¿Cómo van las partes del proyecto?
Casa de máquinas: se han inspeccionado la caverna principal, las zonas de transformadores y la almenara 1. Siguen las labores de limpieza y bombeo de agua.
Presa: hoy se encuentra en la cota (altura) 418 metros sobre el nivel del mar (m.s.n.m.). En la parte derecha ya alcanza la cota 420. La meta es llegar a la cota 435 (en junio). La pantalla bentonítica se encuentra terminada al 100%.
Taponamiento túnel de desviación derecho: el pretapón 2 del túnel derecho ya está diseñado y su ejecución se contratará este mes. Consiste en 138 pilotes y la instalación de un filtro y esferas que harán el taponamiento hidráulico.
Taponamiento sistema galería auxiliar de desviación (GAD): ya se ingresó a la cámara con buzos para evaluar su situación. Se labora en la limpieza de sedimentos y en la reparación de las dos compuertas con el fin de ponerlas operativas. Cuando se logre cerrar las dos compuertas, cada una con un peso de 300 toneladas, se procederá a la construcción de un tapón de 22 metros y a sellar el túnel definitivamente.
