miércoles, 12 de octubre de 2022

Se frenan los avances mundiales en la reducción de la pobreza extrema

Para 2030, casi 600 millones de personas deberán subsistir con menos de USD 2,15 al día.

Eso lo reseña un estudio del Banco Mundial.

En el estudio se concluye que la COVID19 representó el mayor revés para los esfuerzos de reducción de la pobreza a nivel mundial desde 1990, y que la guerra en Ucrania amenaza con empeorar la situación.

Definitivamente, el COVID-19 nos cambió la vida…

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Se frenan los avances mundiales en la reducción de la pobreza extrema

 CIUDAD DE WASHINGTON, 5 de octubre de 2022. Según un nuevo estudio del Banco Mundial, es poco probable que se alcance el objetivo de poner fin a la pobreza extrema en todo el mundo a más tardar en 2030 si durante el resto de esta década el crecimiento económico no muestra tasas inéditas en la historia.

En el estudio se concluye que la COVID19 representó el mayor revés para los esfuerzos de reducción de la pobreza a nivel mundial desde 1990, y que la guerra en Ucrania amenaza con empeorar la situación.

En la nueva edición del informe del Banco Mundial titulado La pobreza y la prosperidad compartida (i) se presenta el primer panorama completo de la pobreza en todo el mundo después de la extraordinaria serie de conmociones producidas en la economía mundial en los últimos años.

Se estima que la pandemia empujó a unos 70 millones de personas a la pobreza extrema en 2020, el mayor aumento en un año desde que comenzó el seguimiento de estas cifras, en 1990. En consecuencia, se calcula que 719 millones de personas subsistían con menos de USD 2,15 al día a fines de 2020.

“Los avances en la reducción de la pobreza extrema básicamente se han detenido, a lo que se suma un escaso crecimiento de la economía mundial”, afirmó David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial. “Para nuestra misión resulta preocupante el aumento de la pobreza extrema y la disminución de la prosperidad compartida provocados por la inflación, la depreciación de diversas monedas y las crisis superpuestas más generales en el ámbito del desarrollo. Esto supone un panorama sombrío para miles de millones de personas de todo el mundo.

Es necesario introducir ajustes en las políticas macroeconómicas para mejorar la asignación del capital mundial, promover la estabilidad monetaria, reducir la inflación y reactivar el incremento de la mediana de los ingresos. La alternativa es la situación actual: desaceleración del crecimiento mundial, tasas de interés más elevadas, mayor aversión al riesgo y fragilidad en muchos países en desarrollo”. 

En el informe se afirma que 2020 marcó un punto de inflexión histórico: la era de la convergencia de ingresos en el mundo dio paso a la divergencia. La mayor parte del costo de la pandemia recayó sobre los más pobres: entre los sectores que se ubican en el 40 % más bajo de la distribución, las pérdidas de ingresos alcanzaron un promedio del 4 %, es decir, el doble que entre el 20 % más rico. Como resultado, la desigualdad mundial se elevó por primera vez en décadas.

La aplicación de sólidas medidas de política fiscal significó una notable diferencia, pues permitió atenuar el impacto de la pandemia de COVID19 sobre la pobreza. De hecho, la tasa de pobreza promedio de las economías en desarrollo habría sido 2,4 puntos porcentuales más alta si no hubiera habido respuesta fiscal. Sin embargo, el gasto público resultó mucho más útil para la reducción de la pobreza en los países más ricos, que en general lograron compensar por completo el impacto de la COVID19 a través de políticas fiscales y otras medidas de apoyo de emergencia. Las economías en desarrollo disponían de un menor volumen de recursos y, por lo tanto, gastaron menos y lograron menos: las economías de ingreso mediano alto compensaron solo el 50 % del impacto en la pobreza, mientras que las de ingreso bajo y mediano bajo, apenas la cuarta parte. 

“Durante la próxima década, será crucial que las economías en desarrollo inviertan para mejorar las condiciones de salud y la educación, en vista de la grave pérdida de aprendizajes y los reveses relacionados con la salud que sufrieron durante la pandemia”, afirmó Indermit Gill, economista en jefe y vicepresidente sénior de Economía del Desarrollo del Banco Mundial. “En una época de endeudamiento récord y recursos fiscales escasos, esto no será fácil. Los Gobiernos deberán concentrar sus recursos en el desarrollo del capital humano y la maximización del crecimiento”.

En el nuevo informe se ofrecen por primera vez datos actuales e históricos sobre la nueva línea mundial de pobreza extrema, que se ha elevado a USD 2,15 al día para reflejar los datos más recientes de paridad del poder adquisitivo, de 2017. La pobreza extrema disminuyó drásticamente en todo el mundo entre 1990 y 2019, el último año para el que se dispone de datos oficiales. Pero los avances se desaceleraron después de 2014, y los responsables de formular políticas se enfrentan ahora a un contexto más complejo, pues la pobreza extrema se concentra en las áreas del mundo donde será más difícil erradicarla: África subsahariana, zonas afectadas por conflictos y zonas rurales.

En la actualidad, África subsahariana alberga al 60 % de todas las personas en situación de pobreza extrema: 389 millones, más que cualquier otra región. Aquí la tasa de pobreza se acerca al 35 %, la más alta del mundo. Para alcanzar el objetivo de reducción de la pobreza fijado para 2030, cada país de la región debería lograr un crecimiento del producto interno bruto (PIB) per cápita del 9 % al año durante el resto de la década actual. Esto representa una meta excepcionalmente difícil para países cuyo PIB per cápita creció, en promedio, un 1,2 % en los 10 años anteriores a la pandemia de COVID19.

Según el informe, las reformas de las políticas públicas nacionales pueden ayudar a reanudar los avances en la reducción de la pobreza. También será necesario intensificar la cooperación internacional. En lo que respecta a la política fiscal, los Gobiernos deben actuar sin demora en tres frentes:

Evitar los subsidios generales y aumentar las transferencias monetarias focalizadas: En las economías de ingreso bajo y mediano, la mitad de todo el gasto en subsidios energéticos beneficia al 20 % más rico de la población, que consume más energía. Las transferencias monetarias son un mecanismo mucho más eficaz para apoyar a los pobres y los grupos vulnerables.

Énfasis en el crecimiento a largo plazo: Es necesario realizar sin demoras inversiones de alta rentabilidad en educación, investigación y desarrollo, y en proyectos de infraestructura. En tiempos de recursos escasos, será clave lograr un gasto más eficiente y una mejor preparación para la próxima crisis.

Movilizar ingresos internos sin perjudicar a los pobres: Los impuestos a la propiedad y al carbono pueden ayudar a aumentar los ingresos fiscales sin perjudicar a los más pobres. Lo mismo puede decirse de la ampliación de la base tributaria del impuesto sobre la renta de las personas y de las sociedades. En caso de que sea necesario elevar los impuestos a las ventas y a los consumos específicos, los Gobiernos deben minimizar las distorsiones económicas y los efectos distributivos perjudiciales implementando simultáneamente transferencias monetarias focalizadas que compensen los efectos de dichos gravámenes en los hogares más vulnerables.

SOÑAR CON UNA SOCIEDAD FELÍZ. Por JULIO CÉSAR HENRIQUEZ.

Es posible conseguir una sociedad feliz…

Es una buena apuesta.

Algunos países lo han logrado, pero no es fácil.

Vamos a leer a Julio César Henriquez... 

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Soñar CON UNA SOCIEDAD FELÍZ

Soñar con una sociedad feliz en la que la corrupción, la guerra, el hambre, la desigualdad y la injusticia, sean palabras en desuso no es una imposibilidad. Debe ser el reto de nuestro liderazgo y la inspiración de nuestros gobernantes. Esa es la invitación clara de todos los actores sociales para superar desde el valor, la incapacidad puesta en evidencia por nuestros problemas. Por JULIO CÉSAR HENRIQUEZ.

Una sociedad feliz es el propósito definidor de la vida colectiva. Es la aspiración individual bajo la esfera social. Sin personas felices el Estado se desvirtúa cómo la máxima expresión de la opresión. Por eso, la felicidad social combina las ideas con acciones eficaces. Una idea es la imagen de un deseo. Un proyecto es una obra por realizar y un sueño es un desafío. Ideas proyectadas y sueños alcanzados son felicidad. ¿Te animas a ser feliz?

Las evidencias silencian las palabras. Siempre una buena razón demostrada, superará cualquier discurso o artificio retórico. Si alguien sigue los hechos y no las apariencias, estará más cerca de la verdad. La apariencia es efímera, fugaz, pasajera y superflua. La realidad, es eterna, constante, permanente y verdadera. 

La vida es una búsqueda incesante de satisfacción: Una razón permanente para ser feliz es la existencia. Y si bien existen patrones comunes a todos los miembros de la especie humana que nos caracterizan de forma arraigada por nuestra cultura, nuestros principios, tradiciones y valores, la sensación y la percepción de la felicidad combina elementos objetivos y subjetivos. 

La felicidad no es una fantasía que dependa de una ilusión irrealizable. Implica una decisión de aceptar aquello que provoca la conciencia de la satisfacción y el pleno ejercicio de la capacidad para obtener lo que se propone. El afecto es fundamental en la felicidad y la fortaleza o la debilidad de las relaciones que tenemos provocan un estado de ánimo favorable a la alegría o a la nostalgia. La felicidad depende de muchas variables haciendo así más exquisita la experiencia de vivir y ser humanos: Somos únicos, irrepetibles, diversos, plurales y auténticamente diferentes.

Si una sociedad reconoce y promueve esa riqueza estará más cerca de ser feliz. Una sociedad feliz es aquella en la que los bienes materiales van acompañados de la prosperidad moral propia de las buenas costumbres y el rescate de sus tradiciones.

Soñar con una sociedad feliz en la que la corrupción, la guerra, el hambre, la desigualdad y la injusticia, sean palabras en desuso no es una imposibilidad. Debe ser el reto de nuestro liderazgo y la inspiración de nuestros gobernantes. Esa es la invitación clara de todos los actores sociales para superar desde el valor, la incapacidad puesta en evidencia por nuestros problemas.

Resulta significativo empezar a reflexionar sobre una frase iluminadora y contundente de Simón Bolívar: “El sistema de gobierno más perfecto es aquél que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y mayor suma de estabilidad política”. Alcanzar el diseño y la aplicación de ese sistema no puede quedarse en una retórica adornada por discursos y utopías sin posibilidad alguna de realización. Un gran proyecto nacional debe incluir metas realizables a corto, largo y mediano plazo, en el que los resultados de la evaluación de las políticas públicas mejoren nuestro índice global de felicidad por el nivel de satisfacción de nuestras necesidades individuales y colectivas. Así seremos una sociedad feliz.

FMI y el Banco Mundial abren su asamblea anual con mensaje de pesimismo por las múltiples crisis. Georgieva y Malpass advierten del riesgo de recesión de inflación y crisis alimentaria

El asunto económico mundial está complicado.

Arrancó la Asamblea del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial y se habla de pesimismo.

Les vamos a estar contando por estos días, lo que ocurrirá en medio de ese evento y lo que nos esperará en los años que vienen.

Kristalina Georgieva y David Malpass (mal pas) hasta el nombre de David es de pesimismo, se sienten preocupados, como me lo han estado comentando empresarios y analistas que se conectan con el RadaR.

Aunque, yo, generalmente, son optimista. 

El hecho de estar en este mundo es una ganancia. Y más presenciando y conociendo lo que ha pasado con la pandemia. 

Se nos fueron muchos amigos y conocidos y nosotros estamos aquí, escribiendo, analizando el panorama y apostándole a la vida.

Sigamos en esa tónica.

La vida es un juego hermoso…

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FMI y el Banco Mundial abren su asamblea anual con mensaje de pesimismo por las múltiples crisis. Georgieva y Malpass advierten del riesgo de recesión de inflación y crisis alimentaria

Por MIGUEL JIMÉNEZ

Washington - 10 OCT 2022 - 09:59 COT

El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial han levantado este lunes el telón de su asamblea anual en Washington con un diálogo que parecía un concurso de pesimismo.

La directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, y el presidente del Banco, David Malpass, han dibujado un panorama sombrío de la economía mundial, que se concretará en cifras este martes con la presentación del informe Perspectivas de la Economía Mundial.

Las reuniones anuales se celebran en un momento en el que el mundo se enfrenta a la fase de mayor desaceleración de la actividad económica de los últimos 80 años, al aumento de la inflación, a la crisis alimentaria y energética, a la guerra en Ucrania, al impacto negativo continuado de la pandemia, al cambio climático y al agravamiento de la pobreza.

Georgieva ya destripó el mensaje principal del informe en una intervención en la Universidad de Georgetown la semana pasada. Este lunes ha reiterado los puntos esenciales. El FMI rebajará las previsiones de crecimiento global y el riesgo de recesión ha aumentado. 

Los bancos centrales tienen que actuar con dureza para controlar la inflación, pero sin pasarse y provocar o agravar más de lo necesario una recesión. Los Gobiernos deben tener cuidado con su política fiscal y actuar de forma responsable, sin bajadas de impuestos generalizadas ni medidas de gasto indiscriminadas y permanentes. La combinación de políticas monetaria y fiscal se complica y, aunque afrontarlas de manera conjunta es primordial, nada garantiza el éxito. 

Aunque la intervención de este lunes tenía formato de conversación a dos, Georgieva ha repetido casi palabra por palabra buena parte de los mensajes de su discurso de la semana pasada, incluida la cuantificación de la crisis en cuatro billones de dólares hasta 2026.

Malpass ha compartido ese diagnóstico: “Hay un riesgo y un peligro real de recesión para el próximo año”, ha insistido. En particular, ha advertido del riesgo de salida de flujos de capitales desde los mercados emergentes y países en desarrollo que se van a financiar los déficits fiscales y las deudas empresariales de países avanzados. “La depreciación de la moneda hace que los niveles de deuda de los países en desarrollo sean cada vez más onerosos. El aumento de los tipos de interés supone una carga adicional. Y la inflación sigue siendo un gran problema para todos, pero especialmente para los pobres”, ha señalado en su intervención.

El presidente del Banco Mundial ha subrayado que la crisis está afectando especialmente a los países más pobres. Ha recordado que su último informe sobre la pobreza muestra que hay 70 millones más de personas en situación de pobreza y que se ha reducido un 4% de la renta media. “Así que cuando pensamos en nuestro objetivo de prosperidad compartida, no está ocurriendo. Hay retrocesos en el desarrollo. Yo lo llamo la crisis del desarrollo”, ha dicho Malpass.


Por si eso fuera poco, ambos dirigentes han destacado el riesgo adicional por la crisis climática, que Georgieva ha destacado como amenaza existencial para la humanidad. La humanidad puede sobrevivir a una recesión o a un periodo de alta inflación, ha dicho, para añadir: “A lo que no podremos sobrevivir es a una crisis climática sin fin”.

Malpass, cuyo compromiso en la lucha contra el cambio climático ha sido puesto en duda por unas declaraciones de hace unas semanas, ha resaltado la actuación de su institución en esa materia. En un evento paralelo a la Asamblea de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, Malpass fue preguntado hace unas semanas por si la ciencia respaldaba la tesis de que el hombre está contribuyendo decisivamente al cambio climático con la emisión de gases de efecto invernadero y rechazó dar una respuesta: “Ni siquiera lo sé, no soy un científico”, dijo entonces.

Días después, se disculpó: “Cuando me preguntaron ‘¿es usted un negacionista climático?’, debería haber dicho que no”, señaló Malpass. “Fue una frase mal elegida, lo lamento, porque nosotros, como organización, utilizamos la ciencia todos los días”, añadió. Este lunes ha destacado la financiación que presta su institución a programas dirigidos a combatir la amenaza climática.