Esto no es un juego...
RADAR,luisemilioradaconrado
En EEUU
Una pareja lesbiana cambia el sexo a su hijo adoptado con tratamiento hormonal.
El hijo adoptivo manifestó desde hace años
su deseo de cambiar de sexo y las dos mujeres lo apoyaron en su empeño
desde los 8 años.
07 DE OCTUBRE DE 2011
La cadena CNN ha desatado una intensa polémica en Estados Unidos al difundir el caso de Thomas Lobel, un niño de 11 años al que sus madres adoptivas Debra Lobel y Pauline Moreno someten a un tratamiento hormonal de "cambio de sexo" desde que cumplió 8 años y ahora se hace llamar Tammy.
Las mujeres adoptaron a Thomas con dos años y, aunque sus
madres adoptivas siempre quisieron que fuera una niña, aseguran que
nunca lo presionaron para que se convirtiera en mujer.
THOMAS DIJO DESDE PEQUEÑO "SOY UNA NIÑA"
Las dos mujeres admiten que siempre quisieron que Thomas fuera una niña
pero sostienen que nunca lo presionaron para que se convirtiera en
mujer. Según la pareja, una de las primeras cosas que dijo Thomas fue:
"soy una niña" y lo hizo en el lenguaje de signos porque sufre un
defecto en el habla.
Siete años después, el niño intentó mutilarse sus genitales, y los
psiquiatras que le atendieron le diagnosticaron un trastorno de
identidad sexual.
Las madres adoptivas se enfrentan a fuertes críticas de amigos y
familiares, según han afirmado al diario Daily Mail. A menudo se
encuentran con gente que les pregunta "¿cómo pudiste hacer esto?" Pero
ellas afirman que están tranquilas, en Reino Unido un 50% de los
transexuales intentan suicidarse antes de cumplir los 20 años. Creen que
permitir a Tammy crecer como una chica es muy positivo.
¿TRATAMIENTO HORMONAL O PSICOLÓGICO?
El otro punto de vista es el que expresa la médico psiquiatra Maíta García Trovato,
para la que el caso de Thomas Lobel es el de "un niño seriamente
perturbado que amerita más que un tratamiento hormonal, asistencia
psiquiátrica. Para él y para sus dos madres". "¿Qué capacidad de
decisión puede tener un niño de 11 años?", cuestionó García Trovato.
La experta explicó a la agencia católica ACI Prensa que "a los 8 años,
en una familia normal, tus padres te enseñan a comer lo que debes, te
fijan horarios y te educan hacia la normalidad. Desde luego, no se tiene
capacidad legal para manejar un auto, tomar licor, disponer de bienes
patrimoniales, etc. Sin embargo, están facilitando a este pobre niño que
decida lo más importante que lo acompañará toda la vida: su identidad
sexual".
"Éste es un caso significativo del riesgo que puede correr un niño al
ser dado en adopción para satisfacer los deseos de una pareja
homosexual. Se suman aquí, la ausencia de un progenitor de
identificación y otro de complementariedad; la falta de compromiso real
para afrontar la crianza del hijo en forma responsable buscando para él
las mejores oportunidades de una vida plena y la falta de criterio de
las personas a quienes ha sido entregado y que optan por lo que les
viene más fácil sin cuestionarse el papel que están jugando ellas en la
formación de la incipiente personalidad del niño", agregó.
Además, precisó que el caso "plantea cuestionamientos éticos y morales
para el equipo médico que ha aceptado intervenir en el cambio de sexo de
un pre púber". "Son los adoptados y no los adoptantes quienes ostentan
el derecho de adopción. La adopción debe ir a favor del adoptado y
siendo especialmente cuidadosos con su bienestar, independientemente de
las aspiraciones de los adoptantes".
EL DESTINO DE UN MENOR
De ahí, prosiguió la experta, "que, normalmente, las adopciones van
precedidas de un estudio minucioso de la capacidad física, psicológica y
moral de las personas a quienes se va a confiar el destino de un menor.
Bastante desventura tiene ya por ser huérfano para introducirlo en
situaciones disfuncionales y en experimentos de cualquier índole".
Fuentes: ACI, Efe
Editado por: Protestante Digital 2013